Dos ¨®peras en una

Ritmo cinematogr¨¢fico, decorados y ambientaci¨®n realista y una ingeniosa forma de entrelazar las tramas de Cavaller¨ªa rusticana, de Pietro Mascagni, e I Pagliacci, de Ruggero Leoncavallo, como si fueran dos cap¨ªtulos de una misma historia. Con esta ingeniosa propuesta teatral, el montaje del doblete verista por excelencia dirigido por Damiano Michieletto gan¨® el Premio Laurence Olivier al mejor espect¨¢culo oper¨ªstico de 2016 tras su ¨¦xito en la Royal Opera House. La producci¨®n ha conquistado tambi¨¦n al Liceo bajo la batuta de Henrik N¨¢n¨¢si y con Roberto Alagna en un impresionante doblete.

El verismo busca la emoci¨®n directa llevando a la escena "un trozo de vida". El arte como reflejo de la realidad, motor de la literatura naturalista, encuentra en las dos breves ¨®peras de Mascagni y Leoncavallo, ambientadas en la Italia rural, la piedra fundacional de la escuela verista italiana. Ambos t¨ªtulos comparten tramas violentas, de sangre y v¨ªsceras, de honor limpiado a golpes de navaja: violencia machista, pura y dura.

Michieletto entrelaza con habilidad las dos tramas: los c¨®micos de Pagliacci llegan al pueblo de Santuzza y Turiddu, la desdichada pareja protagonista de Cavalleria rusticana, para poner en escena su espect¨¢culo ambulante. El juego teatral crea as¨ª simetr¨ªas inesperadas que consolidan en los dos intermezzi una dramaturgia que en la ¨®pera de Leoncavallo resulta fascinante al explorar las obsesiones de Canio con sensacionales ideas teatrales. En la de Mascagni, la ambientaci¨®n y el desfile de im¨¢genes religiosas y la atm¨®sfera popular, cae en los t¨®picos del pessebrisme.

Cantar Turiddu y Canio en la misma funci¨®n es un reto que obliga al tenor a controlarse. As¨ª lo hizo Roberto Alagna, quiz¨¢ con demasiada reserva en la primera ¨®pera, aunque l¨®gica, pues Canio es una especie de Otelo superconcentrado y agotador; la voz ha perdido brillo en los agudos, pero la calidad del fraseo, la dicci¨®n incisiva y la entrega del famoso tenor le aseguraron un ¨¦xito notable.

La soprano Aleksandra Kurzak, que estuvo sensacional en el dif¨ªcil papel de Nedda, y el muy bien perfilado Beppe del tenor Vicen? Esteve dieron m¨¢s alegr¨ªas que el rudo canto del bar¨ªtono Gabriele Viviani en el papel de Tonio y el vocalmente muy insuficiente Silvio del tambi¨¦n bar¨ªtono Duncan Rock.

Muy irregular la soprano Elena Pankratova en el papel femenino protagonista de la ¨®pera de Mascagni, Santuzza: tiene recursos y agudos potentes, pero resulta fr¨ªa y fuera de estilo. Frente al ¨¢spero Alfio de Gabriele Viviani, se disfrutaron las magn¨ªficas interpretaciones de la mezzosoprano Elena Zilio (Mamma Lucia) y la soprano Mercedes Gancedo (Lola). En el foso, el director Henrik N¨¢n¨¢si no asegur¨® siempre la tensi¨®n dram¨¢tica, pero dio relieve a detalles orquestales de gran finura y obtuvo una buena y potente respuesta del coro y la orquesta.