Una ¡®prisi¨®n¡¯ terap¨¦utica para adolescentes
El centro de justicia juvenil Els Til¡¤lers ampl¨ªa sus plazas para menores con problemas de salud mental
En el centro de justicia juvenil Els Til¡¤lers hay m¨¢s batas blancas que rejas. El recinto est¨¢ sellado a cal y canto, no se abre una puerta hasta que se cierra la anterior y los internos no pueden salir a placer. Pero de puertas adentro, el ambiente sanitario, con consultas y sesiones de terapia, se impone sobre el penitenciario. En el centro se atiende a menores y j¨®venes que, adem¨¢s de haber tenido conductas delictivas, padecen alg¨²n trastorno de salud mental muy grave y adicciones. Educadores, enfermeros, psic¨®logos y psiquiatras realizan terapias intensivas para reinsertar a los j¨®venes socialmente, mejorar su estado de salud y ayudarlos a combatir el doble estigma que arrastran.
¡°En la unidad trabajamos con internamientos terap¨¦uticos en los cuales, m¨¢s all¨¢ de la medida judicial que haya impuesto un juez, prima el inter¨¦s superior del menor y su mejor¨ªa cl¨ªnica. En el fondo, la conducta delictiva es, en muchos casos, un s¨ªntoma m¨¢s de los conflictos internos que tienen y de su enfermedad mental¡±, explica Maria Ribas, psic¨®loga cl¨ªnica y coordinadora de la Unidad Terap¨¦utica de Els Til¡¤lers. Uno de cada dos j¨®venes que ingresa en centros de justicia juvenil en Catalu?a necesita una atenci¨®n inmediata de los servicios de salud mental. De ellos, alrededor del 8% precisa, por su gravedad cl¨ªnica, una intervenci¨®n m¨¢s intensiva y son trasladados a Els Til¡¤lers.
¡°Hay un aumento progresivo de la demanda porque crece la problem¨¢tica de salud mental. Hab¨ªa una lista de espera de cinco u ocho casos¡±, admite, Joan Anton Cercero, director del centro. La Generalitat acaba de ampliar de 12 a 20 las plazas disponibles en el centro para absorber esa lista de espera. ¡°La ampliaci¨®n era necesaria porque hab¨ªa una carencia de plazas para estos j¨®venes¡±, asume Cercero.
Cada d¨ªa, los chavales, de entre 14 y 21 a?os, disponen de un rato para hacer deporte a primera hora de la ma?ana, asistir a clase o a talleres formativos, y acudir a las sesiones de terapia individualizada. Si el educador lo considera oportuno y el juez lo permite, tambi¨¦n pueden programar salidas que beneficien su recuperaci¨®n cl¨ªnica y su inserci¨®n. La estancia media en el centro son nueve meses.
¡°Me ayudan bastante porque yo ten¨ªa un consumo muy elevado y con una depresi¨®n que tuve por mi madre. A no ser que la l¨ªe, salgo fuera cada semana¡±, explica Paco ¡ªnombre ficticio¡ª, de 18 a?os. El joven, que ya ha pasado por otros centros de internamiento, lleva casi un a?o en Els Til¡¤lers. ¡°Normalmente, cuando salgo, voy a casa con mi padre. Quiero pasar tiempo con ¨¦l. No quiero liarla y volver a consumir¡±, admite el chaval.
En Catalu?a hay siete centros de justicia juvenil donde est¨¢n internados, actualmente, 300 j¨®venes. En Els Til¡¤lers son 18. La mayor¨ªa de los chavales del centro tienen 17 a?os y padecen patolog¨ªa dual ¡ªun trastorno mental y una adicci¨®n¡ª. El 50% sufre alg¨²n trastorno psic¨®tico y el 10% una dolencia del espectro autista. ¡°Nuestro modelo se basa en terapias psicol¨®gicas, psiqui¨¢tricas y familiares intensivas adaptadas a la patolog¨ªa mental de cada caso. Y toda ello unido a un programa educativo basado en la disciplina positiva para poder trabajar todas las conductas que deben mejorar los chicos. Tambi¨¦n incorporamos el modelo de afectividad consciente y afectiva, para desarrollar relaciones positivas con las personas que est¨¦n trabajando con ellos¡±, explica Ribas. La mayor¨ªa de los internos, confirma la psic¨®loga, se reinsertan en la sociedad.
Entre las habitaciones de los chavales hay una sala acolchada. Apenas tres agujeros circulares permiten ver el patio, con la cancha de f¨²tbol y el c¨¦sped al fondo. Ah¨ª se lleva a los j¨®venes cuando est¨¢n alterados y hay que contenerlos para evitar que se lesionen a s¨ª mismos o a un tercero. ¡°Se habilitan espacios espec¨ªficos donde la persona no pueda hacerse ning¨²n tipo de da?o y siempre con acompa?amiento de profesionales que, cuando lo precisen, incorporan una contenci¨®n f¨ªsica. Pueden estar al lado de la persona, intentar abrazarla... As¨ª se evitan las medidas de contenci¨®n mec¨¢nica [como las correas para atar al paciente] tradicionalmente usadas en las unidades de psiquiatr¨ªa¡±, apunta Ribas.
Sobre el escritorio de una de las habitaciones de Els Til¡¤lers hay un escudo del Real Madrid, varias fotos y un calendario con el 25 de octubre de 2019 marcado en rojo. Una palabra bajo la fecha recuerda que, pese a las batas blancas, Els Til¡¤lers sigue siendo una c¨¢rcel. ¡°Libertad¡±, reza a los pies de octubre. ¡°Lo que m¨¢s me gusta de estar aqu¨ª es poder salir y lo que menos me gusta es estar aqu¨ª¡±, zanja Paco.
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