El embrollo del recurso

Ha vuelto al Parlament Ferran Mascarell. El que fue conseller, concejal y diputado socialista, y conseller convergente, y delegado de la Generalitat con Junts pel S¨ª, y concejal ahora de Junts per Catalunya, y diputado en la Diputaci¨®n de Barcelona por Junts per Catalunya, ahora es de nuevo parlamentario, tambi¨¦n de JxCat. ?Ocupando el esca?o de qui¨¦n? Esa es una buena pregunta. Porque, al final, el esca?o que ha quedado vacante primero es el de Carles Puigdemont, tras acceder al Parlamento Europeo. Pero, por un breve lapso de tiempo, pareci¨® que a Mascarell le tocaba el trago de sustituir al mism¨ªsimo Quim Torra, inhabilitado provisionalmente por la Junta Electoral Central (JEC). Un peque?o movimiento de fechas resolvi¨® la cuesti¨®n, y este mi¨¦rcoles, el nuevamente diputado ocupaba un discreto esca?o en la ¨²ltima fila del grupo de JxCat.

As¨ª est¨¢n las cosas, y yo no puedo imaginar mejor homenaje p¨®stumo del Parlament al gran Jos¨¦ Luis Cuerda

Ese acta bailarina de Mascarell es un efecto extravagante y colateral de la gran tragicomedia que se ve obligado a vivir el Parlament en sus ¨²ltimas semanas de legislatura, a cuenta del desaguisado de la pancarta de quita y pon de la fachada de la Generalitat. Una tragicomedia que ha acabado afectando a ¨®rganos aparentemente intocables de la c¨¢mara. Trato de simplific¨¢rselo: la Mesa del Parlament acord¨® presentar un recurso contra la decisi¨®n de la JEC, y defender que Torra siguiera siendo diputado, al menos hasta que la condena sea firme (ya es curioso que la ley de r¨¦gimen electoral prevea ejecutar una sentencia siendo provisional). Ese recurso fue presentado, pero el Tribunal Supremo exigi¨® que llevara el visto bueno del Pleno del Parlament. Es una petici¨®n ins¨®lita, no muy congruente -la Mesa ya representa la proporcionalidad del Parlament, en t¨¦rminos generales-, y que, por supuesto, no va por el camino de la simplificaci¨®n administrativa, sino m¨¢s bien de la pejiguera irritante. Por tanto, este pleno del mi¨¦rcoles ha tenido que votar la presentaci¨®n de un recurso ya presentado. Todo muy l¨®gico.

El embrollo se complica mucho m¨¢s porque nadie, absolutamente nadie, est¨¢ al cien por cien seguro de si Torra puede seguir siendo presidente de la Generalitat si deja de ser diputado. Porque el Estatut afirma, ciertamente, que solo se puede investir a quien sea parlamentario, pero no aclara qu¨¦ pasa si, una vez asumido el cargo, el president pierde el esca?o. El desconcierto ha hecho mella incluso en los letrados, esas gentes inconmovibles y cuasi rob¨®ticas que llevan las leyes grabadas en su disco duro mental: redactaron un recurso que se prestaba a confusi¨®n, y se vieron forzados a publicar notas aclaratorias del tipo ¡°donde digo, no digo¡±. Este mi¨¦rcoles por la tarde, uno de ellos andaba por los pasillos hablando por tel¨¦fono y con la desaz¨®n ¨Co el hast¨ªo¨C marcado en el rostro. Solo Carlos Carrizosa (Ciudadanos) fing¨ªa seguridad para proclamar que Torra no puede ser considerado president y reclamar, ojo, una nueva investidura: la legislatura perdiendo la vida por momentos, y este grupo tratando de alargarla m¨¢s artificialmente que el Marqu¨¦s de Villaverde con su suegro. Ser¨¢ que avistan ya lo que se les avecina.

En fin, as¨ª est¨¢n las cosas, y yo no puedo imaginar mejor homenaje p¨®stumo del Parlament al gran Jos¨¦ Luis Cuerda.