El calcet¨ªn en el tendedero
Vilalta es una de las protagonistas de una negociaci¨®n que viene a ser el romance de Romeo y Julieta, pero con los Montescos y los Capuletos rezongando en los medios
Cuanto m¨¢s delicada es la coyuntura pol¨ªtica m¨¢s preparado debe ir uno a hablar en p¨²blico. No descubro nada. Hace unos a?os, cualquiera pod¨ªa comentar que cre¨ªa en la autodeterminaci¨®n de Catalunya y como mucho aspiraba a que varios espectadores acudieran al diccionario a buscar el significado de la palabra. En 1992, ERC ya ten¨ªa como eslogan electoral ¡°Cap a la Independ¨¨ncia¡±, y si lo gritaban sus l¨ªderes de entonces s¨®lo les volv¨ªa el eco de sus palabras rebotadas contra una pared. Eran tiempos distintos y los miedos iban por otros derroteros. Bueno, y Cayetana ?lvarez de Toledo ten¨ªa 18 a?os.
Hoy todo es distinto, todo se destaca, todo se mide. Las redes vomitan noticias sin discriminar su importancia, ocupa el mismo espacio en twitter el incendio del Amazonas que un gato tocando el piano. Eso, Jos¨¦ Luis ?balos deber¨ªa saberlo. Y deber¨ªa ser consciente de que por mucho que la dijera medio susurrando, con la boca s¨®lo entreabierta, la frase ¡°estoy convencido de que [ERC]ha renunciado a la unilateralidad¡±, en TVE, sonar¨ªa como si la hubiera vociferado por la megafon¨ªa del Palau Sant Jordi. O en medio del hemiciclo del Parlament, en plena sesi¨®n del control al Govern. Y como quien dice, as¨ª ha sido. Mientras Miquel Iceta (PSC), Jessica Albiach (CatEnCom¨²) y el propio president Quim Torra se interpelaban con guantes de l¨¢tex, en los m¨®viles y los port¨¢tiles aparec¨ªa el comentario de ?balos, que entrecomillado y con las medidas de un titular de prensa resaltaba si cabe con m¨¢s relevancia. Algunos socialistas me confiesan que se les han puesto los pelos de punta al leerlo, y otros se han acordado de pronto de que el ministro pasa por ser persona afable y locuaz. Demasiado locuaz, lamentan.
Pero donde m¨¢s han acusado la frase, por supuesto, ha sido en ERC. El asunto de la unilateralidad es motivo de disputa en el partido, y entre ellos y JuntsxCat. Por eso, la cara de la portavoz republicana Marta Vilalta reflejaba m¨¢s desconcierto que cabreo. Cierto que en sus reacciones oficiales a ?balos ha hablado de ¡°chantaje¡± y de que ¡°esto aleja el acuerdo¡±, pero fuera de micros lo que expresaba, sobre todo, era confusi¨®n ante lo que interpretan como una arriesgada salida de tono. El posible pacto de investidura est¨¢ cogido con pinzas de todo a 100, y a poco que se agite el tendedero se pueden caer los calcetines por el patio de luces.
Vilalta se ha quedado unos diez minutos largos conversando con la prensa, como tratando de resituarse. Ella es una de las protagonistas de una negociaci¨®n que viene a ser el romance de Romeo y Julieta, pero con los Montescos y los Capuletos rezongando en los medios.
Este tema, adem¨¢s, ha impedido a los republicanos rentabilizar en el pleno su acuerdo presupuestario con los Comunes y ventilar sus diferencias con Pilar Rahola. Por si no lo han o¨ªdo o le¨ªdo: la periodista omnipresente de Catalu?a est¨¢ indignada porque el acuerdo prev¨¦ subir el IRPF a las rentas de m¨¢s de 90.000 euros anuales, un ingreso que, en una concepci¨®n creativa de la divisi¨®n de clases, Rahola atribuye a familias de ¡°clase media apurada¡±. Para des¨¢nimo de los republicanos y, tal vez, de la propia periodista, el asunto ha quedado este mi¨¦rcoles en segundo plano.?
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