Barcelona pierde La mem¨°ria
Un a?o con menor venta, el alquiler y las dificultades para hallar un nuevo socio llevan al cierre de la librer¨ªa barcelonesa, especializada en narrativa, memoria e historia
La fragilidad del negocio de las librer¨ªas se cobrar¨¢ en breve una nueva v¨ªctima en Barcelona: La mem¨°ria, abierta hace seis a?os en la plaza de la Vila de Gr¨¤cia de Barcelona, reconocida por su particular oferta de narrativa, memoria e historia de los siglos XX y XXI, cerrar¨¢ definitivamente sus puertas el pr¨®ximo 31 de este mes. A una ligera disminuci¨®n de la facturaci¨®n en lo que va de a?o en relaci¨®n a 2018 y a las razones personales de uno de los dos socios se une, en su caso, algo que ratifica los problemas estructurales del sector: no han podido encontrar a un socio que quiera entrar en el negocio librero, que se percibe incierto y muy poco rentable.
"Acudimos a l'Escola de Llibreria de la Universidad de Barcelona y al propio Gremi de Llibreters de Catalunya para ver si hab¨ªa quien quisiera unirse al proyecto, pero dos meses despu¨¦s no lo hemos encontrado: un trabajo solo para media jornada y algunos meses donde incluso puedes acabar sin cobrar echa para atr¨¢s a muchos, especialmente a los j¨®venes", enmarca Xavi Cort¨¦s, quien junto a Mireia Gispert (y sus respectivas parejas) crearon La mem¨°ria en oto?o de 2013. Como ya sab¨ªan en lo que se met¨ªan, se repartieron media jornada cada uno, mientras manten¨ªan sus otros trabajos, de los que en realidad viv¨ªan. Apenas un ligero descenso de ventas ("un 5% menos", calcula Cort¨¦s) y razones personales de la socia que la obligan a dejar el negocio han desencadenado la crisis. "No facturas lo suficiente y el alquiler es caro, por lo que el margen es muy justo; con el famoso 30%, has de vender muchos libros para compensar todo esto", asegura.
No cree Cort¨¦s que la crisis de La mem¨°ria sea consecuencia directa de la presi¨®n del gigante Amazon, una de las causas que s¨ª han esgrimido otros colegas suyos en situaciones similares, como hace apenas nueve d¨ªas expon¨ªa a este diario el propietario de la tambi¨¦n librer¨ªa barcelonesa Somnegra, que anunciaba su cierre para el 15 de noviembre. "Nuestra competencia no es tanto Amazon o la venta por Internet, ya que ofrecemos descuentos similares; nuestro gran enemigo hoy es la competencia atroz del mercado del ocio: hay muchas cosas que la gente puede o quiere hacer antes que leer un libro". asegura.
Tampoco lo que se propone a¨²n hoy como salvavidas de las librer¨ªas f¨ªsicas, su excelencia en la especializaci¨®n tem¨¢tica, parece haber salvado a La mem¨°ria, que en sus poco m¨¢s de cien metros cuadrados cuenta con un fondo de unos 8.000 t¨ªtulos de historia, biograf¨ªas y memorias y de narrativa clasificada por ¨¢reas geogr¨¢ficas, periodos hist¨®ricos o g¨¦neros. "No ¨¦ramos del todo especializados porque para serlo hay que tenerlo todo, pero jug¨¢bamos bastante con el fondo y eso es lo que m¨¢s no han agradecido siempre los clientes, una labor que hemos querido complementar con algunos t¨ªtulos y ¨¢mbitos m¨¢s comerciales para hacer un poco tambi¨¦n de librer¨ªa de proximidad, de barrio", recuerda Cort¨¦s, que, en cambio, s¨ª lamenta la falta de apoyo institucional o su err¨®nea pol¨ªtica: "En Par¨ªs hay ayudas espec¨ªficas y no se permite que las librer¨ªas desaparezcan as¨ª como as¨ª porque las consideran b¨¢sicas para crear tejido urbano; aqu¨ª, a lo sumo te dan subvenciones para modernizar la tienda, cuando lo que tendr¨ªan que hacer es ayudarte a pagar los alquileres o intervenir directamente en ellos".
Sueldo para uno
Descarta tambi¨¦n el cofundador de La mem¨°ria que la gran presencia de librer¨ªas en el barrio de Gr¨¤cia (se calcula que hay una treintena), pueda haber influido en la crisis. "Todas tenemos personalidades muy propias; por esa misma raz¨®n, en el centro del Eixample tambi¨¦n deber¨ªan reducirse y, en cambio, hasta crecen", contrapone.
En estas apenas tres semanas hasta el cierre previsto, Cort¨¦s intentar¨¢ negociar el retorno de la mayor¨ªa de los libros con editoriales y distribuidoras y, en su defecto, saldar el resto, mientras constata con una mezcla de resignaci¨®n y tristeza c¨®mo unas determinadas librer¨ªas, hoy, "ya no dan en Barcelona ni para que pueda vivir una sola persona".
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