La guerra de Ayuso contra la justicia fiscal

Tenemos una presidenta de la Comunidad de Madrid que por su incapacidad de gobernar la comunidad se entretiene gobernando los titulares. Incapaz de sacar adelante una sola medida de las que prometi¨®, incapaz de aprobar sus presupuestos, d¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n, busca y a veces encuentra titulares que abochornan a los madrile?os. Su ¨²ltima idea ha sido llamar ¡°paletos¡± a los leoneses. El calificativo forma parte de ese centralismo madrile?o miope que trata de vestir ahora de regionalismo en la guerra que abandera contra el gobierno estatal del PSOE y Unidas Podemos, y contra Catalu?a. Un centralismo construido a trav¨¦s de debates in¨²tiles, guerras impostadas, repleto de demagogia, y da?ino para el conjunto del pa¨ªs.

Como eje principal para reforzar su disparatado centralismo madrile?o ha elegido, c¨®mo no, el debate sobre la financiaci¨®n auton¨®mica y los impuestos: por una parte critica el sistema de financiaci¨®n auton¨®mica actual vigente durante los gobiernos de Mariano Rajoy porque seg¨²n ella es injusto que Madrid aporte m¨¢s que el resto de comunidades a la caja com¨²n; por otra parte la presidenta se opone a toda medida fiscal de competencia estatal contenida en el acuerdo de gobierno (como la tasa Tobin) que nos pueden permitir aumentar la recaudaci¨®n fiscal (hay que recordar que estamos a 7 puntos porcentuales por debajo de la media de la Uni¨®n Europea en presi¨®n fiscal) y que avancemos as¨ª ligeramente hacia la justicia fiscal; por ¨²ltimo ha emprendido la guerra contra el anuncio por parte de Montero, la ministra de Hacienda, sobre la necesidad de avanzar hacia una armonizaci¨®n fiscal en las diferentes comunidades aut¨®nomas para evitar que se produzca el ¡°dumping fiscal¡±.

Hemos escuchado a Ayuso decir que las empresas vienen a Madrid por las bajadas de impuestos que ha puesto en marcha el Partido Popular en los ¨²ltimos a?os. Pero lo cierto es que el impuesto de sociedades, el que tendr¨ªa efecto sobre el lugar donde deciden tener su sede las empresas, es un impuesto estatal del que nada tienen que decir ni regular las comunidades aut¨®nomas. Trata de utilizar un viejo mantra neoliberal (¡°bajar impuestos genera riqueza porque fomenta que, en vez de acumularlo, quienes tienen esa riqueza la inviertan¡±) de la forma m¨¢s tramposa. Es una falacia: si a Madrid le va bien (en cifras macroecon¨®micas) es sobre todo porque es la capital, y como tal, tiene la capacidad de atraer empresas (peque?as y medianas, y tambi¨¦n las m¨¢s grandes). Es sede de la Administraci¨®n del Estado, de recursos e instituciones, y es epicentro cultural. Atrae y concentra riqueza y talento del resto del pa¨ªs, y lo lleva haciendo desde antes de que se comenzaran a bajar impuestos. Y la prueba de que este es el factor que favorece que se asienten aqu¨ª tantas empresas es precisamente que el impuesto que tienen que pagar de sociedades es el mismo que en cualquier otra comunidad.

Vemos tambi¨¦n a Ayuso defender su desequilibrada versi¨®n del ¡°Espa?a nos roba¡±. Y no hay nada m¨¢s parecido a un nacionalista de derechas que otro nacionalista de derechas. Visiones de corta distancia, nula visi¨®n de conjunto, y apuestas insolidarias en defensa de ventajas para las ¨¦lites de una regi¨®n rica en detrimento de los ciudadanos de las regiones pobres (andaluces, extreme?os,..). Eso es lo que est¨¢ detr¨¢s de su insistente reiteraci¨®n de que la Comunidad de Madrid aporta demasiado al resto de comunidades aut¨®nomas con el sistema de financiaci¨®n actual. Lo que no dice es que en el actual sistema de financiaci¨®n auton¨®mica se calcula cu¨¢nto debe aportar cada comunidad aut¨®noma en funci¨®n del ingreso potencial, no del ingreso real. Como ella apuesta por recaudar (e ingresar) poco, bajando impuestos a los multimillonarios, nos cuenta que aportamos m¨¢s de lo que deber¨ªamos. Lo que pretende es que los andaluces o extreme?os paguen las rebajas fiscales a sus amigos exentos de pagar patrimonio y sucesiones.

Claro que el hecho de que en Madrid no se paguen ni el impuesto de patrimonio y ni el de sucesiones tiene efectos. Pero no son distorsionantes, es decir, no afectan a las decisiones econ¨®micas de los individuos en cuanto a la inversi¨®n o a la generaci¨®n de riqueza. El hecho de que existan o no, no cambia las conductas pero s¨ª el lugar en el que se realizan. Lo que se busca deliberadamente es atraer millonarios sin que importe que las comunidades hermanas se empobrezcan a causa de este ¡°dumping fiscal¡±. Prueba de que esto es lo que quiere preservar Ayuso es que el presidente de la CEOE, Garamendi, ha respondido a la ministra Montero que en el caso de hacerse la armonizaci¨®n fiscal que ha anunciado deber¨ªa ser igualando el resto de regiones al sistema de Madrid (obviamente de acuerdo a los intereses que ¨¦l defiende). Ayuso podr¨ªa sumarse y defender esa armonizaci¨®n a la baja, y as¨ª exportar el modelo madrile?o si realmente fuese tan beneficioso como dice. Pero significar¨ªa dejar de aprovecharse de esta ¡°competencia desleal¡±, y eso no le interesa.

La realidad es que el modelo madrile?o es insostenible precisamente por los efectos de los continuos regalos fiscales del PP a los m¨¢s ricos. Que no generan m¨¢s riqueza para el conjunto, simplemente regalan dinero a los que menos lo necesitan a costa tanto de las mayor¨ªas empobrecidas de la Comunidad de Madrid como del resto del pa¨ªs que viven en regiones sin ventajas tramposas. Madrid es ejemplo de desigualdad y por mucho que la presidenta nos repita una y cien veces la palabra ¡°libertad¡±, lo cierto es que a ella llegan los que se la pueden pagar. El hecho de que la mayor¨ªa de las empresas del IBEX35 tengan sede en nuestra regi¨®n o que vivan 23 de los 50 superricos de la lista Forbes no nos hace vivir mejor a la mayor¨ªa. Las rebajas fiscales de las que alardea (50.000 millones desde 2003) y que afectan a los ricos (un 330 % m¨¢s que al resto de la poblaci¨®n) las pagamos todos y todas a trav¨¦s de una deuda que asciende a 36.000 millones de euros, la que a su vez pagamos con recortes a los servicios p¨²blicos. As¨ª es como nuestra sanidad p¨²blica se degrada, tantas personas dependientes no reciben atenci¨®n o tenemos el r¨¦cord en segregaci¨®n escolar y crecemos a una velocidad tres veces m¨¢s alta que la media estatal.

El debate que est¨¢ detr¨¢s de toda esta campa?a de Ayuso es m¨¢s bien el debate sobre si apostamos por los para¨ªsos fiscales para los ricos a costa del resto, o si queremos un sistema fiscal sostenible, solidario con el resto de regiones, justo con la ciudadan¨ªa, que nos permita financiar los servicios p¨²blicos para que vivamos en una regi¨®n y en un pa¨ªs donde todos seamos iguales. Solo as¨ª podremos hablar de libertad.

Isabel Serra es portavoz?Unidas Podemos IU Madrid en Pie.