Rafael Gumucio: ¡°Esta elecci¨®n dej¨® en claro que en Chile hay una gran poblaci¨®n de la que no sabemos nada¡±
El reconocido escritor chileno cree que la izquierda tradicional ha sido demasiado complaciente con los sectores m¨¢s radicales y con las demandas de una ¨¦lite minoritaria a la que no le interesa convivir
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El lunes 29 de agosto, un d¨ªa despu¨¦s del esc¨¢ndalo causado por un grupo trans en un acto por el Apruebo en Valpara¨ªso ¡ªuna integrante del grupo simul¨® que sacaba de su ano una bandera chilena mientras gritaba ¡°abortar Chile, abortar el macho interior, abortar la polic¨ªa¡±¡ª, el escritor Rafael Gumucio escribi¨®: ¡°Hasta los suicidas se matan solo cuando les conviene. A esta izquierda, la radical, la disidente, la perform¨¢tica, perder le sirve m¨¢s que ganar¡±.
Una semana despu¨¦s, el lunes 5 de septiembre, tras la aplastante derrota del Apruebo en el plebiscito por la nueva constituci¨®n chilena, Gumucio escribi¨®: ¡°Los chilenos, como los abisinios, los peruanos, los belgas, no adherir¨¢n nunca a los delirios de una peque?a ¨¦lite intelectual empe?ada en neoliberalizar la protesta. La izquierda solo ha ganado cuando ha hecho pol¨ªtica y siempre perder¨¢ cuando se dedique a la performance¡±.
En ese texto posplebiscito, el reconocido escritor chileno de 52 a?os, autor de m¨¢s de una decena de libros ¡ªrelatos, novelas, ensayo, biograf¨ªa¡ª y director del Instituto de Estudios Humor¨ªsticos de la Universidad Diego Portales, dec¨ªa que lo que hab¨ªa perdido con el resultado de la elecci¨®n era una mirada exterior sobre Chile: la de los festivales de cine, la de los corresponsales extranjeros, la de los intelectuales del mundo que felicitaron al pa¨ªs por la Constituci¨®n vanguardista que estaba forjando. Una mirada solipsista, dec¨ªa Gumucio, que prefiere borrar de la realidad las partes que no le gustan, negar al otro. ¡°No somos, como pensaba Nicanor Parra, solo un paisaje, sino tambi¨¦n un pa¨ªs¡±.
Y tambi¨¦n perdi¨® ¨¦l, claro, que hab¨ªa votado por el Apruebo, a pesar de sus diferencias con las din¨¢micas del proceso constituyente y de los grupos m¨¢s radicales de la izquierda. ¡°Mi problema no es con el feminismo, ni con la ecolog¨ªa, ni con ninguna de estas demandas¡±, explica ahora, un d¨ªa despu¨¦s de la votaci¨®n. ¡°Mi problema es que la forma en que lo demandan da cuenta de que est¨¢n pidiendo lo contrario. Es decir: si t¨² quieres paz en el mundo y usas una bazuca para pedirla, entonces no quieres paz en el mundo¡±. El problema, argumenta, es la forma fundamentalista de ver el mundo: lo mismo da que sea isl¨¢mica, ultraderechista o animalista, porque la causa no es m¨¢s que una excusa para imponer una visi¨®n del mundo.
Pregunta. En una columna que public¨® antes del plebiscito habla de una izquierda individualista, ¡°parasitaria y egoc¨¦ntrica¡±, a la que no le interesa convivir, sino transformar desde cero lo que ve como ¡°un pa¨ªs de mierda¡±. ?Cu¨¢nta responsabilidad real cree que tiene ese sector en la derrota del Apruebo?
Respuesta. Creo que tiene una enorme responsabilidad. La izquierda identitaria vio en octubre, en el octubrismo, una oportunidad pol¨ªtica incre¨ªble. Fue su momento glorioso. Y la izquierda m¨¢s tradicional se compr¨® este discurso. La Convenci¨®n fue en gran parte la consecuci¨®n de ese discurso: en ella hubo una pelea no entre la izquierda y la derecha, porque la derecha no exist¨ªa, sino entre la izquierda m¨¢s tradicional ¡ªla que tiene que ver con la historia de la Concertaci¨®n, pero tambi¨¦n con la historia de la Unidad Popular¡ª y esta nueva izquierda. Creo que la izquierda tradicional cometi¨® el pecado de los pap¨¢s permisivos, del pap¨¢ buena onda. Si tu hijo llega, no s¨¦, con el pelo pintado de azul, una cosa es no reprimirlo y no agarrarlo y cortarle el pelo, o hacer ese tipo de estupideces que no sirven para nada. Pero otra cosa es jugar a estar entusiasmado con el pelo azul de tu hijo y a vivir como si esto fuera maravilloso y como si esto fuera realmente algo que te parece bien. As¨ª uno pierde el respeto de los hijos, porque los hijos saben que est¨¢n mintiendo, y tampoco se consigue ning¨²n debate interesante. Entonces creo que la izquierda tradicional, la izquierda pol¨ªtica, digamos, perdi¨® una oportunidad gigante de decirle a esta nueva izquierda, que adem¨¢s tiene elementos fundamentalistas¡ de pararla. Y es evidente que, en todos los ¨ªtems en donde la izquierda identitaria quiso poner un punto de avance, perdi¨®.
P. ?Cu¨¢l ser¨ªa el equivalente a pintarse el pelo de azul o hacerse un tatuaje en t¨¦rminos de la nueva Constituci¨®n, en t¨¦rminos pol¨ªticos?
R. Hay una nueva cultura y es innegable, en las nuevas generaciones, que tiene que ver con la sexualidad, que tiene que ver con la cultura, que tiene que ver con una forma de pensar el mundo. De pensarse desde el lugar de la v¨ªctima, de construir una ret¨®rica de la debilidad. Una visi¨®n de la identidad que piensa que es imposible que alguien que no sufre las consecuencias del que sufre pueda hablar: que no se puede hablar de los negros sin ser negro, de los indios sin ser indio¡ Toda esa visi¨®n est¨¢ presente y es verdadera, pero evidentemente se pens¨® que estaba infrarrepresentada y est¨¢ sobrerrepresentada. Es minoritaria. Y adem¨¢s, al ser completamente obligatoria, esta elecci¨®n dej¨® claro que hay una gran poblaci¨®n de la que no sabemos nada y que explicar¨ªa por qu¨¦ todos los Gobiernos en Chile ¡ªde centro, de derecha y ahora de izquierda¡ª terminan siendo minor¨ªa, sin serlo pol¨ªticamente. O sea, pareciera que ni Pi?era, ni Bachelet, ni Boric realmente fueran Gobiernos de mayor¨ªa, aunque ganaran la elecci¨®n. Hay un continente enorme de personas que son evidentemente conservadoras ¡ªno siempre de derecha, pero conservadoras¡ª, que no han sido consultadas, que no han sido parte del juego pol¨ªtico. Entonces, la Convenci¨®n dijo que le iba a dar la voz a los que no hab¨ªan sido parte¡ y se equivoc¨® enormemente, porque justamente le dio voz a una peque?a ¨¦lite universitaria y dej¨®, insult¨® y agravi¨® a esa mayor¨ªa que no habla. Y que todav¨ªa queda por consultar, por investigar, por conocer.
P. Despu¨¦s del plebiscito, usted ha dicho que las hip¨®tesis del bloqueo de los medios de derecha y del bombardeo de fake news no pueden soportar un d¨ªa sin estar equivocadas. Pero, desde afuera, muchos de los argumentos que se escucharon de gente que iba por el Rechazo ten¨ªan que ver con desinformaci¨®n, como que les iban a quitar la segunda casa o que iba a haber dos banderas. ?Cree que eso no tuvo un peso real en el resultado?
R. S¨ª, por supuesto que tuvo. Porque ah¨ª est¨¢ la ret¨®rica de que esta es la Constituci¨®n de la dictadura y luego entre los ochenta y hoy no pas¨® nada. No, esta es la Constituci¨®n de la dictadura pero que aceptamos: primero a rega?adientes, porque no ten¨ªamos otra, y luego no tan a rega?adientes. El sistema neoliberal, que fue impuesto con sangre, tambi¨¦n fue aceptado, y fue vivido y gozado por grandes generaciones de chilenos. Entonces, claro, es evidente que parte de la votaci¨®n del Rechazo viene de un voto neoliberal, digamos popular, que piensa en la segunda casa, de eso no cabe la menor duda. Pero yo creo que lo trascendental fue lo de la plurinacionalidad y lo del aborto, que fueron los dos grandes temas que le costaron a la izquierda la elecci¨®n. Porque fueron dos temas en los que no se tom¨® en cuenta de que los avances pol¨ªticos ideol¨®gicos de los chilenos no eran tales. Lo de la segunda casa, lo de la vivienda, por supuesto que funcion¨®. La Constituci¨®n fue muy torpe en eso.
P. Hemos escuchado mucho, con la desinformaci¨®n antes y con la elecci¨®n ahora, que uno de los grandes problemas con la nueva Constituci¨®n era que mucha gente no la hab¨ªa le¨ªdo. ?Cree que la gran mayor¨ªa que vot¨® por el Rechazo lo hizo porque no la ley¨®, o porque conoc¨ªa bien su contenido y se opon¨ªan a eso?
R. La Constituci¨®n no es f¨¢cil de leer ni siquiera para gente que tiene conocimientos. De hecho hubo varias pol¨¦micas de interpretaci¨®n entre abogados constitucionalistas en las que incluso los redactores intervinieron diciendo que tampoco entend¨ªan muy bien. No era f¨¢cil de leer, no era f¨¢cil de entender. Una de las deficiencias de la Constituci¨®n fue el uso excesivo de terminolog¨ªa de distintas disciplinas. Digamos que si t¨² eras antrop¨®logo pon¨ªas todos los t¨¦rminos de la antropolog¨ªa de ahora. O, si t¨² eras soci¨®logo, pon¨ªas lo que reci¨¦n te hab¨ªa ense?ado el profesor. Entonces, alegar que la gente no lo ley¨®¡ si no estaba escrita para que la gente la leyera. O sea, no fue pensada para que la gente lo leyera, sino para que la leyera el profesor de Cambridge o de Oxford. Es una constituci¨®n muy estudiantil, porque la mayor¨ªa de los constitucionales pertenec¨ªan al estamento estudiantil: estudiantes de derecho, profesores, gente del proletariado acad¨¦mico. Y entonces estaba escrita en ese lenguaje. Por supuesto, es un lenguaje que es revulsivo para los chilenos y para cualquiera. A m¨ª, palabras como territorio, como normalizaci¨®n, me resultan siempre repugnantes, porque adem¨¢s son palabras que no dicen lo que dicen. Cuando te ponen ¡°igualdad sustantiva¡±, est¨¢n diciendo algo que no es igualdad. Es como ¡°Alemania democr¨¢tica¡±, digamos, que lo que quer¨ªa decir es que no era democr¨¢tica¡
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P. Usted dice que hay que ver hasta cu¨¢ndo la izquierda que gobierna va a tener el coraz¨®n de abuelita, y tambi¨¦n dice que sigue creyendo que el presidente Gabriel Boric es capaz de sorprendernos, aunque teme que estas sorpresas no sean siempre felices. ?A qu¨¦ se refiere?
R. Mira, por lo que conozco a Boric, tengo la mejor impresi¨®n y creo que ¨¦l comprende perfectamente el problema. Lo que pasa es que ha tratado de navegar ¡ªy ya va a ser imposible que lo siga haciendo¡ª entre las fuerzas que le dicen ¡°ahora es cuando, y si no, para qu¨¦ hicimos todo esto¡±, y las fuerzas que le dicen que tiene que navegar en estas nuevas aguas. Creo que en este caso ¨¦l debi¨® haber tomado una actitud mucho m¨¢s decidida y haber agarrado el texto, haber ido con un par de tijeras y un borrador y haber dicho: no, vamos a modificar esto y esto y esto. No fue as¨ª y, claro, qued¨® en pie una debilidad muy grande. Ahora, tambi¨¦n es cierto que los problemas que est¨¢n viviendo el pa¨ªs y el mundo son de una envergadura tal que incluso un maestro avezado de la pol¨ªtica y de la econom¨ªa no sabe muy bien qu¨¦ hacer. O sea, tenemos a Joe Biden, que es quiz¨¢ el contrario exacto de Boric, en el sentido de que es un viejo que ha estado toda la vida metido en la pol¨ªtica, que no se le puede achacar falta de experiencia, y tampoco logra agarrar el toro por las astas. Es decir, pareciera que es una complejidad soberana todo esto que estamos viviendo. As¨ª que no s¨¦, las sorpresas felices ya no las espero de nadie, pero tampoco de Boric.
P. A pesar de todo, uno de sus textos publicados despu¨¦s del plebiscito termina de una manera esperanzada: rompe una lanza por la vocaci¨®n republicana del pueblo chileno, por el hecho de dirimir diferencias en las urnas.
R. Si, yo creo que de alguna forma eso fue bastante virtuoso. Fue virtuoso porque pasamos de quemar cosas a quemar ideas. No significa que el d¨ªa de ma?ana no volvamos a quemar cosas tambi¨¦n, porque tambi¨¦n es parte de lo que todav¨ªa existe. Pero s¨ª es virtuoso haber entrado en este debate y es virtuoso que el plebiscito de salida haya mostrado un pueblo que es exigente, que es complejo, que lee. Los plebiscitos de salida en todas las Asamblea Constituyentes son un tr¨¢mite. Casi siempre se ganan. Y aqu¨ª se mont¨® un debate bastante de altura y de bastante complejidad. Por supuesto, con todas las fake news y los banderazos y los gritos. Lo que me preocupa es que creo que la ¨²nica alternativa m¨¢s o menos racional es la que todo el mundo ya descart¨®, que es la idea de tener seis o siete expertos que agarren esta Constituci¨®n, hagan otra m¨¢s y escriban lo que hay que escribir. Y despu¨¦s, bueno, se publicita. Pero claro, eso no se va a hacer, eso est¨¢ claro. Si el Rechazo hubiese ofrecido eso yo hubiese votado Rechazo con entusiasmo. Pero como ofreci¨® otro proceso constituyente y lo m¨¢s seguro es que el pr¨®ximo proceso sea la venganza de este, yo no tengo ning¨²n inter¨¦s en ver esta venganza.
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