Un teatro entero jugando al Cluedo
La Caja Lista ofrece representaciones en las que los espectadores tienen un rol dentro de la obra
Alguien ha matado al duque de Northampton. El abogado de la familia se dispone a leer el testamento en presencia del pueblo del ducado, que en esta obra est¨¢ representado por los espectadores. Entre ellos est¨¢ el c¨®mplice del asesinato. El letrado muere y los actores invitan a los asistentes a entrar al escenario. La cuarta pared no existe: el p¨²blico debe interrogar a los personajes hasta saber qui¨¦n mat¨® al duque, por qu¨¦ lo hizo y qui¨¦n fue su c¨®mplice. Esto es lo que sucede cada jueves y s¨¢bado en la sala La Caja Lista (Paseo de la Esperanza, 16) con la obra Cluedo 1910: ¡°Teatro interactivo para t¨ªmidos¡±, explica a los asistentes antes de empezar V¨ªctor Linuesa, uno de los actores.
Linuesa empez¨® hace cuatro a?os en este g¨¦nero de la mano de Javier Posadas, quien escribe todas las obras. En una muestra de fin de curso en su escuela experiment¨® con la participaci¨®n activa del p¨²blico, tuvo ¨¦xito y desde entonces no ha hecho otra cosa. En Cluedo 1910 el p¨²blico tiene momentos en los que sube al escenario y pregunta a los 14 actores, y otros en los que vuelve a las gradas mientras los personajes contin¨²an con la historia. El espectador debe seguir atento porque en las actuaciones se dan claves sobre la verdad del crimen.
Posadas y Linuesa no echan de menos el teatro convencional: ¡°Ya hacemos teatro normal en las escenas en las que el p¨²blico no participa¡±, dicen. Pero la interacci¨®n les aporta una dimensi¨®n m¨¢s: ¡°Cualquier actor sabe meterse en un papel, tener las reacciones l¨®gicas del personaje, pero la parte de interacci¨®n con el p¨²blico no est¨¢ escrita en el papel, es m¨¢s dif¨ªcil¡±, se?alan.
Las cosas m¨¢s raras les han pasado en otras representaciones que la compa?¨ªa ofrece. En Protocolo de eliminaci¨®n, otra de las obras, vieron la reacci¨®n m¨¢s sentida: una chica se ech¨® a llorar. Trata sobre una sociedad dist¨®pica en la que cinco personas encerradas deben decidir por unanimidad qui¨¦n ser¨¢ el siguiente de ellos que morir¨¢ electrocutado. Los personajes nunca llegan a un acuerdo y es el p¨²blico quien debe elegirlo. ¡°En esa obra notamos que la gente siente m¨¢s porque les enfrentamos a dilemas morales. Hemos visto a parejas discutir por debatir a qui¨¦n votaban¡±.
Hace cuatro a?os que representan Cluedo 1901, pero desde enero han alquilado el teatro para dedicarse s¨®lo a las obras participativas. Antes de lanzarse, se hicieron una pregunta: ¡°?Qu¨¦ sabemos hacer? Interpretar e improvisar con el p¨²blico. Nos aporta diversidad aunque las preguntas suelan repetirse. Vemos c¨®mo reaccionan. Y a la gente le da satisfacci¨®n ver que provoca algo en el actor. Porque yo por ejemplo, por mucho que mi personaje sea un archiduque, si me hace gracia me r¨ªo¡±, cuenta Linuesa.
Linuesa y Posadas consideran lo que hacen ¡°un nuevo g¨¦nero¡± y lo resumen en tres rasgos: no tiene un argumento especialmente profundo (salvo Protocolo de eliminaci¨®n), cada espectador tiene un rol que cumplir y el p¨²blico se tiene que ir con la sensaci¨®n de que ¡°les ha pasado algo¡±. Tambi¨¦n les suele suceder que alg¨²n espectador se lo toma demasiado en serio o que tiene ansias de ser protagonista.
En otra de sus obras, El s¨®tano del psiqui¨¢trico, cada espectador tiene una pulsera con una enfermedad escrita. Cuando empezaron, en una estaba escrito ¡°psic¨®pata¡±. Un espectador -¡ªlos actores no saben explicar si fue porque se meti¨® demasiado en el papel¡ª se enfrent¨® a un actor frente a frente. ¡°Hasta que no haces varias veces una obra no sabes qu¨¦ puede pasar exactamente, vamos vi¨¦ndolo. Despu¨¦s de aquello quitamos la pulsera de psic¨®pata¡±.
El pr¨®ximo 12 de octubre estrenar¨¢n una nueva propuesta, Cluedo 1942. Asesinato en el Berl¨ªn Express, con nazis como protagonistas. ¡°No s¨¦ c¨®mo funcionar¨¢, porque ver de cerca a un t¨ªo con un brazalete con la esv¨¢stica o ver bajar dos grandes banderas nazis impresiona¡±, explica Posadas. Lo que Posadas y Linuesa, y toda la compa?¨ªa de La Caja Lista busca, es que al ir al teatro los espectadores sientan algo, no que vean a otros sentir. Su propuesta es todo lo contrario a sentarse en una butaca a mirar porque, para ellos, ¡°al teatro no se viene a hacer la digesti¨®n¡±. Su nombre, de hecho, se les ocurri¨® por pensar en la contraposici¨®n de la televisi¨®n, la caja tonta.
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