Mallorca interior, un cuadro complicado
La estructura de la propiedad es minifundista, de la fragmentaci¨®n de los patrimonios peque?os
En los paisajes pintados se debe poder andar c¨®modamente dentro del cuadro, los huertos han de ser productivos y las casas habitables. As¨ª lo quer¨ªa el escultor Manolo en su vida apuntada por Josep Pla, en un libro impecable y truculento Vida de Manolo, de 1928. Posiblemente en los restaurantes deber¨ªa saberse qu¨¦ comer y recorrer la materia del plato con la mirada sin tener que emprender una exploraci¨®n intuitiva y una excavaci¨®n. Y la comida debe hacer el peso, como Manolo reclamaba para la escultura.
En la restauraci¨®n actual no siempre se suelen identificar de un vistazo los ingredientes, sus identidades reales y con suerte se reconoce un sabor amable, evocador. El men¨², despu¨¦s de elegir y dudar, requiere una selecci¨®n con el tenedor, cuchillo y la cuchara, para separar los conceptos evidentes, los argumentos de los alimentos usados, la cocina bien hecha.
La ruta sobre el plato debe ser lenta y caben las sorpresas, entre pedacitos y c¨¢scaras, como puede suceder con un arroz seco o la paella valenciana universal. Inciso: una aventura de rechazo inmediato es el invento de huevos fritos con el caparaz¨®n del bogavante o la langosta, una de las solemnes tonter¨ªas culinarias. Queda bien en los retratos de Instagram pero en la lengua crean surcos y agujeros en la cartera.
El huevo frito triunf¨® en las pinturas cl¨¢sicas. Pronto nadie lo pintar¨¢ ahora de manera figurativa o algo avanzada. No se usan los bodegones y los paisajes reales. Los campos enmara?ados actuales, abandonados, sin campesinos y ¨¢rboles ag¨®nicos no son habitables, transitables, ni materia pl¨¢stica. Es cierto que las higueras dormidas, blancas, de ceniza, de Miquel Llabr¨¦s son piezas maestras, paisajes emocionantes, figurativo europeo.
Los horizontes breves y la cartograf¨ªa de la devastaci¨®n insular nos hablan de un panorama vetado. Los terrenos rurales pierden el uso y el sentido de la propiedad en explotaci¨®n. Mallorca e Ibiza, cuadriculadas, nacen de una estructura de la propiedad minifundista, de los pobres y humildes campesinos, de parcelaciones y herencias. Es la fragmentaci¨®n del micro patrimonio acumulado y roto de generaci¨®n en generaci¨®n.
Una pariente lejana del cantante Tomeu Penya en su testamento leg¨® lo mejor que ten¨ªa, dos cuartones (unos 2.000 metros cuadrados), y los fragment¨® entre cuatro hijas, reparti¨® su tesoro y quedaron cuatro dados de tierra donde seguramente hab¨ªa cuatro almendros y dos higueras, ninguna caseta y muchas piedras. Otra herencia fue m¨¢s ligera, una s¨¢bana, seg¨²n detall¨® Arrels de IB3. Recrear la construcci¨®n social y atomizaci¨®n de la propiedad rural es una cuesti¨®n abierta.
Nada comestible nace en un campo sin labrar, acaso esp¨¢rragos si las zarzas y arbustos no lo ahogan todo. Todo se transforma. Muchas de las bellas esquinas de las islas llevadas a la pintura al ¨®leo solo est¨¢n ya en los museos y en bastantes casas de medio pelo.
Los paisajistas mallorquines vendieron toda la obra y repitieron mil veces su escena. Los nuevos pintores no miran esa Mallorca o han superado la paleta cl¨¢sica. Se han desdibujado los rincones dichos pintorescos, jardines cerrados, calas min¨²sculas, acantilados de ¨®pera y algunos escenarios inciertos donde plantaban el caballete.
No es profec¨ªa que Rafel Joan pinta como nadie sus escenarios imaginarios coloristas y enmara?ados donde se funden el fondo submarino, los peces, las hojas y los colores, y el cielo, alguna monta?a sagrada local y la mar antigua que se ve desde casa taller de Vilafranca. All¨ª quedan campos labrados, parcelas sin la naturaleza desatada. Es un costumbrismo trans vanguardista, la complejidad de su mundo ideal.
Esta imagen de Mallorca interior, no capitalina, la ha sacudid un ni?o, un nativo insular interior, el youtuber Miquel Montoro, una voz en el mundo del subruralismo, simp¨¢tico y banal contempor¨¢neo. Con una cita, viral, sobre las alb¨®ndigas que ha saltado del corralito isle?o a la apoteosis televisiva. Motiva debates y alg¨²n gemido profundo. De golpe, este fen¨®meno mallorqu¨ªn de 14 a?os, marginal, sin programar, agricultor, natural, ha sido materia de sesudos alegatos y es carne de proyectil, tuit, entre vigilantes de la ortodoxia.
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