?Cu¨¢ndo fue Catalu?a?
No estamos especialmente interesados en el consumo de la historia, sino en la memoria y, sobre todo, en el producto de la fusi¨®n y distorsi¨®n de ambas
¡°Los Balcanes producen m¨¢s historia de la que pueden consumir¡±. La cita, atribuida a Churchill, a tenor de las jornadas hist¨®ricas que hemos vivido en la ¨²ltima d¨¦cada y las que se intuye que nos quedan, vale tambi¨¦n para Catalu?a. Aunque su autor, fuera o no Winston, confund¨ªa historia (el conocimiento cr¨ªtico) con memoria (la construcci¨®n del propio pasado) y quer¨ªa referirse, sobre todo, a la mezcla y manipulaci¨®n de ambas para controlar y movilizar a la sociedad.
En Catalu?a, aunque no somos excepci¨®n y al contrario de lo que puede parecer, no estamos interesados especialmente en el consumo de la historia, sino en la memoria y, sobre todo, en el producto de la fusi¨®n y distorsi¨®n de ambas. Cualquier editorial que publica ensayo hist¨®rico puede dar buena cuenta de ello.
Descifrar el pasado es, a menudo, dif¨ªcil. Biografiar una persona es un asunto complejo. Biografiar un territorio, todav¨ªa m¨¢s. Biografiar uno que una parte sustancial de su poblaci¨®n concibe como naci¨®n es tarea para valientes. El primer problema a la hora de acometer tal labor es, precisamente, que los corazones y las mentes de su propio p¨²blico ya han recibido la visita de los fabricantes de pasado, que siempre son m¨¢s numerosos, m¨¢s r¨¢pidos y cuentan con m¨¢s altavoces.
?stos han recorrido previamente el camino, han deshojado la margarita, elegido unos episodios e ignorado otros, los han aislado, sobre todo, de acontecimientos de territorios contiguos y han obtenido una pieza de orfebrer¨ªa ¨²nica, a la que cuanto m¨¢s se mira uno m¨¢s se convence que no puede tener otra forma.
En 2002 el profesor em¨¦rito de Historia de los Balcanes de la Universidad de Southampton, Stevan K. Pavlowitch, public¨® un ensayo brillante y accesible, Serbia. The History behind the Name (Hurst & Co.). En su pr¨®logo expresaba que no sabia c¨®mo definir Serbia a lo largo de los siglos porque no hab¨ªa existido un continuo pol¨ªtico y territorial con ese nombre. Tambi¨¦n que le era imposible escribir una historia del pa¨ªs aislada de su contexto balc¨¢nico sin caer en el reduccionismo nacional propio o el de los observadores externos. No es habitual toparse con ensayos similares.
Este mes los historiadores de las ¨¦pocas medieval y moderna Vicent Baydal y Cristian Palomo, vinculados a la Universitat Jaume I de Castell¨®, publican un volumen coral, Pseudohist¨°ria contra Catalunya. De l¡¯espanyolisme a la Nova Hist¨°ria (Eumo editorial), donde algunos de sus ensayos recuerdan a la mirada de Pavlowitch.
Su objetivo primero no es otro que acabar con las tergiversaciones y falsedades de distintos temas de la historia de Catalu?a. El m¨¢s emblem¨¢tico es, sin duda, el del origen catal¨¢n de Crist¨®bal Colon, asimilado a Joan Colom Bertran. En esta ocasi¨®n Palomo, junto a Stefano M. Cingolani y Guillem Forn¨¦s, remachan tanto el clavo que acabado el cap¨ªtulo al lector le dan ganas de correr a abrazar a los descubridores de la supuesta ocultaci¨®n para consolarles y aconsejarles que se dediquen a otra cosa.
Palomo (1989) firma tres ensayos ¡ªsobre el origen de Catalu?a, su situaci¨®n en la Corona de Arag¨®n y su conceptualizaci¨®n como estado en la ¨¦poca de los Austria¡ª, que trascienden el mero combate pugil¨ªstico contra los inventores de mitos y mantienen al lector clavado en la butaca. Es as¨ª porque forma parte de una hornada de historiadores, junto a Baydal (1979), que crece en los m¨¢rgenes de la universidad y es cada vez m¨¢s consciente de que, m¨¢s all¨¢ del consumo corporativo en revistas especializadas y escasamente le¨ªdas, es tan importante aportar conocimiento en profundidad como saberlo transmitir. Tienen buenos ejemplos de ello en las obras del propio Cingolani.
Pero entonces, ?cu¨¢ndo fue Catalu?a? No fue cuando, como todav¨ªa hoy solemos repetir equivocadamente, Borrell II, conde de Barcelona y de Urgell, rompi¨® el vasallaje con el rey franco hacia el a?o 988. Tal cosa simplemente no aconteci¨®, pese a que 30 a?os atr¨¢s celebramos el milenario de Catalu?a. Pero tampoco tan tarde como cuando se firm¨® el Tratado de Corbeil en 1258 ¡ªcon el cambio clim¨¢tico ya no nos dar¨ªa para celebrarlo de nuevo¡ª, sino que apareci¨® en un continuum en los siglos XII y XIII.
Lo dec¨ªa a este diario d¨ªas atr¨¢s una leonesa quejosa de los agravios de Castilla respecto a Le¨®n, que va camino de producir m¨¢s historia de la que podr¨¢ consumir: ¡°Fuimos un reino y ya no somos ni vasallos¡±. Cuando aparcamos los libros y cerramos los ojos es f¨¢cil imaginar lo felices que ¨¦ramos en el ed¨¦n.
Joan Esculies es escritor e historiador.
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