Andr¨¦s Velasco: ¡°El texto constitucional propuesto no es tan progresista como parece¡±
El decano de la Escuela de Pol¨ªticas P¨²blicas de la London School of Economics y exministro de Hacienda de Michelle Bachelet votar¨¢ por el rechazo
El economista Andr¨¦s Velasco (Santiago, 62 a?os) fue uno de los mejores cuadros t¨¦cnicos de la Concertaci¨®n, el bloque de centroizquierda que gobern¨® Chile por dos d¨¦cadas tras la dictadura. Fue ministro de Hacienda del primer Gobierno de la socialista Michelle Bachelet (2006-2010) y hoy, a diferencia de la expresidenta, pero como muchos de este sector pol¨ªtico, est¨¢ por rechazar la propuesta de nueva Constituci¨®n en el plebiscito de este domingo. Decano de la Escuela de Pol¨ªticas P¨²blicas de la London School of Economics, desde la capital brit¨¢nica conversa por videoconferencia con EL PA?S sobre sus razones para rechazar el nuevo texto y continuar a partir del lunes con un nuevo proceso constituyente ¡°para el resto del siglo XXI y m¨¢s all¨¢¡±.
Pregunta. Usted es un liberal de centroizquierda. ?Por qu¨¦ rechazar¨¢ la propuesta de la convenci¨®n que se plebiscitar¨¢ este domingo?
R. Para todo liberal progresista, la calidad de la pol¨ªtica y la fortaleza de las instituciones democr¨¢ticas resultan supremamente importantes. La convenci¨®n constitucional propone una estructura pol¨ªtica que podr¨ªa aumentar la conflictividad, debilitar¨ªa ciertos controles democr¨¢ticos y har¨ªa a¨²n m¨¢s dif¨ªcil tomar decisiones colectivas con criterios de futuro. La pol¨ªtica chilena ya anda mal. Con esta Constituci¨®n es probable que anduviese a¨²n peor.
P. ?Y qu¨¦ normas le parecen m¨¢s preocupantes?
R. La ausencia de toda norma sobre los partidos pol¨ªticos y el sistema electoral es una omisi¨®n grave e incomprensible. Es como escribir el reglamento del f¨²tbol sin especificar cu¨¢ntos jugadores pueden entrar a la cancha y en qu¨¦ condiciones. La asimetr¨ªa tremenda de poderes entre una omnipotente C¨¢mara de Diputadas y Diputados y un esmirriado sucesor del actual Senado debilita equilibrios indispensables y no augura legislaci¨®n de calidad. Las llamadas leyes de concurrencia presidencial dificultar¨ªan el control del gasto y la deuda p¨²blica. La configuraci¨®n del aparato judicial abre la puerta para la interferencia pol¨ªtica en este poder del Estado. Esos son cuatro ejemplos. Hay muchos m¨¢s.
P. Economistas de renombre internacional, como Thomas Piketty, han manifestado su apoyo a la propuesta porque, dicen asegura ¡°el crecimiento sustentable y la prosperidad compartida para Chile¡±. ?C¨®mo explica que desde fuera de las fronteras se tenga esa percepci¨®n del texto?
R. Esa percepci¨®n no es compartida. Al rev¨¦s. El semanario brit¨¢nico The Economist, cuyos expertos siguen a Chile desde hace d¨¦cadas y conocen bien el pa¨ªs, concluy¨® que la Constituci¨®n propuesta es ¡°rid¨ªculamente amplia¡± y un ¡°revoltijo confuso¡±. El Financial Times calific¨® el texto de ¡°radical¡± y ¡°seriamente defectuoso¡±. El Washington Post aconsej¨® escribirlo de nuevo. Opiniones extranjeras hay para todos los gustos. Pero mucho m¨¢s importante es el parecer de la ciudadan¨ªa chilena, que vamos a conocer este 4 de septiembre.
P. ?C¨®mo se entiende que parte de la centroizquierda que fue integr¨® los gobiernos de la Concertaci¨®n est¨¦ en la opci¨®n del rechazo, como la derecha?
R. Esta no es una fiesta de adolescentes a la que uno quiera o no asistir dependiendo de qui¨¦n fue invitado. Es la decisi¨®n m¨¢s transcendente para Chile a partir del plebiscito de 1988 que sac¨® a Pinochet del poder. La Constituci¨®n del 80 est¨¢ muerta, pol¨ªticamente hablando, desde que m¨¢s de 78% vot¨® a favor de redactar una nueva Constituci¨®n en 2020, en el plebiscito de entrada. La pregunta ahora es si el texto que la convenci¨®n propone es el que Chile necesita. Si es la Constituci¨®n adecuada para el resto del siglo XXI y m¨¢s all¨¢. Buena parte de la centroizquierda ¨Cy, al parecer, buena parte de la ciudadan¨ªa¨C ha concluido que no lo es.
P. La expresidenta Michelle Bachelet, de la que usted fue ministro de Hacienda, est¨¢ por aprobar. ?Qu¨¦ est¨¢n pasando por alto estos dirigentes?
R. Como dijo muy bien el presidente Boric, ambas opciones son leg¨ªtimas. La expresidenta Bachelet est¨¢ en todo su derecho al adoptar esa postura. Pero el expresidente Frei, tambi¨¦n de centroizquierda, ha anunciado que vota rechazo. El expresidente Lagos, socialista, no ha dicho c¨®mo votar¨¢, pero ha dejado claro que el texto constitucional le parece deficiente. Y son decenas los actuales y exparlamentarios de centroizquierda, al igual que innumerables exministros del mismo sector, que est¨¢n por el rechazo. Ello porque el texto propuesto no es tan progresista como parece. Y, adem¨¢s, arriesga debilitar el funcionamiento de la democracia, asunto que para la centroizquierda es capital.
P. De aprobarse el texto, ?cu¨¢les ser¨ªan las consecuencias econ¨®micas de corto, mediano y largo plazo para Chile?
R. Las consecuencias principales y m¨¢s inmediatas ser¨ªan pol¨ªticas. La econom¨ªa se mueve al ritmo de las reglas que dise?a la pol¨ªtica. Si el desempe?o de la pol¨ªtica es mediocre, lo m¨¢s probable es que el desempe?o de la econom¨ªa tambi¨¦n lo sea. El texto constitucional propuesto contempla un potente cat¨¢logo de derechos fundamentales, cosa que celebro. Pero si el sistema pol¨ªtico se traba, corremos el riesgo de que esos derechos queden solo en el papel. Es la receta perfecta para que la ciudadan¨ªa se frustre y caiga la confianza en la democracia.
P. ?Abre camino a los extremos pol¨ªticos?
R. El otro riesgo es que una Constituci¨®n identitarista de izquierda provoque una reacci¨®n identitarista y populista de derecha. El a?o pasado, un candidato populista de extrema derecha [Jos¨¦ Antonio Kast] gan¨® la primera vuelta presidencial y obtuvo 44% de los votos en la segunda vuelta. Lo hizo apelando a la misma ret¨®rica de Trump en Estados Unidos y Bolsonaro en Brasil. En el escenario de un triunfo del apruebo, esa es la derecha que saldr¨ªa fortalecida.
P. El oficialismo se comprometi¨® a una serie de reformas a la propuesta de nueva Constituci¨®n, de aprobarse. ?No son suficientes estos compromisos?
R. Respecto del desaf¨ªo principal, que es el redise?o del sistema pol¨ªtico, el oficialismo solo se comprometi¨® a ¡°analizar¡± cambios, lo que significa poco o nada. Adem¨¢s, al poco rato sali¨® el presidente de uno de los principales partidos de gobierno [el Partido Comunista] a aclarar que ellos no pueden garantizar que ese compromiso se cumplir¨¢. Lo que refleja la naturaleza humana: si un partido siente que este texto es suyo, es comprensible que al d¨ªa siguiente del plebiscito no quiera modificarlo.
P. ?Cu¨¢l cree usted que ser¨ªa el mejor mecanismo para continuar con el proceso constituyente, de ganar el rechazo?
R. El triunfo del rechazo no ser¨ªa el fin del proceso constituyente, sino el inicio de una segunda etapa. Pienso que ser¨ªa necesario un plebiscito de salida, pero no uno de entrada. La convenci¨®n debe elegirse de otro modo, con un sistema electoral de listas cerradas y paritarias, con una nueva f¨®rmula para calcular el n¨²mero de esca?os reservados para los pueblos originarios, y con normas distintas para los independientes, de modo de no repetir los errores del pasado reciente. Y como no se parte desde cero, la convenci¨®n podr¨ªa hacer su trabajo r¨¢pido. En un a?o o menos, Chile podr¨ªa tener la Constituci¨®n que necesita y merece.
P. ?En qu¨¦ posici¨®n queda el Gobierno de Boric tras el plebiscito?
R. Gane quien gane, la mitad del pa¨ªs quedar¨¢ disconforme con el resultado. El proceso ha acrecentado las divisiones entre las personas en vez de reducirlas. Esos son mensajes que el Gobierno debe recoger. Parecen una complicaci¨®n, pero, para el presidente Boric, tambi¨¦n resultan ser una oportunidad. Una oportunidad para ayudar a resta?ar esas heridas, renovar su Gabinete, recalibrar la coalici¨®n que lo apoya dando m¨¢s peso al socialismo democr¨¢tico y, en caso de que triunfe el rechazo, para liderar junto al Congreso la segunda etapa del proceso constitucional.
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