Diez plenos ordinarios en ocho meses en la Comunidad de Madrid

A mediados del verano, un diputado de la Asamblea recibi¨® una noticia inquietante: pese a que hab¨ªa programado su viaje de bodas en uno de los tres meses inh¨¢biles de la C¨¢mara (julio, agosto y enero), deb¨ªa suspender su periplo por Botsuana para acudir a votar en la investidura de Isabel D¨ªaz Ayuso. Ese pico de actividad?ha sido excepcional en lo que va de legislatura. En ocho meses solo se han celebrado diez plenos ordinarios. Es la consecuencia de enlazar desde las elecciones (mayo), las negociaciones para investir presidenta a D¨ªaz Ayuso (junio, julio y agosto), con las conversaciones de los partidos para organizar el d¨ªa a d¨ªa de la C¨¢mara (septiembre) y el periodo inh¨¢bil (julio, agosto y enero) al que obliga el reglamento del Parlamento. As¨ª, la Asamblea consumir¨¢ sin plenos el primer mes de 2020, profundizando en la par¨¢lisis legislativa:?todav¨ªa no se ha aprobado ninguna ley y se ha decidido prorrogar los Presupuestos de 2019.

"Todos convenimos en habilitar julio y enero, pero es un elemento que est¨¢ en el estatuto de autonom¨ªa, as¨ª que no se pudo", cuenta Jacinto Morano, diputado de Unidas Podemos IU Madrid en Pie, sobre las negociaciones mantenidas la pasada legislatura para reformar el reglamento de la C¨¢mara y trabajar dos meses m¨¢s. "El problema ha sido lo que se tard¨® en conformar el gobierno y la interpretaci¨®n que hay en todo el ordenamiento jur¨ªdico espa?ol de que los parlamentos solo funcionan con control al gobierno", sigue sobre las negociaciones para la investidura de D¨ªaz Ayuso, que consumieron junio, julio y medio agosto, mezcl¨¢ndose con las vacaciones, y dejando paso franco a que septiembre se gastara en decisiones burocr¨¢ticas como el n¨²mero de comisiones. "Y no, no tiene sentido que no sean h¨¢biles", remata el diputado sobre los meses de julio y enero.

Hay nueve Parlamentos regionales en los que se trabaja m¨¢s que en el de Madrid, porque sus normas recogen periodos de sesiones m¨¢s amplios: usan julio, o enero. Mientras tanto, los 132 representantes de los partidos (que durante el periodo ordinario tambi¨¦n trabajan en comisiones, o fiscalizando al Gobierno con peticiones de informaci¨®n) han seguido cobrando un sueldo base de m¨¢s de 3.000 euros al mes, que se multiplica con los complementos por portavoc¨ªas, presidencias de comisiones, y dem¨¢s responsabilidades extra. Una situaci¨®n similar a la que se ha vivido en el Congreso con la repetici¨®n de las elecciones generales.

"La realidad es que en el debate durante los trabajos para reformar el reglamento hab¨ªa acuerdo para habilitar julio y enero", coincide Alfonso Serrano, el portavoz parlamentario del PP. "Pero no se puede comparar esta legislatura con otras porque ha sido totalmente at¨ªpica", a?ade en referencia a la celebraci¨®n de las elecciones auton¨®micas en mayo, que ya vaci¨® de actividad la Asamblea en abril, y a las posteriores negociaciones para formar Gobierno. Y defiende: "Este mes de enero, que no hay actividad parlamentaria, el grupo popular tiene agenda de encuentros territoriales, con la sociedad civil, para conocer sus necesidades, sus preocupaciones, o para preparar iniciativas para el siguiente periodo de sesiones. La gente est¨¢ trabajando".

Los partidos se dicen limitados por el reglamento, que a su vez est¨¢ marcado por el estatuto de autonom¨ªa, en el que se detalla la necesidad de disponer dos periodos de sesiones al a?o: el primero de septiembre a diciembre, y el segundo de febrero a junio. ?Podr¨ªan haber encontrado alguna soluci¨®n para superar esa previsi¨®n y trabajar este enero? S¨ª.

El a?o pasado, por ejemplo, se convoc¨® un pleno extraordinario sobre feminismo e igualdad. Y en otros parlamentos se ha soslayado que el estatuto de autonom¨ªa obligue a descansar en julio, agosto y enero introduciendo una disposici¨®n adicional en el reglamento, una decisi¨®n en la que varias fuentes parlamentarias de Madrid ven visos de ilegalidad.

Es el caso de Arag¨®n. "De acuerdo con la voluntad un¨¢nime de los grupos parlamentarios y hasta que se produzca la modificaci¨®n del art¨ªculo 40.2 del Estatuto de Autonom¨ªa, las referencias a los periodos de sesiones que efect¨²a el presente Reglamento se entender¨¢n comprensivas de los meses de enero y julio", dice el reglamento de sus Cortes, contradiciendo al estatuto.

La consecuencia de que Madrid no haya hecho nada parecido es la siguiente. El 21 de marzo de 2019 se celebr¨® el ¨²ltimo pleno de la pasada legislatura. Abril y mayo se dedicaron por completo a la campa?a de las elecciones regionales, en las que se impuso el PSOE. En los ocho meses transcurridos desde entonces, en la Asamblea de Madrid solo se han convocado plenos ordinarios en tres (octubre, noviembre y diciembre) y han quedado desiertos de actividad ordinaria cinco (junio, julio, agosto, septiembre y enero). Entre medias, se programaron cuatro plenos distribuidos en junio, julio y agosto sin ning¨²n fin legislativo, y con el ¨²nico objetivo de poner en marcha la C¨¢mara o lograr la investidura de Isabel D¨ªaz Ayuso.

Este es el balance final: trece jornadas de pleno (ordinarias o no) en 245 d¨ªas (que incluyen aquellos en los que hubo comisiones, festivos y fines de semana).