R¨¦quiem por la muerte del Teatro Guindalera de Madrid
La burocracia y la falta de ayudas entierran un reconocido proyecto independiente y familiar de las artes esc¨¦nicas
¡°?Mam¨¢, mam¨¢!¡±, grita la actriz Mar¨ªa Pastor a la entrada de un patio como de caser¨®n de pueblo. En realidad es el recibidor del peculiar Teatro Guindalera. La escena tiene lugar apenas una hora antes de la funci¨®n y sin rastro todav¨ªa de p¨²blico y otros actores. Refleja bien el esp¨ªritu familiar y artesanal sobre el que se ha levantado este proyecto teatral.?
Aqu¨ª se viven en la noche del domingo dos dramas. Por un lado, ¡°Yerma¡±, una historia rural de Federico Garc¨ªa Lorca. Por otro, un drama urbano en tiempo real: el del cierre de un templo f¨ªsico y espiritual del teatro alternativo madrile?o como es Guindalera. A esta ¨²ltima funci¨®n asisten incluso algunos familiares del propio Lorca, como Claudio de Casas, su sobrino nieto, junto a su mujer e hijas. ¡°Que cierren con Federico es un honor, pero me da mucha pena¡±, comenta a EL PA?S.?
¡°Yerma, a la que yo interpreto, es un pedazo de regalo de despedida que me ha hecho mi padre¡±, una producci¨®n lejos de ¡°moderneces¡±, reconoce Mar¨ªa Pastor hablando de Juan Pastor, director, actor y fundador junto a su mujer, Teresa Valent¨ªn-Gamazo, de Guindalera. El padre lee al acabar la funci¨®n una sentida carta de despedida. La hija eleva al cielo una botella de cava para brindar con los espectadores, cada uno con su copa y algunos con l¨¢grimas rostro abajo.?
Entre ellos, Luis Mu?oz, que asiste a ¡°Yerma¡± en Guindalera por cuarta vez. ¡°Esto sin subvenciones es imposible¡±, se?ala. ¡°Lo f¨¢cil funciona, lo exquisito se queda relegado¡±, se lamenta Marina Rodr¨ªguez. Otra asidua es Pilar Ambl¨¦s, que conf¨ªa en que Mar¨ªa d¨¦ con nuevos proyectos aunque le da ¡°pena¡± por sus padres.?
?Y por qu¨¦ cierran? Es una cuesti¨®n de ¡°dignidad¡±, sentencia Teresa. ¡°Cerramos antes de hacer basura¡±. La burocracia, las ayudas y subvenciones y los gustos del gran p¨²blico han acabado por poner delante del pared¨®n a una forma de hacer teatro lejos de la rentabilidad que exige el sistema. La pi?a que conforman la familia, los actores y los espectadores no ha sido suficiente.
?Hasta 2003 el n¨²mero 20 de la calle Mart¨ªnez Izquierdo de Madrid era una vieja ebanister¨ªa en la que d¨¦cadas atr¨¢s N¨²ria Espert lleg¨® a ensayar para ¡°Las criadas¡±. Fue en ese a?o cuando los Pastor se plantaron con sus b¨¢rtulos en medio de cuatro paredes con el suelo de tierra y escombros. Guindalera no es una sala teatral al uso, sino una escuela, un centro de creaci¨®n e investigaci¨®n con el sello de Juan Pastor. ¡°La calidad de los espect¨¢culos empez¨® a llamar la atenci¨®n. Hab¨ªa espectadores que ven¨ªan seis o siete veces a cada obra¡±, cuenta Mar¨ªa.
Este domingo hay lleno absoluto en la Guindalera. Entradas agotadas. Las 78. A 16 euros. Echen las cuentas. En total, 1.248 euros. Estamos a solo un pu?ado de manzanas de donde algunos espect¨¢culos musicales mueven millones de euros y atraen espectadores por cientos de miles. ¡°Con una sala de 78 butacas son imposibles ingresos dignos¡±, comenta Mar¨ªa. Guindalera ha estado varias veces en la UCI a pesar de premios como el Godoff, el Max, el ADE, el Ojo Cr¨ªtico de RNE o dos veces el Ciudad de Palencia.
El actor Ra¨²l Fern¨¢ndez es otro de los que echa el cierre con la ¡°Yerma¡± que ha adaptado y dirigido Juan Pastor. Lleva 16 a?os trabajando con ¨¦l en Guindalera. ¡°Lo importante es la independencia art¨ªstica sin renunciar a las ayudas pero que estas no condicionen el proyecto¡±, se?ala. ¡°Juan, Teresa y Mar¨ªa nunca se han vendido¡±. Fern¨¢ndez rememora el ¡°ritual del licor de guindas¡± que, al acabar las representaciones, reun¨ªa a los espectadores y los actores, todav¨ªa caracterizados, en el recibidor de la sala. Este domingo ha sido igual pero con cava y l¨¢grimas del adi¨®s definitivo.
¡°Indignado¡± y ¡°muy triste¡± se muestra Albert Boadella porque se pierda ¡°un trabajo excepcional, serio y sin la demagogia esc¨¦nica que hoy busca tanta gente¡±. Es tr¨¢gico¡±. En este sentido, apela a la ¡°responsabilidad no solo de las administraciones¡± sino tambi¨¦n del ¡°p¨²blico, que valora cosas m¨¢s fr¨ªvolas y superficiales¡±. Boadella es otro de los que ha luchado por evitar el cierre, llev¨® a la Guindalera un par de veces a los Teatros del Canal de Madrid cuando ¨¦l ocupaba la direcci¨®n art¨ªstica. Durante un mes en 2012 y otro en 2016 la compa?¨ªa estuvo representando en el Canal ¡°y un mes en un teatro p¨²blico nos daba para mantener el proyecto Guindalera abierto un a?o¡±, explica Teresa.
Hubo otros intentos de impedir la defunci¨®n sacando de la peque?a sala de la Guindalera las producciones. Fue en el Teatro Espa?ol y en el Teatro de La Abad¨ªa cuando era concejal Pedro Corral, del PP. Este cierre ¡°es una mala noticia¡±, entiende Corral, que ahora es portavoz de Cultura del PP en la Asamblea de Madrid. ¡°Hay que avanzar para romper barreras administrativas¡± y ¡°flexibilizar¡± m¨¢s las licencias.
El local emprende en 2020 una nueva aventura junto al Estudio Juan Codina, tambi¨¦n presente en la despedida. ¡°Nos vamos con una sensaci¨®n amarga pero no nos arrepentimos de nada¡±, zanja Mar¨ªa Pastor. Nunca han pretendido seducir a la mayor¨ªa, pero s¨ª, al menos, sobrevivir. El guindo que en honor a esta forma de hacer teatro plant¨® Boadella en el Canal est¨¢ m¨¢s seco que nunca.
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