Escribir es un tab¨²
Peter Handke y la pregunta que muchos nos hacemos, a veces cada d¨ªa, ahora mismo: ?hemos dejado de ser capaces de aprender?
Peter Handke ten¨ªa 54 a?os cuando public¨® su valiente y mal le¨ªdo libro Justicia para Serbia (Alianza, 1996. Traducci¨®n de Eustaquio Barjau y Susana Yunquera). En ¨¦l se pregunta si es que su generaci¨®n no ha sido capaz de crecer, de evaluar como adultos la guerra de Yugoslavia. Sin comportarse como sus padres y t¨ªos, que ten¨ªan respuesta para todo y pasaban con suficiencia por encima de las cosas y el mundo. Buenos y malos, y basta. Si es que no queda espacio para la palabra y el concepto de Goethe, bildsam: ser capaz de aprender, educable. Es una pregunta que muchos nos hacemos, a veces cada d¨ªa, ahora mismo: ?hemos dejado de ser capaces de aprender?
No ser capaces de repetir a machamartillo y sin parar algunos saberes recibidos ¡ªpor decirlo gentilmente¡ª sino capaces de pensar. Como individuos y como colectivos y generaciones. Tanto como nuestro curr¨ªculo de estudios y de profesi¨®n en tantos casos permite, tanto como la inteligencia que nos haya sido dada: cuando estalla lo no previsto, como fue la desaparici¨®n de Yugoslavia. O lo previsible que no se quiere ver ni atender, como lo que vivimos ahora mismo, en Catalu?a servidora.
Buenos y malos, y ya est¨¢. Todav¨ªa ahora, al ser proclamado Nobel de literatura de este a?o, Handke tiene que bregar con los fakes que en 1996, al salir el libro, se repiten sin que sirva para nada ni leer el libro, que no permite en absoluto acusarlo de 'negacionista' de los cr¨ªmenes de guerra serbios, ni la demanda que Le Nouvel Observateur perdi¨® por difamaci¨®n en 2007. Han pasado los a?os y nada, hombre, a repetir lo falso porque lo dice internet. A qui¨¦n le importa que Handke haya dicho y repetido, en cartas a los peri¨®dicos, en entrevistas, donde ha podido, que hubo matanzas causadas por todos los contendientes, que no tuvo ninguna 'cercan¨ªa' en particular, que asisti¨® al funeral de Milosevich para ser un testigo de la muerte de un pa¨ªs, Yugoslavia. Ya nadie dice ese nombre y la guerra que clausur¨® el siglo XX europeo es la de los Balcanes y no de Yugoslavia. S¨ª, un pa¨ªs puede desaparecer.
A ver qu¨¦ dir¨¢ en su discurso de aceptaci¨®n del Nobel. No creo que evite el asunto: escribir es desobedecer un tab¨². 'Escribir es un tab¨². Es infringir un tab¨². Escribir no es natural: lo es criar vacas, montar el tractor, gavillar, podar los ¨¢rboles. Nadie espera de un ni?o que escriba. Hay algo que te dice que no est¨¢ permitido escribir, que no lo puedes escribir. Y te dicen que est¨¢s loco. S¨ª, lo oyes todav¨ªa. Incluso ahora, s¨ª, ahora incluso'. Son cosas que reflexiona en el buen documental de Corinna Belz, Peter Handke. Estoy en el bosque, puede que me retrase (2016, Filmin). Y que, aunque t¨ªmido, siempre se ha crecido, desde joven, y no ha permitido nunca que le traten de loco.
S¨ª que es un tab¨², escribir, s¨ª. Y lo que comporta: escribir es infringir tab¨²s. Y lo que contin¨²a implicando cuando ya has escrito: mantener lo escrito con tu presencia si es necesario. Bueno, se puede argumentar que no es lo mismo someterse a la rueda de la promoci¨®n de tu libro en vivo y en directo que estar de cuerpo presente en el funeral de un pol¨ªtico acusado de ser el ¨²nico responsable de todo lo peor. Sin duda no es lo mismo. Pero lo arriesgado, incluso m¨¢s que lo primero (escritores sin escribir porque andan siempre de promoci¨®n), es lo segundo: certificar con tu presencia los aullidos insensibles y maniqueos de la prensa incluso ante la desaparici¨®n de un pa¨ªs. Aunque le caigan m¨¢s chuzos de punta Handke entiende as¨ª el principio del bildsam: no asustarse, ser adultos, crecer.
Infringir tab¨²s. A menudo siento respeto por la condici¨®n de iletrado, sin estudios, y la inteligencia de vida y raz¨®n que puede llegar a manifestarse y as¨ª se manifiesta en tantas personas poco o nada escolarizadas, los abuelos y las abuelas de los nacidos a mitad del XX, no hace tanto. Pero no es nuestro caso, el de la mayor¨ªa de conciudadanos de esta Espa?a mal avenida y ¨¢spera cual cad¨¢ver viviente, ni de la convulsionada Catalu?a, ni de una Europa que solo puede ser vista como el balneario que dec¨ªa aquel por sus ancianos crecientes, viejo continente amortajado. Ante los desaf¨ªos, crecer. 'Es tal vez una gracia', dice Handke en el film tras calibrar por qu¨¦ se mete en l¨ªos, 'es tal vez la gracia de vivir'. Y le vuelve a batir el bildsam: ¡°Podemos dar mucho m¨¢s de nosotros mismos, podr¨ªamos crear m¨¢s de lo que hacemos¡±.
Entre las cosas que le ves hacer en el film, a Handke le gusta coser; lo hace sin dedal, sin protecci¨®n.
Merc¨¨ Ibarz es escritora y cr¨ªtica cultural.
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