Choque contra la realidad
El gobierno del presidente Boric sufri¨® en el plebiscito del 4 de septiembre un derrota de tal envergadura, que en pocas horas vieron que el proyecto pol¨ªtico radical no ten¨ªa ra¨ªces en el Chile profundo
El presidente Gabriel Boric fue uno de los l¨ªderes de las movilizaciones estudiantiles durante el primer gobierno de Sebasti¨¢n Pi?era (2011), las cuales podr¨ªan considerarse como el primer hito relevante de cuestionamiento al modelo de desarrollo chileno. Bajo el amparo de la consigna ¡°educaci¨®n p¨²blica, gratuita y de calidad¡±, subyac¨ªa una discrepancia sobre la manera de c¨®mo se garantizaban de los derechos sociales por parte del Estado y la sociedad civil.
Fruto de ese proceso emergi¨® el Frente Amplio ¨Cs¨ªmil al ¡°Podemos¡±, co-fundado por Pablo Iglesias ¨C desde el cual se articul¨® la izquierda extraparlamentaria. Con Boric como uno de sus referentes, este espacio gener¨® una cr¨ªtica lapidaria a los gobiernos que ven¨ªan altern¨¢ndose desde la d¨¦cada de los noventa. Se sosten¨ªa que se hab¨ªa dejado intacto el modelo neoliberal juzgado como el causante de enormes desigualdades. Para esta izquierda todo ello exig¨ªa transformaciones estructurales, las cuales dif¨ªcilmente podr¨ªan alcanzarse a partir del ¡°duopolio¡± que constitu¨ªan los bloques tradicionales. As¨ª, se denost¨® la ¡°democracia de los acuerdos¡± ¨Cmodo recurrente de proceder durante la transici¨®n democr¨¢tica chilena, donde las fuerzas pol¨ªticas estaban disponibles a transar para avanzar ¡°en la medida de lo posible¡±¨C, la cual se calific¨® de ¡°cocina¡± y ¡°entreguismo¡±.
Durante el segundo gobierno del expresidente Pi?era, y gracias a la complicidad de una silente centroizquierda, el Frente Amplio monopoliz¨® el tono de la oposici¨®n. Desde esa posici¨®n, sus discursos se caracterizaron por ser tremendamente agresivos, con empleo recurrente de acusaciones constitucionales a los ministros de Estado. Irrumpieron luego las movilizaciones a fines del a?o 2019, donde se conjugaron leg¨ªtimas demandas sociales con un empleo in¨¦dito de la violencia. Boric y los l¨ªderes del Frente Amplio mantuvieron una actitud err¨¢tica o derechamente complaciente con los brutales episodios de violencia, saqueo y vandalismo, enfatizando la persecuci¨®n del abuso policial.
En ese cl¨ªmax de polarizaci¨®n surge el ¡°Acuerdo por la Paz y la Nueva Constituci¨®n¡±, donde diferentes fuerzas pol¨ªticas acceden a originar un proceso constituyente que permitiera el reemplazo de la Constituci¨®n vigente. A ese acuerdo no concurre el Frente Amplio en su totalidad, al punto de que Gabriel Boric termina firmando como persona natural.
Finalmente, el a?o 2021 se suscitan contingencias que culminan por posicionar al otrora dirigente estudiantil como candidato de la centroizquierda en la segunda vuelta presidencial frente a Jos¨¦ Antonio Kast, candidato del Partido Republicano, que encuentra a Vox como su aliado en Espa?a. En ese escenario de polarizaci¨®n, Gabriel Boric logra hacerse del triunfo, imponi¨¦ndose por amplio margen (12 puntos), lo cual deja como reflexi¨®n la necesidad de construir alternativas de centroderecha con vocaci¨®n mayoritaria.
Gabriel Boric asume la presidencia con un tono te?ido de altaner¨ªa. Se habla del Wallmapu y no de ¡°Araucan¨ªa¡±, pues se estimaba que con ellos la relaci¨®n con los pueblos originarios tendr¨ªa un antes y un despu¨¦s. Se enarbola un feminismo le¨ªdo de manera muy radical como bandera central del Gobierno. Y se deja entrever que la impronta ser¨ªa de ruptura. Como dijese el Ministro Giorgio Jackson, su compa?ero desde el tiempo estudiantil: ¡°Nuestra escala de valores y principios en torno a la pol¨ªtica no solo dista del gobierno anterior, sino que creo que frente a una generaci¨®n que nos antecedi¨®.¡±
Paralelamente se desarrolla la Convenci¨®n Constitucional, manejada por ¡°Apruebo Dignidad¡±, colectivo compuesto por el coraz¨®n del Gobierno: el Frente Amplio y el Partido Comunista. Emulando el mismo tono revolucionario, se ofrece al pa¨ªs un texto constitucional que borra los aspectos centrales de la tradici¨®n chilena, proponiendo un modelo que buscaba rehacer completamente la institucionalidad chilena. El gobierno, lejos de marcar distancia, asume en los hechos la jefatura de campa?a de aprobaci¨®n de la propuesta, padeciendo una derrota inmensa cuando el 62% de los chilenos se pronuncia por el Rechazo del texto.
Relatar el recorrido del Presidente Boric y del Frente Amplio es central para diagnosticar el primer a?o del Gobierno, que termina con la peor evaluaci¨®n ciudadana de un mandatario en sus primeros 12 meses desde el retorno de la democracia. Despu¨¦s del plebiscito, el gobierno ha tenido que dar giros centrales, incorporando personas con un perfil moderado en los principales ministerios; personas que, vaya paradoja, ejercieron liderazgos importantes en los gobiernos de los cuales renegaban. Atr¨¢s quedaron los cuestionamientos a los militares, los cuales hoy custodian territorios con el benepl¨¢cito de sus cr¨ªticos. En el olvido qued¨® el empe?o de nacionalizar el litio, al punto que el subsecretario de Miner¨ªa anuncia que la estrategia de explotaci¨®n incorpora licitaciones a privados.
?Ha sido este cambio fruto de la convicci¨®n o del pragmatismo? En cualquier caso, parece un producto del instinto de supervivencia. El gobierno del presidente Boric sufri¨® en el plebiscito del 4 de septiembre un choque con la realidad de tal envergadura, que en pocas horas vieron que ese proyecto pol¨ªtico radical no ten¨ªa ra¨ªces en el Chile profundo: perdieron en todas las regiones y estratos socioecon¨®micos. No les ha quedado otra opci¨®n que hacer propio todo aquello que criticaron.
?Abandonaron sus pretensiones ideol¨®gicas? Por supuesto que no. En la mente de los l¨ªricos, es la realidad la que se demora, no el proponente el que se equivoca. ?Qu¨¦ otra raz¨®n cabe para explicar que, pese a todo, el Presidente Boric est¨¦ dispuesto a finalizar el a?o 2022 indultando a trece personas, algunas de amplio prontuario delictual? Lo hace porque debe lealtad a los que lo acompa?aron en los inicios de la ruta que lo llev¨® a la presidencia. Y por m¨¢s que los chilenos le digan que no quieren seguir ese derrotero, subsisten algunos que prefieren creer que otros (los medios, las campa?as del terror, etc.) han tenido la culpa del fracaso y, desde esa explicaci¨®n complaciente, perseverar en la ruta refundacional.
?D¨®nde se sit¨²a el presidente Boric? ?Entre los que hicieron propio el aprendizaje? ?O entre los que insisten con contumacia? Dif¨ªcil saberlo. Habr¨¢ que ver los pasos que siguen, para ver si el choque con la realidad ha traspasado las capas del pragmatismo, al punto de calarse como una convicci¨®n real y duradera.
Diego Schalper es abogado y diputado del partido opositor Renovaci¨®n Nacional
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