Atl¨¢ntico,Tajo y Danubio

La Orquesta Joven de la Sinf¨®nica de Galicia ha celebrado su primer encuentro de 2020, que ha culminado en un concierto en el Palacio de la ?pera de A Coru?a dirigido por Rub¨¦n Gimeno. El programa estaba compuesto por el intermedio de la ¨®pera Goyescas, de Enrique Granados (1867 - 1816), el Concierto de Aranjuez, de Joaqu¨ªn Rodrigo (1901 - 1999) y la Sinfon¨ªa n? 5 en do menor, op.67 de Ludwig van Beethoven (1770 - 1827). Actu¨® como solista de guitarra Jacopo Figini.

Un mar y dos r¨ªos han fluido por este programa: el Atl¨¢ntico testigo del ¨²ltimo viaje de Granados; el Tajo que circunda el Real Sitio de Aranjuez, inspirador de Rodrigo, y el m¨ªtico Danubio que vertebra la Viena en la que Beethoven sac¨® a la luz la mayor parte de su creaci¨®n. Un programa de estructura muy conservadora ¨Cintermezzo, concierto, sinfon¨ªa-: pero de indudable inter¨¦s formativo para una orquesta joven, que Gimeno, que en esta temporada ha logrado sacar adelante arduos empe?os, dirigi¨® con su conocido buen hacer, adem¨¢s de la alegr¨ªa y el entusiasmo contagiosos que siempre irradia una orquesta joven.

El intermedio de Goyescas fue la primera piedra de toque para la orquesta en esta tarde-noche. El canto de los chelos y su r¨¦plica por violines y trompas tuvieron el adecuado brillo y fueron expresados con buena dosis de sentimiento. El color de las violas destac¨® en la buena disposici¨®n de planos sonoros por parte de Gimeno y los solos de oboe, clarinete y fagot mostraron la calidad de estos componentes de la OJSG.

El Concierto de Aranjuez es el ¨¢rbol que tapa el bosque de la gran producci¨®n de Joaqu¨ªn Rodrigo. Pero no solo hace sombra sobre la obra del maestro de Sagunto; tambi¨¦n es el t¨®pico absoluto de tantos programadores cuando piensan en programar un concierto para guitarra y orquesta. La f¨¢cil seguridad de lo conocido frente al supuesto riesgo de la novedad, aunque esta sea solo relativa como ser¨ªa el dar a conocer otros conciertos como los de Giuliani y Bacarisse, o como los de Villa-Lobos, Remacha o Corigliano.

En la interpretaci¨®n de Figini destac¨® c¨®mo toc¨® el Adagio, lo m¨¢s conocido dentro del t¨®pico (y excelente) concierto. El guitarrista italiano lo dijo con una dosis de sentimiento que super¨® su intervenci¨®n en el Allegro con spirito inicial y que le dio seguridad para el Allegro gentile final.

Cerraba el programa la Quinta de Beethoven. Alg¨²n leve desajuste en la exposici¨®n como ¨²nico dato en contra, que desapareci¨® con la repetici¨®n. A partir de esta la obra de Beethoven son¨® con la frescura, fuerza y lozan¨ªa quiz¨¢ so?ada por Beethoven para el desastroso concierto de su estreno. A lo largo de toda la sinfon¨ªa, ligereza, claro fraseo y matizada regulaci¨®n din¨¢mica, con las oleadas de fuerza caracter¨ªsticas del de Bonn.

El Allegro con brio inicial tuvo la enorme fuerza interior apenas contenida que requiere. El segundo, un verdadero Andante con moto en su justa medida de tempo, fue fraseado de forma adecuada a cada variaci¨®n del tema. Impresion¨® la precisi¨®n y la fuerza tel¨²rica de los contrabajos en el do grave. Y como perla final en lo alto de la corona, un Scherzo y un Finale id¨®neamente relacionados y enlazados.

Muestras de ello fueron de nuevo las intervenciones de los contrabajos en el tercer movimiento - llenas de fuerza a su inicio y misterio en el enlace con el cuarto y un timbal en estado de gracia, por ritmo y timbre. Y la llegada del Finale fue como la explosi¨®n controlada de una estrella y la consiguiente expansi¨®n continua de luz. Un gran final para un gran concierto de la Joven que, lamentablemente, podr¨ªa ser el ¨²ltimo de este a?o reci¨¦n comenzado si la Xunta de Galicia sigue incumpliendo su parte del convenio con la OSG.