¡°Madrid termin¨® la Guerra Civil con la mitad de bomberos¡±

Juan Redondo (65 a?os) ha intervenido en los principales siniestros que ha vivido la ciudad en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Natural de ?beda (Ja¨¦n), ha sido bombero durante 35 a?os y ha participado en hechos tan luctuosos como el incendio de los almacenes Arias, en atentados terroristas, en el 11-M o el fuego que destruy¨® la torre Windsor. Lleva a sus espaldas m¨¢s de 1.000 horas de lucha contra las llamas. Sin embargo, en los ¨²ltimos cuatro a?os se ha metido a investigador y ha sacado a la luz todos los enormes problemas que vivi¨® el cuerpo de bomberos de la capital durante la Guerra Civil. Ha escrito el libro Cuando las sirenas no eran las nuestras y ha abierto una campa?a de mecenazgo para poder publicarlo.

?Qu¨¦ ha descubierto?

Los bomberos vivieron una guerra civil interna durante ese periodo. Todos los males y tambi¨¦n alguna grandeza se reprodujo en el cuerpo. Era un colectivo muy politizado y muy sindicalizado. En aquel entonces era de unos 400 hombres, similar a las grandes ciudades centroeuropeas. Era un servicio muy potente.

?Con cu¨¢ntos parques contaba Madrid en esas fechas?

Hab¨ªa cuatro parques. La Direcci¨®n en la calle Imperial, donde ahora es un hotel en el que no se recuerda que all¨ª se dirigi¨® el servicio durante 134 a?os. El primero de Santa Engracia, el segundo en O?Donnell y el cuarto de Moncloa. Sobre vive el de Santa Engracia. El de O?Donnell dio paso a la torre de Valencia, de un recuerdo amargo porque fue un desastre urban¨ªstico. El cuarto, de Moncloa esta en el paseo de Moret, 2. Los bombardeos lo eliminaron.

?Cu¨¢nto tiempo le ha llevado investigar el libro?

En el 2015 me encargaron una charla y empec¨¦ a investigar por una placa que estaba encastrada en el parque de la calle Imperial. All¨ª estaban los nombres de nueve bomberos, entre los que estaban cuatro jefes. Cuando investigu¨¦ en la relaci¨®n de puestos de trabajo, saqu¨¦ que de seis asesinaron a esos cuatro. Me pareci¨® una historia tremenda.

Y a partir de ah¨ª, ?c¨®mo contin¨²a?

Me fui al cementerio de Aravaca y empec¨¦ a ver el resto de documentaci¨®n. Me di cuenta de que se hab¨ªa producido una depuraci¨®n sangrienta en el verano de 1936. Hubo una sucesi¨®n de desgracias y de actitudes heroicas. El primer bombardeo sobre la poblaci¨®n civil se produce en Madrid y los bomberos son los que tienen el dudoso honor de verse involucrados en algo diferente. Pasan de apagar fuegos de holl¨ªn a ver que est¨¢n cayendo bombas y que est¨¢ ardiendo medio Madrid, como Arg¨¹elles, Centro, Universidad, Usera y Vallecas. Todos sus veh¨ªculos los tienen que sacar a las v¨ªctimas.

?Cu¨¢ntos bomberos murieron en la Guerra Civil?

Un total de ocho. Los tengo datados, con las fechas y los lugares. Todo est¨¢ registrado en los libros de servicio. Dice por ejemplo: ¡°Muere ametrallado Bienvenido Ortuz, en el hotel Savoy, en la plaza de Plater¨ªas. Resultan destrozados el coche del parque primero y la bomba del tercero¡±. En el cuadro de novedades, viene que el capataz Couto: ¡°Central, no podemos salir a la calle Gaztambide, porque nos est¨¢n ametrallando¡±.

Y todo ello, con los medios que ten¨ªan entonces.

Eran coches descapotables. Los bomberos de Madrid surcaban las calles desprovistos de cualquier tipo de protecci¨®n. Adem¨¢s, ten¨ªan que salvar las cerca de 100 barricadas hechas con adoquines que hab¨ªa en la ciudad.

Habr¨¢ encontrado muchas curiosidades.

Muchas. Hay una orden para quitar las hombreras met¨¢licas y se pintan los cascos de azul para que no reflejen y eviten ser objetivos de los tiradores del ej¨¦rcito sublevado.

?C¨®mo termin¨® el cuerpo la guerra?

Hubo unos 70 bomberos depurados, metidos en la c¨¢rcel y sometidos a un consejo sumar¨ªsimo. De ellos, 43 perdieron a la c¨¢rcel, algunos a cadena perpetua, y dos fueron fusilados. De los 400 que eran entonces, empiezan los a?os 40 con 200 efectivos. Se hab¨ªan quedado en el camino la mitad. Ello oblig¨® a implantar la jornada de 24 horas, que dura todav¨ªa.

?Qu¨¦ siente al revivir todas estas historias?

Me pongo en su lugar y pienso en el drama que tuvieron que vivir. Hay familias de bomberos que tuvieron que dejar sus casas en Arg¨¹elles para irse a vivir a los s¨®tanos del parque de la calle Imperial.