Un trozo de Wuhan en Acacias
Una exposici¨®n del fot¨®grafo Jorquera invita a conocer la ciudad china antes de la crisis del coronavirus
Cuando Mike Jorquera (Pontevedra, 1972) lleg¨® a Wuhan en 2007 se encontr¨® una ciudad viva y sana, habitada por m¨¢s de 11 millones de personas que se dejaban ver por las calles de esta urbe atravesada por el r¨ªo Yangts¨¦. El transporte p¨²blico, los supermercados, los cines, los bares¡ funcionaban con total normalidad, nada que ver con la escena que presenta hoy la ciudad china que desde hace unas semanas vive una de las peores crisis sanitarias de las ¨²ltimas d¨¦cadas debido a la epidemia del coronavirus, una infecci¨®n respiratoria denominada 2019-nCoV. El coronavirus de Wuhan ya ha dejado 813 muertos en China y m¨¢s de 37.000 infectados en todo el mundo, tambi¨¦n en Espa?a, donde hay dos. ¡°Es como ver a un familiar enfermo¡±, dice el fot¨®grafo espa?ol que acab¨® qued¨¢ndose en Wuhan nueve a?os y formando una familia.
De aquella experiencia vital nace la exposici¨®n Wuhan, que puede verse en The Showroom, el espacio expositivo de Lens Escuela de Artes Visuales (paseo de la Esperanza, 5), hasta el 4 de marzo. Un total de 42 instant¨¢neas en blanco y negro escogidas entre un inmenso archivo que ni el propio Jorquera puede cuantificar. Al entrar en la sala, un autorretrato de m¨¢s de dos metros de alto del autor recibe al visitante: una pista de lo que est¨¢ a punto de ver. ¡°Una radiograf¨ªa personal de un lugar, un viaje ¨ªntimo que nos habla de la fotograf¨ªa como lenguaje que sustituye a la palabra¡±, explica la comisaria de la muestra, Mireia Puigvent¨®s, que lamenta que Wuhan sea mundialmente conocida ahora por estas circunstancias. ¡°Casi nadie hab¨ªa o¨ªdo hablar de esta ciudad antes y cuando planificamos esta exposici¨®n jam¨¢s nos imagin¨¢bamos que suceder¨ªa todo esto¡±.
Jorquera hab¨ªa visitado China antes del 2007 durante varios viajes en los que tambi¨¦n pas¨® por Wuhan. Por aquel entonces no hablaba chino y esa barrera idiom¨¢tica se refleja en algunas de sus im¨¢genes. ¡°Al principio lo que me llamaba la atenci¨®n de China era precisamente ese no entender. No me pod¨ªa comunicar con la gente porque apenas hablaban ingl¨¦s y yo no hablaba chino, as¨ª que todo part¨ªa de mi propia interpretaci¨®n, que ahora puedo decir que no ten¨ªa mucho que ver con la realidad¡±, explica.
Aquellas primeras fotograf¨ªas muestran la desorientaci¨®n que ten¨ªa el fot¨®grafo con respecto al lugar y a la gente. ¡°Despu¨¦s de varios viajes en los que estaba solo, sin poder hablar con la gente, me di cuenta de que necesitaba entender lo que ocurr¨ªa all¨ª realmente¡±, cuenta el fot¨®grafo y a?ade anecd¨®ticamente que aquellos viajes a China fueron financiados por sus propios amigos: ¡°Por aquel entonces (principios de los 2000) no exist¨ªan los crowfunding, as¨ª que se me ocurri¨® la idea de vender peque?os libros de fotograf¨ªa hechos por m¨ª y personalizados para cada colega que los comprase. Desde China les iba enviando las fotos que iba haciendo por email¡±.
Entre esas idas y venidas, Jorquera empez¨® a estudiar chino en Madrid hasta que recibi¨® una beca fotogr¨¢fica en 2007 para volver al pa¨ªs asi¨¢tico y comenzar un nuevo proyecto. ¡°Casualmente mi profesora era de Wuhan y fue quien me puso en contacto con varias personas all¨ª¡±, cuenta. ¡°Ya estaba cansado del tipo de fotos que hab¨ªa hecho hasta entonces, y ten¨ªa claro que quer¨ªa comenzar a explorar otras cosas, adentrarme en la vida de esta ciudad¡±.
Superada la barrera idiom¨¢tica, sus im¨¢genes comienzan a mostrar otra realidad. ¡°Jorquera ya est¨¢ dentro de la comunidad, como en ese autorretrato metido en un espejo. El lenguaje es el mismo, la fotograf¨ªa, pero el mensaje es otro¡±, aclara la comisaria de la muestra y explica que desde el principio tuvieron claro el gran formato de las im¨¢genes que invaden la sala desde el suelo al techo. ¡°No nos importaba tanto el n¨²mero de fotos sino la belleza y el impacto de las mismas¡±, a?ade.
Jorquera tambi¨¦n se deja ver en otras fotograf¨ªas que recorren una de las paredes de la sala de exposiciones y que muestran la actividad fren¨¦tica de un concierto de punk. ¡°Wuhan es la ciudad china por excelencia del punk, por all¨ª pasan todas las bandas que giran por el pa¨ªs. Esa sala de conciertos, donde est¨¢n hechas estas fotos, se convirti¨® en mi segunda casa, sobre todo los primeros a?os¡±, cuenta el fot¨®grafo que tambi¨¦n trabaj¨® coordinando la delegaci¨®n del colectivo madrile?o de fotograf¨ªa NOPHOTO en esa ciudad. Tambi¨¦n explica que para aquellas instant¨¢neas, ¡°ten¨ªa que fijar la distancia de enfoque al m¨ªnimo que me permit¨ªa la c¨¢mara que era a 40 cent¨ªmetros y disparar con flash. Cambiaba los carretes entre canci¨®n y canci¨®n porque aquello era una locura¡±.
Lo que a priori iba a ser un viaje m¨¢s a China ¡ªgracias a esta beca fotogr¨¢fica de apenas unos meses¡ª se acab¨® convirtiendo en una experiencia de nueve a?os. Jorquera conoci¨® a su mujer, original de Wuhan, con la que hoy tiene un hijo de tres a?os, que naci¨® en Madrid cuando la pareja regres¨® y se instal¨® en la capital espa?ola definitivamente. ¡°Pero all¨ª est¨¢ toda mi familia pol¨ªtica con la que hablamos a diario desde que estall¨® todo esto del coronavirus¡±, cuenta.
La poblaci¨®n de Wuhan lleva en cuarentena sin poder salir de casa desde hace m¨¢s de dos semanas. ¡°Me da pena ver a mi familia y a Wuhan as¨ª, pero me encantar¨ªa poder estar all¨ª haciendo fotos; aunque es muy complicado porque igual podr¨ªas entrar, pero no sabes c¨®mo ni cu¨¢ndo podr¨ªas volver salir¡±, concluye el fot¨®grafo.
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