Almeida iza otra bandera gigante: ¡°Ser de Madrid es ser espa?ol¡±
El alcalde de la capital preside la colocaci¨®n de una rojigualda monumental en una plaza del centro de la ciudad
Sonaba un pasodoble a trav¨¦s de los altavoces cuando apareci¨® el alcalde. Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida se fue directo a saludar a las Siervas de Mar¨ªa, las monjas de un convento cercano que hab¨ªan llegado pronto para coger un buen sitio.
¨CA usted le he visto yo en televisi¨®n¨C, le dijo una monja con un rosario atado a la cintura.
¨CSeguro. A veces salgo¨C, le respondi¨® el alcalde mientras estrechaba manos a un lado y otro.
Y justo ah¨ª entr¨® en acci¨®n la hermana Felicidad, de 83 a?os, una mujer cerebral y de mente ordenada, para centrar el debate:
¨CTodo lo que hacen los espa?oles est¨¢ bien hecho.
A Almeida le hizo gracia la ocurrencia. La religiosa sab¨ªa bien que el alcalde hab¨ªa venido aqu¨ª a darse un ba?o de espa?olidad.
Un rato antes, Felicidad fue de las pocas que estuvo presente en el ensayo general del izado de una bandera gigante de Espa?a que desde este martes presidir¨¢ la plaza de Chamber¨ª, en Madrid. ?ngel Carromero, asesor del Ayuntamiento, vigilaba que todo se hiciera con la debida diligencia. "Ay, madre m¨ªa. Y de fondo el himno nacional. Me emocion¨¦ yo solita", reconoci¨® la monja.
Despu¨¦s fue el alcalde el encargado de presidir el acto, acompa?ado de los dem¨¢s grupos del Ayuntamiento. No falt¨® la vicealcaldesa Bego?a Villac¨ªs (Cs), ni Ortega Smith (Vox), Pepu Hern¨¢ndez y?Nacho Murgui (M¨¢s Madrid)? Almeida dio un discurso en defensa de la Constituci¨®n con referencias veladas a los independentistas ("algunos pretenden romper la convivencia"), a sus oponentes pol¨ªticos ("hay quien quiere reabrir la transici¨®n y viejas heridas") y defini¨® con claridad lo que para ¨¦l es ser madrile?o: "Ser de Madrid es ser de la Constituci¨®n de 1978. Ser de Madrid es ser espa?ol".
Al acabar, enrollada en una bandeja de plata, el alcalde le hizo entrega de la bandera, de 7,5 por cinco metros, a la guardia de gala de la Polic¨ªa Municipal. El destacamento la llev¨® con solemnidad hasta el m¨¢stil de 18 metros colocado a un lado de la plaza. El himno de Espa?a son¨® mientras la izaban al cielo.
Las banderas espa?olas de tama?o considerable aparecieron en los ¨²ltimos a?os en municipios madrile?os como Las Rozas y Boadilla del Monte. En este ¨²ltimo pueblo, su antiguo alcalde, Antonio Gonz¨¢lez Terol, coloc¨® una en cada esquina. Terol es ahora diputado nacional y uno de los hombres de confianza de Pablo Casado, el l¨ªder del PP. La fiebre de la bandera se extendi¨® a la capital poco antes de las ¨²ltimas elecciones generales. M¨¢s concretamente a barrios de rentas altas y de ideolog¨ªa conservadora. Se colocaron dos en los barrios de Las Tablas y Montecarmelo, y ahora le toc¨® el turno a la de Chamber¨ª. La instalaci¨®n de estas tres han sido una iniciativa del concejal Javier Ram¨ªrez Caro. ?l dice que simbolizan el sentimiento de muchos vecinos que colocaron banderas en los balcones de sus casas tras el refer¨¦ndum ilegal del 1 de octubre en Catalu?a.
En los municipios gobernados por la izquierda no se ha extendido este furor por la rojigualda. En los 25 municipios m¨¢s poblados de Madrid solo hay banderas extra, m¨¢s all¨¢ de las oficiales y obligadas por ley, en nueve de ellos, todos gobernados por el PP. En Getafe los grupos pol¨ªticos rechazaron colocar una de estas caracter¨ªsticas en una rotonda junto a la base a¨¦rea, y criticaron que el PP vincule el patriotismo con la exhibici¨®n de la bandera.
El Ayuntamiento reparti¨® copias de la constituci¨®n entre los asistentes. Luis Garc¨ªa Moreno, un jubilado de 66 a?os en ch¨¢ndal y zapatillas deportivas, guard¨® la suya como oro en pa?o. Le llam¨® la atenci¨®n que los ni?os de un colegio cercano que hab¨ªan sido invitados al acto corearan con entusiasmo a Almeida. "Estos ni?os gritan "alcalde, alcalde". No te digo lo que dicen en Catalu?a...", dijo con misterio. Todos los a?os, seg¨²n ¨¦l, peregrina a la tumba de Adolfo Su¨¢rez en ?vila y se pone de rodillas ante la l¨¢pida. "Le digo: Adolfo, reenc¨¢rnate aunque sea de pasante. Ese hombre supo hacer consenso y mayor¨ªas. Se abraz¨® a Carrillo. Ya no tenemos esas figuras", lament¨®.
Despu¨¦s, Luis esper¨® a que acabase el acto para que el alcalde le firmara el ejemplar de la constituci¨®n. "Para Luis...", le escribi¨® Almeida con un rotulador, estampando una dedicatoria en un libro que escribieron otros. A una burgalesa que vive en Barcelona le escribi¨® en la primera p¨¢gina: ¡°A Amalia, que defiende a Espa?a desde Catalu?a¡±.
El rey de las banderas no vive su mejor momento
En tiempos de fiebre nacionalista, el empresario que domina el mercado de la publicidad textil ha salvado su empresa tras una bancarrota. Lleg¨® sin papeles con 21 a?os y se puso a vender libros puerta a puerta. Un d¨ªa, en el sal¨®n de su piso del barrio obrero de Canillejas, en Madrid, dijo a su esposa y sus hijas que iban a hacer una bandera espa?ola para probar. Utilizaron la batidora y el horno. ?l, muy patriota, no entend¨ªa por qu¨¦ los espa?oles solo sacaban su bandera para el f¨²tbol y quer¨ªa que cambiasen las cosas. [Sigue leyendo aqu¨ª]
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