La violencia callejera se intensifica en Barcelona y se ceba con la polic¨ªa en otra noche de caos
Los disturbios dejan 182 heridos y 83 personas detenidas
Barcelona vivi¨® ayer su quinta noche consecutiva de disturbios. Los altercados de la jornada fueron especialmente virulentos por su duraci¨®n, su intensidad y la dosis de violencia que emplearon los manifestantes. M¨¢s all¨¢ del rechazo a la sentencia emitida por el Tribunal Supremo contra los l¨ªderes del proc¨¦s, los j¨®venes pusieron en el centro de la diana a los polic¨ªas. Miles de j¨®venes se enfrentaron con gran violencia y durante horas a la polic¨ªa. Los violentos cercaron la sede central de la Polic¨ªa Nacional, donde arrojaron objetos, levantaron barricadas e incendiaron contenedores. Al anochecer, la protesta se traslad¨® al centro, donde los Mossos emplearon una tanqueta con ca?¨®n de agua. Al menos tres polic¨ªas resultaron heridos.
Una multitud reivindic¨® este viernes en Barcelona su firme rechazo a la sentencia del Tribunal Supremo contra los l¨ªderes del proceso independentista catal¨¢n. Lo hicieron con una masiva concentraci¨®n, en paralelo a una huelga general que colaps¨® los accesos a la ciudad durante casi todo el d¨ªa. Esta manifestaci¨®n multitudinaria transcurri¨® pac¨ªficamente. Pero la violencia acab¨®, de nuevo, empa?ando otra jornada en Barcelona. Grupos de j¨®venes ajenos a la convocatoria de las entidades secesionistas volvieron a protagonizar una batalla campal contra la Polic¨ªa Nacional y los Mossos con barricadas a menos de un kil¨®metro de la marcha principal.
El lunes, con la sentencia reci¨¦n publicada, el escenario escogido fue el aeropuerto de El Prat: una acci¨®n espectacular para llamar la atenci¨®n del mundo. Hubo enfrentamientos y los Mossos y la Polic¨ªa Nacional respondieron con contundencia. El martes lo fueron las delegaciones del Gobierno en Catalu?a, s¨ªmbolo del poder del Estado ¡°opresor¡±. El mi¨¦rcoles y el jueves, los disturbios ¡ªorganizados y liderados por grupos de independentistas revolucionarios y anarquistas y secundados por estudiantes¡ª se extendieron sin control por todo el centro de Barcelona. Adoptaron ya entonces un cariz antipolicial: la protesta por el fallo del Tribunal Supremo se transform¨® en una revuelta contra las fuerzas de seguridad, fuese cual fuese el color del uniforme.
Este viernes esa animadversi¨®n lleg¨® a su punto ¨¢lgido con la quinta jornada consecutiva de incidentes. Durante siete horas, miles de j¨®venes cercaron la Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa. Por la noche, los incidentes se extendieron por el coraz¨®n de Barcelona. Los disturbios han dejado un reguero de heridos (182 en Catalu?a, 152 de ellos en Barcelona), 83 detenidos y destrozos. Al menos tres agentes, adem¨¢s, resultaron heridos al ser alcanzados por el impacto de objetos.
Un nutrido grupo de j¨®venes permaneci¨® ajeno a la convocatoria pac¨ªfica que congreg¨® en Barcelona a cientos de miles de personas llegadas de toda Catalu?a. Tras una manifestaci¨®n de estudiantes contra la sentencia y la ¡°represi¨®n¡± policial, miles de ellos se plantaron frente al n¨²mero 43 de la v¨ªa Laietana. All¨ª est¨¢ la principal sede en Catalu?a de la Polic¨ªa Nacional, responsable de las cargas policiales del 1 de octubre de 2017 contra los votantes del refer¨¦ndum. Unos 50 mandos y agentes del cuerpo permanecen investigados por supuestas malas pr¨¢cticas. Aquella actuaci¨®n acrecent¨® la animadversi¨®n del independentismo hacia la Polic¨ªa Nacional.
Mientras todo ocurr¨ªa, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, volvi¨® a guardar un clamoroso silencio
Mientras esto ocurr¨ªa, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, volvi¨® a guardar un clamoroso silencio. Aunque opt¨® por no participar en las marchas independentistas y mantener largas reuniones con sus colaboradores, la oposici¨®n al completo reclam¨® su dimisi¨®n. Asediado por tierra, mar y aire, Torra tiene a su Gobierno pendiendo de un hilo por las incoherencias internas. "?D¨®nde est¨¢ el president? Todo esto es inaceptable y tiene que dimitir", dijo el l¨ªder del PSC, Miquel Iceta. S¨ª compareci¨® a las 21.30 el consejero de Interior, Miquel Buch, que atribuy¨® los actos de "violencia extrema" a "grupos organizados" y pidi¨® a los ciudadanos que los "aislaran".
Siete horas de cerco
Los incidentes comenzaron pasado el mediod¨ªa del viernes. Los manifestantes lanzaron petardos, botellas y pintura a los polic¨ªas y a los furgones que, protegidos detr¨¢s de unas vallas, custodiaban el edificio. Tras una peque?a carga, hubo una breve tregua que coincidi¨® con la hora de comer. Poco antes de las cuatro de la tarde, sin embargo, un grupo a¨²n m¨¢s numeroso de manifestantes tom¨® posiciones en la parte alta de la calle. Algunos de ellos, los de primera fila, se sentaron en el suelo.
Los antidisturbios de la Polic¨ªa Nacional tambi¨¦n tomaron posiciones y se pertrecharon fuera del edificio. Ambos bandos permanecieron encarados largo rato. Los agentes dedicaron su esfuerzo a ganar metros para evitar un asalto a las dependencias policiales. Se reprodujo el lanzamiento de objetos contra la l¨ªnea policial. La tensi¨®n creci¨®. Los j¨®venes acudieron preparados para el combate: la mayor¨ªa de ellos iban encapuchados, se hab¨ªan tapado la boca con un pa?uelo e incluso luc¨ªan cascos de moto y gafas de protecci¨®n. Algunos llevaban escudos caseros con el dibujo de un ave f¨¦nix, s¨ªmbolo de las corrientes m¨¢s identitarias del independentismo.
Sobre las seis de la tarde, mientras el gran acto independentista se celebraba en el paseo de Gr¨¤cia ¡ªa unos cientos de metros¡ª, comenz¨® una batalla campal y se registraron los incidentes m¨¢s graves. Los manifestantes emplearon objetos contundentes, como bolas de acero. Tambi¨¦n quemaron contenedores, levantaron barricadas y cortaron se?ales de tr¨¢fico. Como en las ¨²ltimas jornadas, el fuego hizo acto de presencia con contenedores quemados y hogueras encendidas. Uno de esos objetos alcanz¨® a un polic¨ªa, que qued¨® temporalmente inconsciente y tuvo que ser apartado en volandas por sus compa?eros. Los agentes cargaron con fuerza. Uno de los heridos lo fue por contusi¨®n ocular. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, inform¨® de que en lo que va de semana ha habido 207 agentes heridos, 128 violentos detenidos, 800 contenedores quemados y 100 veh¨ªculos policiales da?ados.
Los polic¨ªas lograron empujar a los j¨®venes, alrededor de las ocho de la tarde, hacia la plaza de Urquinaona, que se convirti¨® en un nuevo escenario de enfrentamientos. Los manifestantes levantaron barricadas con material de obra, contenedores y maceteros y reprodujeron el lanzamiento de piedras, latas y botellas. Sobre las 20.30, los Mossos d¡¯Esquadra se incorporaron para proteger esa zona. La Polic¨ªa Nacional intent¨® dispersar a los manifestantes usando pelotas de goma, botes de humo y gases lacrim¨®genos. No fue suficiente. Los Mossos emplearon, por primera vez estos d¨ªas, una tanqueta: primero, para retirar escombros de la calzada y, m¨¢s tarde, para disparar agua y dispersar a los manifestantes. Algunos se escondieron en un hotel en obras. Poco antes de la medianoche, la gran concentraci¨®n se hab¨ªa disuelto, pero grupos dispersos de j¨®venes segu¨ªan provocando altercados en el centro, en el juego del gato y el rat¨®n de cada noche.
"As¨ª no": independentistas increpan a los violentos en Lleida
Aunque los disturbios m¨¢s violentos se concentraron en Barcelona, los incidentes se reprodujeron una noche m¨¢s en distintas ciudades catalanas. En Lleida, los independentistas m¨¢s radicales elevaron la tensi¨®n con nuevos lanzamientos de objetos contra la polic¨ªa. Otro grupo de manifestantes, sin embargo, terci¨® para evitar incidentes y se interpuso entre los radicales y la polic¨ªa. ¡°As¨ª no¡± y ¡°no queremos encapuchados¡±, gritaron mientras permanec¨ªan sentados frente a los violentos.
La barrera pacifista no impidi¨®, sin embargo, que se produjeran enfrentamientos al anochecer. Los Mossos d'Esquadra respondieron con el lanzamiento de proyectiles de foam frente las piedras y botellas que arrojaron los manifestantes.
Con informaci¨®n de Alfonso L. Congostrina y Rebeca Carranco.
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