Santi Vila propone que el catalanismo entre en el Gobierno de Espa?a

A la lista de libros sobre el juicio al proc¨¦s se suma desde este martes el de Santi Vila. En Vencer y convencer (Pens¨ªnsula), el exconsejero recoge sus impresiones de aquella causa y carga contra el independentismo radical. Al tiempo, hace una defensa cerrada de Carles Puigdemont y propone algunas ideas para reconciliar a Catalu?a y Espa?a. La m¨¢s heterodoxa, que el espacio catalanista moderado abandone el tab¨² de entrar en el Gobierno.

Vila aboga por dar cuerpo a un catalanismo no independentista, con una ¡°nueva agenda motivadora¡± y que sea la punta de lanza en temas como la equidad de g¨¦nero, la eutanasia o el respeto al medio ambiente. Y que ¡°corrija el prejuicio pujoliano hist¨®ricamente comprometido con la gobernabilidad de Espa?a pero siempre absolutamente contrario a implicarse de manera expl¨ªcita en su gobierno¡±.

Condenado a 20 meses de inhabilitaci¨®n por un delito de desobediencia, Vila est¨¢ fuera de la primera l¨ªnea de la reconstrucci¨®n del espacio pol¨ªtico que ocup¨® CDC pero su libro, sin propon¨¦rselo, llega en un momento crucial del debate sobre la forma como el PDeCAT, Junts per Catalunya y la Crida (el partido de Puigdemont) han de convivir. El adelanto electoral en Catalu?a ha acelerado el debate.

El exconsejero hace el s¨ªmil de un accionista ¡°del 19% de la propiedad de una empresa¡± (el peso del PIB catal¨¢n en el conjunto del Espa?a) que se desentiende de las decisiones estrat¨¦gicas de la compa?¨ªa. ¡°Es inimaginable e irresponsable¡±, agrega. ¡°El catalanismo debe dejar atr¨¢s la tesis que explica que Catalu?a es la naci¨®n y que Espa?a es tan solo Estado. ?Falso! Catalu?a es naci¨®n, y Espa?a ?tambi¨¦n! Naci¨®n de naciones, si se quiere, pero naci¨®n al fin y al cabo¡±, agrega.

Ese catalanismo del siglo XXI, dice Vila, tiene que tres caminos. El primero, que los cuadros centristas de la extinta CiU vuelan a su espacio pol¨ªtico primigenio. El segundo, una refundaci¨®n del centro catalanista, con la idea de que Catalu?a es una naci¨®n pero ¡°sin condenarnos ad aeternum a los debates bizantinos sobre cuestiones identitarias o girar permanentemente en la tediosa ruda de la forma de Estado¡±. La ¨²ltima receta, de corte maragalliano, es ¡°articular un movimiento sat¨¦lite del espacio socialista, pero con personalidad jur¨ªdica propia y mayor libertad de acci¨®n¡±.

No desaprovecha p¨¢rrafo para embutir alguna cita de teor¨ªa pol¨ªtica o hasta de Rosal¨ªa, y alg¨²n reproche. Por ejemplo, que la caja de solidaridad de las entidades independentistas no se hiciera cargo de su fianza. Jordi Cuixart fue el ¨²nico preso que le escribi¨® para disculparse.

Puigdemont es el personaje m¨¢s citado en el libro y describe su relaci¨®n de amistad como la que mantuvieron Don Quijote y Sancho Panza. Desde que huy¨® a B¨¦lgica, confiesa Vila, solo se escribieron dos cartas. A finales del a?o pasado se vieron en Waterloo. ¡°Sincerados el uno con el otro, las discrepancias pol¨ªticas se hicieron peque?as y la empat¨ªa y mi admiraci¨®n por ¨¦l no hicieron sino acrecentarse¡±, afirma.