Brillante debut de Beczala en A Coru?a

La Programaci¨®n L¨ªrica de A Coru?a he celebrado en el Teatro Col¨®n un recital de canto del tenor Piotr Beczala y la pianista Sarah Tyman. En programa, canciones italianas, checas y polacas y arias de ¨®pera de varios autores. Un programa muy bien construido, de esfuerzo progresivo para calentar adecuadamente la voz y una buena dosificaci¨®n del esfuerzo que le permiti¨® llegar m¨¢s que razonablemente fresco al final del recital.

Tras la Mattinata de Ruggero Leoncavallo, cuatro canciones de Mieczislav Kar?owicz en las que comenz¨® a mostrar todos sus recursos vocales y cant¨® con una gran expresividad. L¨¢stima que el programa de mano no incluyera al menos los t¨ªtulos de estas canciones. Tras ellas, otras tantas de Antonin Dvo?¨¢k de diferente car¨¢cter bien expresado tanto por Tyman como por Beczala, este con una vocalizaci¨®n pr¨¢cticamente perfecta y una voz en brillo creciente.

Subyug¨® el intimismo que imprimi¨® a la Canci¨®n india de la ¨®pera Sadko, de Nikolai Rimski-Kors¨¢kov, una especie de suave relajaci¨®n antes de afrontar la pasi¨®n de Recondita armonia y el dolor de E lucevan le stelle de la pucciniana Tosca, en las que elev¨® brillantemente el list¨®n de la exigencia vocal antes del descanso.

Pasado este, Di tu se fedele il fluto m¡¯aspetta, aria de Un ballo in maschera, de Verdi, en la que el brillo vocal se uni¨® a unas agilidades un punto pirot¨¦cnicas que prendieron en un p¨²blico ya entregado. Tres canciones de Francesco Paolo Tosti, el Torna a Surriento de Ernesto de Curtis y Mamma, de Cesare Andrea Bixio para tomar nuevos aires e impulso antes de regresar finalmente a la ¨®pera.

El Aria de la flor de la Carmen de Georges Bizet vieno precedida de La r¨ºve de Des Grieux de la Manon de Jules Massenet antes del final del recital con un Pourquoi me r¨¦veiller del Werther de este mismo. El precioso timbre de la voz, fresca como si acabara de empezar, la entrega e id¨®neo hacer vocal y musical de Beczala, as¨ª como el magn¨ªfico acompa?amiento de Tyman pusieron as¨ª brillante final al programa.

Tras este, el entusiasmo del p¨²blico fue correspondido con dos propinas: una canci¨®n polaca ¨Ccon la an¨¦cdota de un lapsus de memoria del tenor, que puso un simp¨¢tico punto de humanidad- y la socorrida y siempre bienvenida Core ingrato, con las que puso la guinda a un recital espl¨¦ndido por voz, m¨²sica y simpat¨ªa del tenor polaco. Muchos se preguntan cu¨¢ndo podremos escucharlo y verlo en una ¨®pera pero eso ya es harina de otro costal.