Miguel Gallardo: ¡°Ser¨ªa rid¨ªculo ilustrar los chistes de Rubianes¡±
El historietista ilustra el libro 'Rubianes solamente', una selecci¨®n de mon¨®logos del actor con textos in¨¦ditos manuscritos del c¨®mico
Parece extra?o, pero Pepe Rubianes y Miguel Gallardo no se conoceron. "De vista, s¨ª, claro. En los a?os 70 y 80, todos coincid¨ªamos en los bares de aquel Raval", comenta el dibujante. Se refiere a las pandillas de tatreros, de dibujantes, de artistas... Ahora Miguel Gallardo (Lleida, 1955) ilustra el libro Rubianes solamente (Random C¨®mics), una recopilaci¨®n de mon¨®logos del actor fallecido en 2009. "Me llamaron porque buscaban a alguien que los ilustrara de forma creativa, me dieron total libertad y... me puse a flipar durante un par de meses o tres", explica el dibujante de El V¨ªbora.
El libro est¨¢ dividido en cinco actos ("Soltero", "El p¨²blico", "A trabajar", "Las tapas" y "Los viajes de Pepe") que tocan todos los palos que uno puede recordar de los espect¨¢culos de Rubianes: los fachas, las pajas a la sombra de una acacia, el matrimonio, los explotadores, cubanas despampanantes, el trabajo que dignifica ("?al co?o de tu abuela dignifica, mam¨®n!")... Al final reproduce un cuaderno manuscrito (?con letra de ni?a de colegio de monjas!) e ilustrado por el propio Rubianes de un viaje a ?frica en 1997, parte del material que conserva Carmen, hermana del actor.
Al leer el libro es inevitable imaginarse a Rubianes. Es ¨¦l en esencia. "Por eso no quer¨ªa sacarlo mucho a ¨¦l [aparece apenas en un par de caricaturas]", explica Gallardo, que he querido imbuirse del esp¨ªritu de Rubianes y a partir de ah¨ª, hacer lo que le haya rotado. "Nunca se me ha pasado por la cabeza hacer un c¨®mic de un espect¨¢culo suyo. Rubianes es Rubianes, todo el mundo lo conoce, sus mon¨®logos son cojonudos pero, claro, parte del inter¨¦s era el directo, ver c¨®mo ¨¦l se divert¨ªa, as¨ª que no puedes ilustrar sus chistes porque ser¨ªa rid¨ªculo. Entonces lo que yo he intentado hacer es un juego sobre su juego".
Las ilustraciones, bitonales, en rojo y negro, esconden mil y una referencias: "A m¨ª me gusta mucho jugar con pastiches, ¨¦pocas, nostalgias y cosas as¨ª", comenta Gallardo. "El reciclaje me pone mucho: recupero referencias fantasmas que si el lector las pilla, perfecto, pero si no, tambi¨¦n". As¨ª vemos a Tint¨ªn ("no hay personajes m¨¢s diferentes que Rubianes y Tint¨ªn", subraya el ilustrador), caras de las razas de Domund, dibujos sacados de uan publicidad de cacao belga de los a?os 60, los monigotes de las calificaciones de las pel¨ªculas de muchas revistas, carteles de Mayo del 68... Pero, a pesar del "saqueo" que practica y que tanto le gusta a Gallardo, su sello en el libro es innegable.?
SI algo destaca Gallardo de Rubianes es el tipo de humor: "Bebe en ese aut¨¦ntico humor de aqu¨ª, que es esa s¨¢tira, ese cagarse en todo. Es el amigo del grupo que cuenta bien las historias. Cada historia la contaba diferente. ?El t¨ªo iba a su puta bola! Estaba destinado a ser un outsider. Lo m¨¢s importante era verlo a ¨¦l ri¨¦ndose de sus chistes. Y la ternura de esa cara que pon¨ªa de ni?o que acaba de hacer una gamberrada y no lo han pillado, todav¨ªa".
Rubianes bebe en ese aut¨¦ntico humor de aqu¨ª, que es esa s¨¢tira, ese cagarse en todo
En muchas conversaciones en los ¨²ltimos tiempos sale a relucir Rubianes. ?Qu¨¦ dir¨ªa Rubianes del proc¨¦s? ?Y de los CDR? ?Hasta d¨®nde habr¨ªa llegado en su cr¨ªtica a Vox? "Creo que ahora mismo ser¨ªa muy necesario", reconoce Gallardo. "No hab¨ªa nada sagradao para ¨¦l. Ahora la pol¨ªtica se ha vuelto muy seria.Todo el mundo utiliza las palabras libertad, democracia, opresi¨®n, fascismo, represi¨®n, franquismo... como si las cosas fueran gratis y no tuvieran ning¨²n significado".
"No creo que Rubianes se adscribiera a nada, ni a una idea, ni a una ideolog¨ªa, ni a una pol¨ªtica", sostiene Gallardo. "Era como los bufones de antes, su labor era descojonarse de todo y aguantar el chaparr¨®n. Se met¨ªa con la monarqu¨ªa, con La Caixa... le daba lo mismo. Era esa voz de la gente que se caga en algo que est¨¢ viendo por la tele. En los 60, mi padre protestaba en el ¨²nico sitio en el que se pod¨ªa protestar, que era el sill¨®n de delante de la tele o de al lado de la radio. Era la forma en que los espa?oles aprendimos a protestar, en privado".
Ahora que la pol¨ªtica se ha vuelto tan seria, Rubianes ser¨ªa muy necesario. No hab¨ªa nada sagrado para ¨¦l
?Makoki Rubianes?
Pepe Rubianes interpret¨® a un antih¨¦roe del c¨®mic, el Makinavaja. Otro antih¨¦roe de la ¨¦poca fue el personaje de Gallardo Makoki. "Es muy dif¨ªcil llevar al cine a Makoki [un tipo que se escap¨® de un frenop¨¢tico en pleno electroshock y va por los bajos fondos con un casco con electrodos al viento]. Era demasiado tronado, aunque hubo un par de proyectos que no prosperaron, uno del productor Pedro Costa y otro de ?lex de la Iglesia, que pensaba meter a Makoki como secundario en una pel¨ªcula de los a?os 70".
Makoki, que tuvo su propia revista, era un elemento m¨¢s en aquella Barcelona que muri¨® a finales de los 80. "Los Juegos Ol¨ªmpicos nos lo limpiaron todo", dice, apesadumbrado, Gallardo. "No digo que fuera lo ideal ni lo recuerdo como que cualquier tiempo pasado fue mejor, solo que era muy diviertido". Rubianes supo seguir divirti¨¦ndose y si no, siempre le quedaba una acacia en la sabana africana.
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