Anna Ballbona, premio Llibres Anagrama con un retrato ir¨®nico sobre una generaci¨®n perif¨¦rica
'No soc aqu¨ª' hace uso de un lenguaje familiar propio para describir un viaje por la extra?eza
A partir de un embarazo ¡°un poco incierto¡±, Mila empieza a analizar la extra?eza en que ha vivido siempre. ¡°Recuerda su ni?ez, la juventud, la entrada en la universidad [es la primera de la familia que llega, para estudiar Historia del Arte] y se encuentra entre dos mundos que chirr¨ªan, de los que da la idea el lugar donde vive, un barrio o un pueblo indeterminados, entre la autopista, la v¨ªa del tren, el cementerio y pol¨ªgonos industriales, a media hora de Barcelona, ciudad que s¨ª que aparece expl¨ªcitamente a la novela¡±. Son palabras de la escritora Anna Ballbona (Montmel¨®, 1980) explicando su libro No soc aqu¨ª, con el cual este lunes ha ganado el 5? Premi Llibres Anagrama de Novel¡¤la. Este galard¨®n de literatura en catal¨¢n, al que se hab¨ªan presentado 28 originales, est¨¢ dotado con 6.000 euros.
?Tiene algo que ver con Montmel¨®, su pueblo? ¡°No, no¡ hay muchos lugares como el de la novela a media hora de Barcelona¡±, asegura ella. Un lugar cada vez m¨¢s com¨²n en la literatura, el cine, la cultura¡ ¡°Unos espacios en los que hay mucho m¨¢s que chonis y quillos ¡±, dice la escritora. ¡°El pol¨ªgono es un lugar de vida, donde se fuma, donde se hace el amor, un lugar donde se vive¡¡± Imma Monz¨®, miembro del jurado, habla de la novela como de la descripci¨®n de un mundo que, sin que nos damos cuenta, ha ido desapareciendo: "No soc aqu¨ª nos adentra en la vida de una familia que hace cuatro d¨ªas viv¨ªa en la periferia rural de Barcelona: un mundo campesino que no responde al t¨®pico, un tipo de vida que ha sido arrasado por el tejido urbano".
La herramienta para transmitir la vida de esta familia, que ha pasado en una o dos generaciones del campesinado a la f¨¢brica, de los campos a los pol¨ªgonos, es el l¨¦xico. Al estilo de la italiana Natalia Ginzburg con su L¨¦xico familiar, Anna Ballbona, en palabras del jurado del premio, ¡°recurre a unos automatismos de frases hechas, lenguaje del cual bebemos cada d¨ªa y que nos construye (y a veces, nos destruye) como personas. Esta vida se nos muestra a trav¨¦s del lenguaje familiar y desde la mirada y la voz un punto ir¨®nicas de la protagonista¡±. Ballbona hurga en el lenguaje tambi¨¦n hasta otro tipo de frontera: ¡°He hecho inventario de palabras y de maneras de decir¡±, proclama, orgullosa. ¡°El padre, catalanoparlante, habla a su manera y dice cosas como filipolles; la madre dice a menudo de alguien que no le gusta que li aixafaria el cap (le chafar¨ªa la cabeza) y la abuela usa mucho la palabra mumarota, para hablar de alguien que no la acaba de convencer¡±. En la novela, escrita en primera persona ¡°como ejercicio y reto para ordenar los recuerdos¡±, los personajes, pues, quedan definidos por su manera de hablar: ¡°A veces somos un poco como hablamos¡±, ha declarado la ganadora.
La extra?eza es el compa?ero de viaje de la protagonista, Mila (un homenaje a la madre de Ballbona, que se llama Nila, y a la protagonista de Solitud, de V¨ªctor Catal¨¤). ¡°Su llegada a la universidad le hace ver la distancia que la separa de otros estudiantes, lo peque?o que es el mundo en el que ella naci¨®. Pero entender¨¢, tambi¨¦n, la fuerza del lugar de donde viene y pasar¨¢ a aceptar su realidad¡±. El t¨ªtulo, No soc aqu¨ª, hace referencia a esta extra?eza de la protagonista, ¡°que est¨¢, en los lugares, pero siendo m¨¢s espectadora que otra cosa. Y har¨¢ trucos de escapismo hasta que decidir¨¢ que basta de huir¡±. Es la manera de atravesar fronteras, muchas de ellas, fronteras de clase, ¡°que parece que no est¨¢n, pero que est¨¢n¡±, remarca la autora.
¡°A veces somos un poco como hablamos¡±, declara la ganadora
Ballbona hace desfilar por las p¨¢ginas de la novela, que se publicar¨¢ en marzo (y de la cual tendremos versi¨®n en castellano en junio) todo un ¡°bestiario familiar¡±. La autora, con humor, habla incluso de ¡°mundo semifant¨¢stico de trols¡±: el abuelo sin una pierna, la abuela a quien le pasa una furgoneta por encima, la t¨ªa encarcarada, el esquilador de ovejas que cuenta chistes e historias, el curandero... A¨²n as¨ª, Mita Casacuberta, portavoz del jurado, subraya que ¡°la novela se lee con esa media sonrisa propia de la iron¨ªa fina como el bistur¨ª que utiliza Anna¡±. El humor es clave a la hora de entender esta extra?eza, este reto que afronta la protagonista.
Finalista en la primera edici¨®n
Ballbona no es ninguna desconocida en los premios Anagrama. De hecho, la escritora qued¨® finalista de la primera edici¨®n, en 2016, con su novela Joyce y las gallinas, que supuso su debut en narrativa, puesto que hasta entonces se hab¨ªa dedicado a la poes¨ªa. "Ser finalista aquella vez me ayud¨® a comenzar, definitivamente, este viaje a explicar historias¡±, ha reconocido. Periodista de profesi¨®n, Ballbona ha trabajado en El Punt Avui y en El 9 nou y colabora en varios medios de comunicaci¨®n. Ha publicado los libros de poemas Conill de g¨¤bia (LaBreu, 2012) y La mare que et renyava era un robot (Galerada, 2008, Premi Amadeu Oller).
El jurado del premio, integrado por Mita Casacuberta, Guillem Gisbert, Imma Monz¨®n, Jordi Punt¨ª y las editoras Isabel Obiols y Silvia Ses¨¦, ha hecho un reconocimiento especial a Terres mortes, de N¨²ria Bendicho, un drama rural sobre una familia que vive aislada en un pasado un poco m¨ªtico. Esta novela tambi¨¦n se publicar¨¢ pr¨®ximamente en Anagrama.
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