S¨ª es s¨ª hasta el final
La red de atenci¨®n a v¨ªctimas de violencia machista en Catalu?a llega solo a una de cada 10 mujeres que se estima que son v¨ªctimas
Ustedes van diciendo s¨ª hasta el final?¡±. El interrogante surg¨ªa en el debate de las elecciones del 28 de abril pasado en boca de Cayetana ?lvarez de Toledo. La pregunta hac¨ªa irrumpir en campa?a una cuesti¨®n en torno a la que hab¨ªa consenso pol¨ªtico tras el debate que provocaron sentencias como las de La Manada: las relaciones sexuales tienen que ser consentidas. Y tienen que serlo desde el principio hasta el final. Si no, son otra cosa. Una mujer tambi¨¦n puede dudar. Y puede decidir no seguir adelante en cualquier momento.
El goteo constante de v¨ªctimas, pero tambi¨¦n la fuerza del movimiento feminista, han servido de revulsivo para sacar de las sombras un problema que ha existido siempre, pero que ahora es una preocupaci¨®n social de primer nivel. Desde la copla La mat¨¦ porque era m¨ªa hasta las manifestaciones multitudinarias ti?endo de violeta nuestras calles se ha avanzado. Pero queda mucho camino por recorrer.
La violencia machista se traduce en Espa?a en varias decenas de mujeres asesinadas al a?o y en miles y miles que sufren maltratos f¨ªsicos, psicol¨®gicos, acoso, abusos, humillaciones y amenazas. Las estad¨ªsticas se encuentran lejos de mostrar la gravedad del problema: el n¨²mero de asesinadas es solo la punta de un iceberg gigantesco.
?Qu¨¦ estamos haciendo? En Catalu?a muy poco. La red de atenci¨®n a v¨ªctimas de violencia machista llega solo a una de cada 10 mujeres que se estima son v¨ªctimas. Sin embargo, los partidos que forman parte del Govern han votado en contra de todas las propuestas presentadas en el Parlament en la actual legislatura que implican un aumento de los recursos para luchar contra esta lacra. En octubre del a?o pasado se aprob¨® que en seis meses ten¨ªa que ser realidad el Pacto Catal¨¢n contra la Violencia Machista, o sea, en abril. Estamos en diciembre y seguimos sin noticias. Tampoco del despliegue reglamentario de la ley 5/2008 que busca erradicarla, que lleva m¨¢s de una d¨¦cada en lista de espera.
Todas las nuevas actuaciones, como los dos nuevos Servicios de Atenci¨®n Especializada para recuperaci¨®n de v¨ªctimas (SIE) o el Protocolo contra las violencias sexuales en entornos de ocio o las campa?as de sensibilizaci¨®n, se est¨¢n financiando con los fondos transferidos por el Gobierno central para desplegar el Pacto de Estado contra la Violencia de G¨¦nero. Un pacto dise?ado para sumar esfuerzos, pero no para sustituir las actuaciones de las administraciones que, como Catalu?a, tienen las competencias transferidas.
A nivel espa?ol, la irrupci¨®n de Vox ha tenido como consecuencia que el PP y Ciudadanos hayan optado por legitimar un discurso que no solo busca eliminar las leyes que intentan combatir la violencia machista, sino negar incluso que existe. Pablo Casado ha pasado de apoyar el Pacto de Estado a afirmar que la violencia de g¨¦nero se soluciona dando empleo a las mujeres. ?lvarez de Toledo ironiza diciendo que no existen organizaciones que digan que hay que matar a las mujeres por el hecho de ser mujeres. Algo que es cierto en su literalidad, pero que banaliza un problema que formaba parte del consenso colectivo y que ha costado d¨¦cadas de lucha. Como recordaba Miguel Lorente en un art¨ªculo reciente, la diferencia entre los partidos conservadores y progresistas no est¨¢ en el n¨²mero de machistas que hay en sus filas, sino en sus pol¨ªticas feministas. Ahora hay que sumar el machismo radical como eje de una parte de las pol¨ªticas conservadoras.
Uno de los principales retos de esta legislatura tiene que ser reformar el C¨®digo Penal para hacer efectivo el ¡°solo s¨ª es s¨ª¡±, pero tambi¨¦n es necesario asumirlo en el d¨ªa a d¨ªa sin matices. La mayor¨ªa de partidos pol¨ªticos parec¨ªa tenerlo claro en un contexto en el que una de cada cinco mujeres ha sido v¨ªctima de abusos sexuales pero las sentencias no reflejan ni el 1% de los casos. En que despu¨¦s de siglos, el cuento de Caperucita Roja contin¨²a vivo porque seguimos ense?ando a nuestras ni?as que no deben ir solas por el bosque porque hay lobos que las pueden violar.
Beatriz Silva es diputada del PSC-Units per Avan?ar en el Parlament.
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