Tempestad en el Bot¨¤nic II: Cortocircuito entre Puig y Oltra
Las relaciones entre ambos, coinciden diversas fuentes, est¨¢n rotas
En la pel¨ªcula Tempestad sobre Washington -magn¨ªfico drama pol¨ªtico dirigido en 1962 por Otto Preminger- se produce un breve di¨¢logo entre un contenido Henry Fonda, en el papel de candidato a secretario de Estado de EE UU, y Charles Laughton, dando vida a un maquiav¨¦lico senador republicano empe?ado en frustrar la candidatura del primero por sus supuestas simpat¨ªas comunistas. El intercambio de frases revela con toda la crudeza el ambiente el¨¦ctrico del momento pol¨ªtico que refleja la ficci¨®n:
-Creo que vamos a tener carne fresca para el puchero-, dice Laughton, con regodeo, convencido de que ha malogrado las aspiraciones de su oponente. Le ha dado caza.
-S¨ª, pero mucho me temo que no va a ser para el suyo, senador-, le replica Fonda en respuesta a la provocaci¨®n.
Ambos protagonistas respetan las formas de la cortes¨ªa parlamentaria, formas que enmascaran la animadversi¨®n que alienta a ambos; y que se aprecia en sus palabras y en los rictus de sus rostros. Libran una guerra sin cuartel.
La atm¨®sfera de la secuencia me remite a la animosidad que se ha instalado entre los dos principales socios del Govern del Bot¨¤nic II, PSPV-PSOE y Comprom¨ªs. Los de Podemos, tercera pata de la coalici¨®n, de momento siguen de oyentes.
Evacuadas consultas con unos y otros, me abruma comprobar que todos concluyen en similar diagn¨®stico: ¡°Las relaciones entre Ximo Puig y M¨®nica Oltra est¨¢n rotas¡±. Es la conclusi¨®n final que confirma el cortocircuito que parece existir entre la Presidencia de la Generalitat y la Vicepresidencia primera. Me abruma como sin¨®nimo de fastidio, de enojo. ?Qu¨¦ pasa? ?Es el Consell valenciano un remedo de patio de instituto, con adolescentes hormonados que se dan y retiran el saludo entre bravuconer¨ªas y jaleados por los propios?
La crisis del bipartidismo y la ausencia de mayor¨ªas absolutas ha alumbrado, entre otras consecuencias, la paradoja de tener que cerrar acuerdos de gobierno entre actores pol¨ªticos que son directos competidores en el mercado electoral. El pacto a tres bandas -cuatro si contemplamos a Esquerra Unida- entre PSPV-PSOE, Comprom¨ªs y Unidas Podemos es un ejemplo palmario de dicha paradoja. El polit¨®logo Pablo Sim¨®n en su ensayo El Pr¨ªncipe moderno (Editorial Debate, 2019) plantea sin ambages la cuesti¨®n, con may¨²sculas: ¡°?C¨®mo gobernar con alguien a quien quieres derrotar en las urnas?¡±.
La primera edici¨®n del Pacte del Bot¨¤nic -2015/2019- fue saludada por buena parte de la audiencia pol¨ªtica y medi¨¢tica con la amenaza de malos augurios. La lideresa del PP valenciano, Isabel Bonig, bautiz¨® el acuerdo como el ¡°Pacto del Titanic¡±, met¨¢fora de f¨¢cil comprensi¨®n hasta para los menos versados en nuestra dom¨¦stica pol¨ªtica. No fue as¨ª. Llamativo resulta que quienes ahora achacan al desencuentro personal entre Puig y Oltra la amenaza de naufragio, son los mismos que durante la pasada legislatura atribu¨ªan el ¨¦xito de la primera singladura bot¨¢nica a la buena sinton¨ªa entre ambos dirigentes.
La situaci¨®n de desencuentro entre ambos partenaires pol¨ªticos ha llegado a tal punto que hace unas semanas, antes de la cita electoral del 10-N, el secretario de organizaci¨®n del PSOE, el valenciano Jos¨¦ Luis ?balos, fue advertido desde tierras valencianas del precario equilibrio -a punto de quebrarse- que rige en el Ejecutivo auton¨®mico. Fue con motivo de la negociaci¨®n del proyecto de ley de Presupuestos de la Generalitat para 2020. La tensi¨®n lleg¨® a tal extremo que conseller hubo, a la vista de las magras cifras asignadas a su departamento, que amenaz¨® con renunciar y regresar a sus quehaceres.
?Conseguir¨¢ el Bot¨¤nic II aguantar toda la legislatura? Habr¨¢ que verlo. Quedan casi cuatro a?os por delante y un asunto capital: la reforma del modelo de financiaci¨®n auton¨®mica. Podemos aventurar que si dicho modelo, en situaci¨®n de pr¨®rroga desde 2014 y objetivamente lesivo para los intereses valencianos, no ve la luz en los pr¨®ximos dos a?os, el Gobierno valenciano, entonces s¨ª, parecer¨¢ el Titanic y aquello ser¨¢ un s¨¢lvese quien pueda. En Comprom¨ªs, y especialmente en el Bloc, ya se est¨¢n preparando para dar la batalla.
Sobre deslealtades personales en el seno del Consell, escribiremos otro d¨ªa.
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