Manel no detiene su evoluci¨®n

Cada d¨ªa un conejo sale de la chistera, cada concierto es el nuevo paso de un camino diferente, cuando intentas hacer la foto, el sujeto ya se ha movido. Manel, el grupo que no quiere parecerse a su ayer, que retuerce la m¨²sica para no verse siempre igual, abri¨® oficialmente temporada con un concierto que de nuevo les congraci¨® con su clientela, absorta, entusiasmada, entregada y feliz en un Hivernacle del Poble Espanyol donde agotaron las localidades convocados por el festival Cru?lla. Y s¨ª, en natural consecuencia de su ¨²ltimo disco, la electr¨®nica paut¨® una actuaci¨®n donde si cabe, Per la bona gent funcion¨® incluso mejor que en disco, dando cuerpo a unas canciones que adaptadas a las posibilidades del cuarteto muestran que no hay fronteras que resistan su inquietud. S¨ª, Manel siguen siendo los de siempre adapt¨¢ndose como nunca. Pedalear para no detenerse.

El inicio del concierto fue quiz¨¢s su parte m¨¢s brillante, aquella que luc¨ªa electr¨®nica en las canciones m¨¢s nuevas, protagonistas del arranque. Con Els entusiasmats, genuino pop electr¨®nico, la carpa emplazada en la plaza mayor del Poble Espanyol ya parec¨ªa encontrarse en los bises, de desatada estaba la concurrencia. La fiesta subi¨® con Aqui tens el meu bra? y su ra¨ªz reggae, que luego, con La serotonina, recal¨® en la m¨²sica latina para seguir bailando. Canvi de paradigma resitu¨® el repertorio en el nuevo disco antes que esta canci¨®n desembocase en Captatio benevolentiae y reinase el ¡°i, a vegades, ens en sortim¡± coreado por los presentes como si en cada letra fuese la vida, esa vida llena de reveses de los cuales, s¨®lo a veces, se escapa. Fue uno de los momentos culminantes de la noche, aquellos instantes en los que se percibe con nitidez que el artista ha encontrado una frase de la que toda su audiencia se siente protagonista.

A todo ello, la proximidad de Manel con su p¨²blico no s¨®lo viene dada por las letras, sino por una forma de hacer melod¨ªas que retrotrae a la m¨²sica familiar, esas tonadas que tienen tanto sabor de envelat como de canci¨®n de cuna, de fiesta mayor como de canci¨®n tradicional, de m¨²sica que en definitiva parece habernos acompa?ado desde siempre. Pop de aqu¨ª. S¨®lo en este sentido es Manel un grupo folk, porque su forma de hacer pop se hunde en lo popular, una tradici¨®n de m¨²sica llana y dom¨¦stica, que suena propia y reconocible y a la que el grupo, que no necesita de entornos rurales, viste con la urbanidad de la clase media y sus sonidos contempor¨¢neos. Fue precisamente una canci¨®n de este estilo, La can?¨® del soldadet, casi una nana, la que abriendo los bises volvi¨® a enloquecer al p¨²blico, habiendo escuchado ya Jo competeixo y Teresa Rampell antes del paso por escena de dos piezas m¨¢s del nuevo disco, la autopar¨®dicca y petarda?Boy Band y Per la bona gent.

La cuesti¨®n es que Manel lo volvieron a hacer, parecerse a s¨ª mismos con una piel diferente, profundizando en los recursos que las bases digitales ofrecen a una banda de hoy en d¨ªa. Ellos son los mismos pero, como banda parecen algo distinto, tanto que las nuevas versiones de sus viejas piezas hab¨ªan de superar la introducci¨®n para que el p¨²blico las reconociese. Mirar hacia adelante es la manera de que no te alcance el pasado y la vida se torne una sucesi¨®n de batallitas. Ante un tel¨®n iluminado de forma que pareciese diferentes obras de Rothko, Manel volvieron a ser Manel, un grupo en permanente evoluci¨®n.