?Hay un espacio catalanista?
Visto el panorama con la perspectiva de hoy parece mentira que unos dijeran tantas mentiras, otros se las creyeran y que la mayor¨ªa de los medios de comunicaci¨®n les dieran una p¨¢tina de credibilidad
Hay movimientos pol¨ªticos, en apariencia consistentes, para intentar llenar un espacio electoral en Catalu?a que probablemente est¨¦ vac¨ªo: el de los antiguos votantes de CiU ¡ªquiz¨¢s tambi¨¦n de ERC y del PSC¡ª que se sienten catalanistas pero no independentistas.
Se trata de aquellos catalanes a los cuales el s¨²bito giro independentista de los a?os 2010-2012 les sorprendi¨® desarmados y aceptaron este horizonte, incluso con entusiasmo, porque se creyeron las mentiras de los servicios de propaganda de los Gobiernos de la Generalitat, por ejemplo la de que ¡°Espa?a nos roba¡± y es un Estado profundamente antidemocr¨¢tico y desprestigiado en Europa, que hasta 1714 Catalu?a era un Estado independiente con un sistema de gobierno casi parlamentario, o que separarse de Espa?a no comportaba salir de la Uni¨®n Europea y que los grandes pa¨ªses del mundo nos apoyar¨ªan con entusiasmo en esta v¨ªa secesionista. Adem¨¢s, muchos convergentes perplejos y esc¨¦pticos ante la situaci¨®n confiaron en Artur Mas, crey¨¦ndolo un pol¨ªtico competente y moderado que evitar¨ªa toda insensata fuga hacia adelante.
Visto este panorama con la perspectiva de hoy parece mentira que unos dijeran tantas mentiras, otros se las creyeran y que la mayor¨ªa de los medios de comunicaci¨®n, no s¨®lo los oficiales, les dieran una p¨¢tina de credibilidad, que las asociaciones con m¨¢s peso en la sociedad catalana, los colegios profesionales con m¨¢s solera, la callada y descomprometida universidad y el mundo de la ense?anza primaria y secundaria, como tambi¨¦n los sindicatos situados hasta entonces en la izquierda, como CCOO y UGT, compraran todo el paquete de mentiras a cambio de subvenciones y que el PSC e IC fueran socios del independentismo y tibios en su cr¨ªtica, muchos de sus principales l¨ªderes se entusiasmaran con la idea, cambiaran de bando hasta el punto de llegar a figurar en las listas electorales ¡ªincluso encabez¨¢ndolas¡ª nacionalistas. La ignorancia y falta de principios conducen a ello. Adem¨¢s, que todo este conglomerado tacharan de fachas, d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n, a los que denunciaban estas obvias mentiras, fue una parte importante del gui¨®n: hubo intimidaci¨®n y, por tanto, violencia.
Pero volviendo al principio, es muy posible que algunos de los entusiastas de las manifestaciones del 11 de septiembre se hayan dado cuenta de que la direcci¨®n emprendida entonces no ten¨ªa sentido alguno, ni recorrido, ni futuro. Al contrario, conduc¨ªa al desastre, en el que ya estamos, y que ha sido tan perjudicial para su idea de Catalu?a y para toda la sociedad catalana.
Ahora ven claro que esta sociedad catalana est¨¢ mucho peor que hace diez a?os y m¨¢s todav¨ªa que hace veinte, quisieran retornar a lo que ellos creen es el punto de partida, los felices tiempos de Pujol en que se llevaban las cosas al l¨ªmite pero nunca se rebasaban ciertas fronteras impl¨ªcitas. Creen ¡ªcon una parte de raz¨®n¡ª que el error fue el tripartito y el fantasmal nuevo estatuto, que fue entonces cuando se inici¨® la confusi¨®n entre catalanes y el desprestigio de Catalu?a.
Todo esto cavila el desgraciado catalanista desorientado desde hace a?os que no se identifica con Torra, ni con Junqueras ni, menos a¨²n, con Puigdemont o la CUP, y que no sabe a quien votar. ?Puede encontrar su espacio electoral en ese nuevo catalanismo no independentista, centrista y moderado, con la esperanza de que vuelva el pujolismo de los buenos tiempos? Sin duda puede encontrar su espacio ah¨ª. Pero este nuevo catalanismo no debe plantearse, como el de Pujol, como un etapa primera (auton¨®mica) para construir una naci¨®n que d¨¦ paso a una segunda y ¨²ltima (la independencia), estando en funci¨®n la primera con la segunda.
Este catalanista despistado de 2012 debe saber que ha sido el pujolismo el que ha llevado a Catalu?a a la fase del proc¨¦s, que el viejo catalanismo cl¨¢sico hasta la II Rep¨²blica lo que pretend¨ªa era fundamentalmente un poder pol¨ªtico en Catalu?a (la Generalitat), la cooficialidad de castellano y catal¨¢n en las instituciones y la protecci¨®n de su propia cultura. Todo ello lo permiten la Constituci¨®n y el Estatuto desde hace m¨¢s de cuarenta a?os. Por tanto, ahora lo que se necesita no es reivindicar sino gobernar, gobernar bien Catalu?a con las muchas competencias que tiene la Generalitat.
Amigo catalanista, d¨¦jate de ideolog¨ªas nacionalistas que siempre acaban mal: si lo que pretendes es amar a Catalu?a debes exigir estar bien gobernado y con los instrumentos actuales, sin cambiar nada sustancial, puedes estarlo.
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