Un concierto a la medida
La Orquesta y Coro Nacional de Espa?a estrena con ¨¦xito en el Auditorio Nacional el ¡®Concierto para ¨®rgano y orquesta¡¯ de Fernando Buide
La Orquesta y Coro Nacional de Espa?a ha estrenado con notable ¨¦xito el Concierto para ¨®rgano y orquesta de Fernando Buide. La obra corresponde a un encargo de la OCNE por el que se daba al compositor gallego una libertad pr¨¢cticamente absoluta en g¨¦nero, plantilla y duraci¨®n de la obra. Buide, adem¨¢s de compositor, tiene formaci¨®n como organista y de hecho trabaj¨® como tal en una iglesia local durante su formaci¨®n superior en Estados Unidos, donde es doctor por la Universidad de Yale.
En una charla previa al concierto del s¨¢bado 15 contaba Buide al p¨²blico c¨®mo quiso aprovechar esa libertad para explotar las magn¨ªficas condiciones y calidad del ¨®rgano Grenzing construido en el Auditorio Nacional de Madrid, al que compara el compositor con un Rolls-Royce. Su Concierto para ¨®rgano y orquesta nace as¨ª como esos trajes que un buen sastre adapta al mil¨ªmetro al cuerpo del cliente. Lo que en el caso del ¨®rgano del Auditorio Nacional es como vestir a un cliente con el cuerpo m¨¢s apol¨ªneo y el resultado salta a la vista. O, en este caso, se escucha.
El Concierto para ¨®rgano y orquesta de Buide est¨¢ estructurado en un solo movimiento bajo la forma de unas variaciones a partir de un peque?o tema inicial. Este bien podr¨ªa haber nacido en la ¨¦poca del ¨®rgano barroco ib¨¦rico, cuando Espa?a y Portugal compart¨ªan tipo de instrumento y repertorio. El tema inicial y las variaciones que de ¨¦l se derivan son reflejo de una caracter¨ªstica que forma parte de la personalidad de Buide como compositor: el empleo de peque?os elementos r¨ªtmicos y peque?os trazos mel¨®dicos muy elementales. Esto es, esenciales, como peque?as gotas de m¨²sica delicadamente destilada.
Otra caracter¨ªstica de la m¨²sica de Buide es su minuciosidad en la b¨²squeda del timbre, presente en sus partituras en forma de numerosas indicaciones de arcos, din¨¢micas y ataques desde el primero al ¨²ltimo comp¨¢s. Lo que en este caso se traduce en 86 registraciones diferentes ¨Cen los aproximadamente 28 minutos de duraci¨®n de la obra- y ha fructificado en una riqu¨ªsima gama de color instrumental y orquestal.
Y si a este ¨²ltimo ya est¨¢ acostumbrado el p¨²blico que conoce su obra, la que extrae del ¨®rgano comienza por un aprovechamiento id¨®neo de la ampl¨ªsima gama din¨¢mica del instrumento, desde el fulgor deslumbrante al m¨¢s ¨ªntimo recogimiento. Pero sobre todo, logra una exhaustiva exploraci¨®n de combinaciones de las diferentes familias de tubos, incluso con sonidos entre m¨¢gicos y on¨ªricos que han hecho de la audici¨®n de este concierto toda una nueva experiencia sensorial.
La m¨²sica de Buide parte de una s¨®lida t¨¦cnica compositiva tras la que no es dif¨ªcil vislumbrar un objetivo primario, epic¨²reo, de regalarnos el o¨ªdo. Pero tampoco se sustrae a ese otro objetivo final de hacernos sentir emociones y esas peque?as gotas de m¨²sica que mencion¨¢bamos perfuman el horno donde se cuecen las emociones m¨¢s limpias, como las que afloran en su Concierto para ¨®rgano. Asimismo, las pocas y controladas explosiones din¨¢micas de orquesta y solista nos retrotraen a las grandes obras para ¨®rgano de maestros del pasado
En esta ¨²ltima composici¨®n de Fernando Buide se establece un di¨¢logo entre solista y orquesta que va m¨¢s all¨¢ de los temas y frases, utilizando la potencia y variedad de color sonoro de uno y otra para alcanzar un hermoso equilibrio: desde el susurro a la vibraci¨®n tel¨²rica; desde la arenga a la confidencia. Juan de la Rubia, solista en el estreno, mostr¨® t¨¦cnica y sensibilidad, con agilidades como los viriles de un encaje de Camari?as y con un fraseo tan exquisito como precisa la obra de Buide. Diego Mart¨ªn-Etxebarr¨ªa condujo la ONE con gran ductilidad, adapt¨¢ndose tanto a cada detalle de la obra como a sus grandes l¨ªneas expresivas.
El concierto hab¨ªa comenzado con Hymne, de Olivier Messia?n (1908 - 1992). Con una ONE en formaci¨®n pr¨¢cticamente camer¨ªstica Mart¨ªn-Etxebarr¨ªa hizo un discurso meditativo expuesto mediante una delicada paleta t¨ªmbrica. De su versi¨®n de la Sinfon¨ªa en do de Paul Dukas (1865 - 1935) destac¨® sin duda la matizaci¨®n del segundo movimiento, Andante espressivo e sostenuto, y la enorme fuerza, por momentos no totalmente dome?ada, que contienen sus movimientos extremos. Hay que agradecerle la originalidad y coherencia de un programa concebido alrededor del color de los sonidos como concepto. Objetivo conseguido.
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