La guinda m¨¢s amarga
El Teatro Guindalera cierra, tras 13 a?os de historia, por falta de apoyos institucionales
"A m¨ª me gustan las puertas abiertas. Disfrutamos tant¨ªsimo en estas salas...", dice Juana de la Vega la escultora protagonista de Fuga Mundi, encarnada por Mar¨ªa Pastor. La priora del monasterio de clausura al que va a refugiarse le contesta: "Ahora toca disfrutar hacia dentro". El di¨¢logo que se establece entre estas dos mujeres describe la situaci¨®n de la sala donde se representa la obra: el Teatro Guindalera cierra. El pr¨®ximo domingo se representar¨¢ su ¨²ltima funci¨®n y con ella caer¨¢ el tel¨®n de una sala con 13 a?os de historia. Una p¨¦sima noticia para la escena teatral madrile?a en particular y para la espa?ola en general, ya que el circuito en este pa¨ªs es reducido, m¨¢s all¨¢ de ciudades como Barcelona, Valencia o Madrid.
Este peque?o teatro est¨¢ situado en una calle estrecha, de un solo carril y con coches aparcados a ambos lados. La acera tambi¨¦n es estrecha y la entrada pasa desapercibida si no es por un cartel de la pieza que se est¨¢ representando, al que acompa?a una nota que reza: "Por circunstancias ajenas a nuestra voluntad el Teatro Guindalera se ve obligado a cerrar como sala de exhibici¨®n". Traspasar la puerta es entrar en una casa de vecinos, con un patio que lleva al peque?o y sencillo vest¨ªbulo, adornado con carteles de todo lo que all¨ª se ha representado. Destaca una manzana plateada con un antifaz sobre un mueble, que no es cualquier cosa en el mundo teatral, es el Max que en 2015 gan¨® Duet for one a mejor producci¨®n privada de artes esc¨¦nicas. Antes de cada funci¨®n este espacio es un ir y venir de gente que compra su entrada, que va al ba?o, que hace cola para entrar a la sala. Muchos de ellos se enteran all¨ª del cierre, otros ya lo saben -la voz ha corrido por el barrio-. Algunos repiten, ya han visto Fuga Mundi, "pero una segunda vez permite descubrir matices que se escaparon en la primera". Una pareja de amigas vienen desde C¨¢diz -lo hacen con frecuencia, para ver qu¨¦ se "cuece" en Madrid y la Guindalera es uno de sus sitios fijos-. Todos lo consideran una gran p¨¦rdida y as¨ª se lo han hecho saber a la familia que forma la Guindalera, encabezada por la gestora de la sala Teresa Valent¨ªn y al director y actor Juan Pastor, el matrimonio creador y motor de la compa?¨ªa (con la que llevan 20 a?os) y de la sala. "Guindalera son ellos", sentencia Mar¨ªa Pastor, actriz protagonista de Fuga Mundi e hija de ambos.
Manuel Benito, que lleva la comunicaci¨®n, cuenta c¨®mo el d¨ªa que publicaron la sentida carta que Juan Pastor escribi¨® para notificar el final de la sala como lugar de exhibici¨®n, sali¨® a la calle -¨¦l vive en frente del teatro- y todo el mundo le paraba y le preguntaba: "?Qu¨¦ ha pasado?". A esa cuesti¨®n tanto Teresa Valent¨ªn como su hija tienen una respuesta clara: "No ha pasado nada puntual, llevamos tiempo hablando de esto". Ambas se sienten tranquilas, en paz, saben que han luchado hasta el final por un proyecto en el que creen y en el que seguir¨¢n creyendo, aunque estirarlo m¨¢s ser¨ªa caer en lo que no quieren: en la multiprogramaci¨®n, en la banalidad. Guindalera es un lenguaje, un gusto teatral, cocinar a fuego lento, dar a los actores su espacio para ensayar, su sueldo desde el primer d¨ªa, dignificar la profesi¨®n, mimar una funci¨®n.
Es un espacio de creaci¨®n y eso no lo han sabido entender las instituciones. "No estamos inventando nada, es lo que se hace en cualquier pa¨ªs civilizado. Falta voluntad pol¨ªtica, que se sienten las tres instituciones [Ayuntamiento, Comunidad de Madrid y el INAEM -Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica-], da igual el signo pol¨ªtico, para trabajar sobre lo que da la identidad cultural del pa¨ªs", explica Valent¨ªn. Se queja de que solo interesan proyectos efectistas, festivales y fuegos de artificio ("que est¨¢n muy bien"), pero se olvidan de los trabajos en profundidad.
La familia Guindalera ha recibido mensajes de todos los ¨¢mbitos, hasta la directora del INAEM convers¨® con ellos de manera particular. Los que m¨¢s les pesan son los de sus habituales, sus micromecenas, su club de espectadores, que seguir¨¢n manteniendo. Porque como las cerezas que pueden venir en parejas se desprende una, la que corresponde a la parte de exhibici¨®n, pero esperan poder mantener la otra, la de la creaci¨®n. Para empezar, Juan Pastor impartir¨¢ un curso en septiembre. Ojal¨¢ les d¨¦ para alargar un poco m¨¢s el pago del alquiler. Es triste el comentario de Mar¨ªa Pastor en el que dice que si le tocase la loter¨ªa todo volver¨ªa a la normalidad. Es triste confiar en el azar m¨¢s que en la ayuda y el inter¨¦s institucional para mantener los espacios culturales. En Guindalera, por ahora, se caer¨¢n algunas guindas, pero es dif¨ªcil cortar las ra¨ªces del ¨¢rbol.
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