La iglesia barcelonesa busca beneficiarse del ¡®boom¡¯ tur¨ªstico
La catedral, Santa Maria del Mar y Sant Pau del Camp lanzan una entrada combinada de 14 euros para visitar los tres edificios
Dentro de una iglesia hay muchos puntos de alta religiosidad. Y si el templo es un enorme edificio g¨®tico como la catedral de Barcelona, capaz de acelerar sentimientos a cada paso que se da en su interior, mucho m¨¢s. Desde la cripta de Santa Eulalia, copatrona de la ciudad al Cristo de Lepanto que la tradici¨®n asegura que desvi¨® su cuerpo para evitar el impacto de una bala de ca?¨®n enemigo en esta famosa batalla que enfrent¨® a ¡°moros¡± con cristianos. Otro elementos es, sin duda, la imagen de Santa Elena, la madre del emperador Constantino a la que la tradici¨®n cristiana atribuye el haber localizado la cruz de Jesucristo. Ella corona, a 70 metros de altura el cimborrio, la torre m¨¢s alta de la catedral, una estructura que pasa por g¨®tica aunque pocos saben que fue levantada a comienzos del siglo XX por el arquitecto August Font.
A los pies de esta enorme santa, rodeados de ¨¢ngeles alados que coronan las crester¨ªas y ante una completa vista de 360 grados de toda Barcelona se celebr¨® ayer una rueda de prensa para presentar una iniciativa encaminada a conseguir m¨¢s visitantes a tres de los edificios religiosos m¨¢s destacados de la ciudad: el bello y coqueto edificio rom¨¢nico de Sant Pau del Camp y los enormes edificios g¨®ticos de Santa Mar¨ªa del Mar y la misma catedral de Barcelona. Los responsables de los tres edificios religiosos han puesto en marcha una entrada combinada con la finalidad de atraer m¨¢s visitantes y as¨ª poder aumentar sus ingresos.
Seg¨²n los ¨²ltimos datos de turismo, Barcelona sigue batiendo r¨¦cord de visitantes: de enero a agosto de este a?o un total de ocho millones de turistas han protagonizado un total de 22 millones de pernoctaciones (un 6% m¨¢s que en 2018); un fen¨®meno que genera un buen n¨²mero de ingresos, y la iglesia, y en concreto, la Di¨®cesis de Barcelona, no quiere mantenerse al margen. Por eso, ha lanzado una nueva iniciativa que por ahora implica a tres edificios de la ciudad: la catedral, Santa Maria del Mar y Sant Pau del Camp, pero que en un futuro sumar¨¢ m¨¢s edificios medievales. Se trata de Alma Medieval, una entrada combinada, que podr¨¢ usarse a lo largo de tres d¨ªas, que permite acceder a los tres edificios por un total de 14 euros ¡ªtres menos que comprando las entradas por separado, lo que el ahorro es de un 23%¡ª, 10 euros para colectivos vulnerables.
Seg¨²n explicaron los responsables de la di¨®cesis y de cada uno de los templos, en la base del pin¨¢culo del cimborrio, despu¨¦s de subir por una estrecha y pronunciada escalera de caracol, con esta entrada se podr¨¢ acceder a rincones de estos edificios vetados a la mayor¨ªa de visitantes. "Es una iniciativa para captar m¨¢s p¨²blicos, no solo visitantes de fuera y turistas culturales vinculados a congresos, tambi¨¦n incentivar al visitante local para que conozca su patrimonio. Puede ser un regalo diferente para estas vacaciones de Navidad", resalt¨® Josep Maria Turull, director del secretariado de la Pastoral de Turismo, Peregrinaciones y Santuarios.
Hasta ahora, los tres edificios recib¨ªan un total de 685.000 visitantes que pasaban por taquilla, pese a que son muchos m¨¢s los que entran para rezar. En la catedral, uno de los edificios m¨¢s visitados de la ciudad, son 2,5 millones de personas al a?o en total. ¡°Es un compendio de estilos arquitect¨®nicos de los ¨²ltimos mil a?os, pero nos gustar¨ªa que los visitantes se fijen no solo en el arte sino en el papel de esta iglesia en la historia y en la vida de Barcelona¡±, explica el Josep Ramon P¨¦rez, decano del cap¨ªtulo de la catedral, que recuerda el magn¨ªfico coro que ocupa el espacio central de la nave que se construy¨® hace 500 a?os y que acogi¨® el cap¨ªtulo del tois¨®n que presidi¨® el mismo emperador Carlos I.
Santa Maria del Mar recibe en un a?o entre 70.000 y 75.000 personas persones ¡ªunas cifras parecidas a las de muchos museos de la ciudad¡ª. ¡°Es una bas¨ªlica muy conocida gracias al libro y la serie de televisi¨®n¡±, seg¨²n el rector Salvador Pier que aclara que durante ocho horas al d¨ªa el edificio est¨¢ abierto a todo el mundo ¡°somos la catedral del pueblo¡± y recuerda que solo se cobra al mediod¨ªa cuando se hacen las visitas organizadas que permiten ver rincones como la cripta de la iglesia y las cantor¨ªas donde se ha instalado un peque?o museo del famoso edificio.
La tercera iglesia que se ha sumado es la de San Pau del Camp, en el Raval. Recibe unos 10.000 visitantes al a?o. ¡°Esperemos que sirva para que los vecinos entren a visitarnos. A muchos les suena pero no saben que hay detr¨¢s de las paredes rom¨¢nicas¡±, seg¨²n el joven rector Joan Cabot.
Los ingresos que se recauden con esta iniciativa ir¨¢n en su mayor¨ªa a la rehabilitaci¨®n y el mantenimiento de los edificios. En la catedral se trabaja ahora mismo en parte de los terrados del edificio g¨®tico y en los de la capilla rom¨¢nica de Santa Ll¨²cia, tal y como se pod¨ªa apreciar ayer y pronto comenzar¨¢ la restauraci¨®n de las vidrieras medievales ¡°que necesitan una urgente rehabilitaci¨®n¡±, seg¨²n el decano catedralicio. ¡°No tenemos ayudas de ning¨²n tipo¡±, apunta Pier que hace poco concluy¨® los trabajos de rehabilitaci¨®n del ¨¢bside de Santa Maria recuper¨¢ndose cinco capillas ocultas durante siglos.
¡°Una raza especial, que es la de los turistas¡±
Al anterior responsable de Patrimonio del Arzobispado de Barcelona, Josep Maria Mart¨ª Bonet, le gusta decir con el tono humor¨ªstico que le caracteriza, que ¡°en Barcelona en el siglo XIV se construyeron cuatro catedrales en apenas un kil¨®metro de distancia: la catedral de Barcelona, Santa Maria del Mar, Santa Maria del Pi y Sants Just i Pastor. Y los que trabajaban en una pod¨ªan ver c¨®mo se constru¨ªan las otras tres¡±. Tambi¨¦n, que eso fue posible ¡°porque entonces hab¨ªa mucha fe y mucho dinero y ahora no hay ni lo uno ni lo otro. Menos mal que existe una raza especial, que es la de los turistas. Gracias a ellos es posible restaurar todos estos edificios para que sigan vivos¡±.
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