¡®Just like a woman¡¯

Diana Garrigosa (Barcelona, 1944-2020) se ha ido. Diana era una persona luminosa, con una energ¨ªa rebosante de verdad, que los amigos y todos los que pudieron descubrirla echaremos de menos para siempre.

Los noticieros hablar¨¢n de la mujer de Maragall y, sin duda, es una de las claves y una de las m¨¢s indiscutibles para entender la trayectoria y la huella hist¨®rica de Pasqual. Ella, a pesar de no encajar en ninguno de los t¨®picos de la mujer detr¨¢s de un gran hombre, fue una extraordinaria compa?era para una personalidad de su talla. Lo fue a pesar de ser una mujer del siglo XXI, que ten¨ªa muy claro su papel y la dignidad que ahora llamamos de g¨¦nero. No lo tuvo f¨¢cil pero lo hizo admirablemente. Recordando la canci¨®n de Bob Dylan, era Just like a woman.

La recordamos del colegio, el Liceo Franc¨¦s, donde probablemente fue a parar por ser hija de un hombre extraordinario, ilustrado y progresista, Crist¨®bal Garrigosa, que ella siempre ador¨®. Tanto lo respetaba, y tanta era su generosidad y discreci¨®n, que invirti¨® toda su herencia en la Fundaci¨®n Memorial Crist¨®bal Garrigosa para continuar con una causa, el Banco de Ojos, que su padre hab¨ªa iniciado. No quer¨ªa que se conociera su gesto, y esto es notorio y excepcional.

Por extra?as circunstancias del destino, que desgraciadamente todos conocemos, se encontr¨® al final presidiendo otra fundaci¨®n, la del Alzheimer, y esta vez tuvo que hacerlo encabezando la iniciativa y bajo todos los focos. No le gustaba figurar y era incluso t¨ªmida, pero su inteligencia y honestidad la empujaron a entregarse en cuerpo y alma al proyecto. Es un orgullo para todos.

Tambi¨¦n nos viene a la memoria su etapa americana, que tanto la marc¨®. Los a?os vividos en Nueva York la convirtieron en una moderna, y muchas de sus certezas se forjaron entonces.

La recordamos tambi¨¦n como una extraordinaria profesora de inform¨¢tica, avant la lettre, cuando todav¨ªa aspiraba a tener vida propia y no verse arrastrada por los avatares de la pol¨ªtica. Los alumnos le deben las herramientas que les permitieron acceder al mundo del futuro.

Es cierto que disfrut¨® de unos a?os y unas experiencias excepcionales que Barcelona, las Olimpiadas y la intensidad de aquellos a?os le brindaron. Ella sab¨ªa disfrutar con plenitud, los que la conocemos somos testigos de ello.

Lo que de verdad le apasionaba era el mar. Era capitana diplomada y navegaba con un entusiasmo que despertaba ternura, lo hizo hasta el final con su barca La Rupiana. Rupi¨¤, en el Empord¨¤, fue un refugio lleno de experiencias ¨²nicas, donde se juntaron los placeres de la naturaleza, su familia, sus amigos y el mar all¨ª cerca. Todo esto quedar¨¢ para siempre.

Ahora mismo no me siento con ¨¢nimos de asimilar su ausencia, hace pocos d¨ªas est¨¢bamos haciendo planes y la muerte no entraba en ellos... Diana era un puntal, moral y vital, y lo era de verdad. Mi hijo, que hered¨® sus vinilos, le dedica una canci¨®n de Stan Getz.

Margarita Obiols fue secretaria de Relaciones Internacionales de la presidencia de la Generalitat (2004-2006).