No hay pesebre sin pol¨¦mica en la plaza de Sant Jaume de Barcelona

Todav¨ªa no ha abierto oficialmente, pero, un a?o m¨¢s, ya genera pol¨¦mica. El pesebre del Ayuntamiento de Barcelona en la plaza de Sant Jaume vuelve a ser objeto de debate p¨²blico. Este a?o lo componen una treintena de cajas de madera apiladas, como si fuera una buhardilla o un trastero, con objetos familiares dentro y tambi¨¦n las figuras tradicionales de la Navidad.

El bel¨¦n lo firma este a?o Paula Bosch, que ha querido homenajear los objetos que evocan la Navidad. Los adornos, las bolas, las soperas, la comida, las copas de cava, los polvorones, distintos pesebres, figuras nuevas y otras m¨¢s viejas o espumill¨®n.

La instalaci¨®n, adem¨¢s tiene dos caras. La descrita es la parte delantera, con iluminaci¨®n para cada caja. Y la posterior es la silueta de una ciudad, con ventanas iluminadas, farolas encendidas y cables que conectan una caja con la contigua.

La de este a?o es una pol¨¦mica m¨¢s est¨¦tica que conceptual. Atr¨¢s han quedado la polvareda que levant¨® hace muchos a?os el robo del ni?o Jes¨²s, el bel¨¦n que inclu¨ªa una figura de un butanero; o el del a?o pasado, una mesa con sillas que representaban los personajes tradicionales y en el que el ni?o Jes¨²s se intu¨ªa por la silla decorada con un babero.

Rebobinando desde que Ada Colau es alcaldesa de la capital catalana, en 2015 se estren¨® con un bel¨¦n que representaba distintas escenas sobre libros desplegables --pop up--; el segundo llen¨® la plaza de bolas de nieve de cristal tambi¨¦n con pasajes; en 2017, muy sencillo, lo conformaban las figuras tradicionales silueteadas y colocadas sobre pies met¨¢licos; y el pasado, la pol¨¦mica mesa sin figuras.