Picasso y ?luard, una amistad a prueba de bombas
El Museo Picasso de Barcelona reconstruye la relaci¨®n incondicional y duradera entre el pintor y el poeta
Picasso fue tan infiel a sus esposas ¡ªOlga Khokhlova y Jacqueline Roque¡ª y amantes ¡ªMarie-Th¨¦r¨¨se Walter, Dora Maar y Francoise Gilot¡ª, como fiel a sus amigos. Tanto los de su primera juventud en tierras catalanas como los de madurez, tras instalarse a vivir en Par¨ªs en 1904, donde entr¨® de lleno en las vanguardias. All¨ª fue amigo de Max Jacob, Apollinaire, Andr¨¦ Breton, George Braque, Jean Cocteau y, sobre todo, de Paul ?luard, el rey de los poetas dada¨ªstas y surrealistas. Con ?luard mantuvo desde 1935 una larga e intensa relaci¨®n de la que los dos se nutr¨ªan e inspiraban. En ese a?o ?luard escribi¨®: ¡°A partir de Picasso, los muros se vienen abajo [...] Se sit¨²a ante el poema c¨®mo el poeta ante el cuadro. Sue?a, imagina, crea¡±. Picasso y ?luard compart¨ªan est¨¦tica, mundo er¨®tico y afectivo e ideolog¨ªa. Esta amistad, a prueba de bombas, solo acab¨® con la prematura muerte de ?luard en 1952.
Una relaci¨®n as¨ª deja m¨²ltiples huellas, en poemas y libros, como Les yeux f¨¦rtiles que public¨® ?luard en 1936 que incluye el primer dibujo que el pintor le hizo en enero de ese a?o, al d¨ªa siguiente de presentarle a Dora Maar, la que ser¨ªa su pareja en los siguientes a?os. Tambi¨¦n el primero de los muchos poemas titulados A Pablo Picasso, que comienza: ¡°He vuelto a ver a quien no olvido nunca. A quien no olvidar¨¦ jam¨¢s¡± y un buen n¨²mero de retratos y dibujos que Picasso realiz¨® de ?luard y Nusch, la segunda compa?era del poeta, despu¨¦s de que Gala lo abandonara tras caer rendida en brazo de Dal¨ª en 1929. Y c¨®mo no, m¨²ltiples fotograf¨ªas realizadas por artistas (y amigos de ambos) como Man Ray y Brassa?, y abundantes cartas y postales cruzadas que evidencia el aprecio y admiraci¨®n mutua. El Museo Picasso de Barcelona re¨²ne gran parte de estos testimonios y los presenta en la exposici¨®n Pablo Picasso, Paul ?luard. Una amistad sublime (hasta el 15 de marzo), t¨ªtulo prestado de la dedicatoria de ?luard de uno de sus libros ilustrado por Picasso en 1942: ¡°Gracias a tu audacia prolongas nuestra vida. [¡] Te dedico a ti, mi amigo sublime, este libro¡±.
La exposici¨®n, comisariada por Mal¨¦n Gual y Emmanuel Guigon, conservadora y director del museo barcelon¨¦s, permite ver, de forma gr¨¢fica, c¨®mo los poemas de las vitrinas y las obras de las paredes se interrelacionan e influyen, sobre todo tras el estallido de la Guerra Civil. ¡°Es el momento en el que Picasso se politiza y toma partido por la causa republicana por influencia de Dora Maar¡±, destaca Gual. En 1937 Picasso realiza Fin del monstruo, un grabado que tom¨® el t¨ªtulo de un poema de ?luard y en enero de 1937 crea Sue?o y mentira de Franco, despu¨¦s de que ?luard publicara Noviembre 1936, en el que cuenta sus experiencias en el asedio de Madrid por Franco. Por contra, el poema La victoire de Guernica lo escribi¨® ?luard mientras Picasso pintaba su gran lienzo antibelicista.
Los dos y sus parejas comparten vacaciones de verano al sur de Francia, en Mougins, un contacto que acaba con un buen n¨²mero de pinturas, sobre todo de Nusch, entre 1936 y 1941. ¡°Algunos apuntan que entre Picasso y ella hab¨ªa algo m¨¢s. No ser¨ªa extra?o en el ambiente de tolerancia en el que todos viv¨ªan. Pero no est¨¢ claro¡±, explica Gual.
Paloma de la paz
Las bombas de la Segunda Guerra Mundial y el pase a la clandestinidad de ?luard tras ingresar en el Partido Comunista Franc¨¦s no impiden que los dos sigan vi¨¦ndose y colaborando en publicaciones clandestinas como La Conqu¨ºte du monde par l'image, de 1942. Poco antes ?luard ha escrito su famoso poema, Libert¨¦, s¨ªmbolo de la resistencia, que las tropas aliadas lanzaban sobre la poblaci¨®n desde el aire. El original, en el que el poeta tach¨® un primer t¨ªtulo dedicado a Nusch y una copia manuscrita que dio a Picasso, pueden verse en la muestra. Al lado, 16 de los 18 retratos distintos que Picasso realiz¨® de su amigo en un solo d¨ªa en 1941.
En 1944, tras la liberaci¨®n la amistad se refuerza. Picasso se afilia al Partido Comunista y comienza la colaboraci¨®n conjunta en congresos de la paz. Es el momento en el que la paloma dibujada por Picasso se convierte en s¨ªmbolo del pacifismo. En junio de 1950 ?luard se casa, por tercera vez, con Dominique. El pintor les regala el Gran jarr¨®n con bailarines y m¨²sicos, una de las cer¨¢micas m¨¢s bellas que cre¨® que tambi¨¦n est¨¢ en la muestra.
Todo acaba en 1952 con la muerte de ?luard. Una enorme foto muestra a Picasso junto a su tumba en uno de los d¨ªas m¨¢s tristes para el malague?o.
Pintor, genio y poeta
Si fuera chino no ser¨ªa pintor sino escritor, escribir¨ªa mis pinturas", escribi¨® Picasso. Todo el mundo reconoce su destreza y genialidad como pintor, pero pocos lo asociar¨ªan a una producci¨®n escrita y po¨¦tica. Y eso pese a que desde muy peque?o llenaba de notas y textos, de forma casi compulsiva, muchos de sus trabajos. "La poes¨ªa es la matriz de toda su creaci¨®n", asegura Maria-Laure Bernadac una de las tres comisarias (junto a Androula Michael y Claustre Rafart) de Picasso poeta, la segunda exposici¨®n que abre sus puertas en el Museo Picasso de Barcelona (hasta el 1 de marzo). En 1935 ya Andr¨¦ Breton lo consagra como tal tras publicar Picasso po¨¨te en la revista Cahiers d'art.
Para las comisarias, despu¨¦s de rastrear, como no, su amplia producci¨®n escrita, no tienen duda de que Picasso entend¨ªa la escritura como el complemento indisociable a la pintura, ¡°de tal forma que cuando pinta quiere nombrar las cosas y cuando escribe las visualiza¡±. La mayor¨ªa de sus poemas, de una gran belleza pl¨¢stica, son tambi¨¦n como ¨¦l, ca¨®ticos. Lo mismo crea versos con rima y estrofa, como palabras que encadena de forma autom¨¢tica, hace poemas r¨ªo o en bucle, poemas rizom¨¢ticos, todos complejos, donde casi siempre hace tachones y reescribe, llenando papeles por completo, de la misma forma que pinta.
Para Bernadac es b¨¢sico conocer sus escritos y sus versos para entender sus pinturas porque existe una correspondencia entre textos y cuadros, los temas permanecen y ¡°tritura el lenguaje de la misma libertad que aplica en el resto de medios¡±.
De lo que no cabe duda es que la exposici¨®n descubre una de las partes m¨¢s ¨ªntimas de Picasso en la que se desnuda en cuerpo y alma y recoge en un contexto m¨¢s amplio los estrechos v¨ªnculos entre sus textos y obras suyas como los collages, las repeticiones y variaciones de un mismo tema.
En la muestra pueden verse cinco de las 11 variaciones de su poema dibujado Nieve al sol (1934); la tinta china La mujer que llora (1937), el violento y sac¨¢rstico Retrato de la marquesa de culo cristiano ech¨¢ndole un duro a los soldados moros defensores de la Virgen (1937), en el que denuncia el v¨ªnculo de la iglesia con el ej¨¦rcito; el poema litografiado Trozo de alm¨ªbar (1939), Le Chant des morts (1948), cuarenta y tres poemas de Pierre Reverdy iluminados, con tinta roja, por Picasso con 125 litograf¨ªas a la manera de los manuscritos medievales. Que Picasso ten¨ªa carencia de escritura no cabe duda. Lo confes¨® a su amigo Roberto Otero: "en el fondo soy un poeta descarriado".
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