Mar Benegas: ¡°Las pantallas est¨¢n reemplazando la narraci¨®n que el ni?o necesita para comprender la vida¡±
Autora espa?ola de m¨¢s de una treintena de libros para p¨²blico infantil y reconocida promotora de la lectura, habla de la importancia de las palabras y la compleja relaci¨®n entre los ni?os y la tecnolog¨ªa. Es la primera entrega sobre infancia de la escritora chilena Mar¨ªa Jos¨¦ Ferrada para EL PA?S
Es una de las escritoras de libros para p¨²blico infantil m¨¢s prol¨ªficas de Espa?a. Especializada en animaci¨®n a la lectura y desarrollo de la creatividad, est¨¢ convencida de que la poes¨ªa puede ayudar a los ni?os. Tambi¨¦n de que el inter¨¦s por la lectura es el resultado de un v¨ªnculo con las palabras que comienza al inicio de la vida.
Sobre eso y c¨®mo las tecnolog¨ªas est¨¢n interfiriendo en la narraci¨®n del mundo que los adultos entregan a los ni?os, ...
Es una de las escritoras de libros para p¨²blico infantil m¨¢s prol¨ªficas de Espa?a. Especializada en animaci¨®n a la lectura y desarrollo de la creatividad, est¨¢ convencida de que la poes¨ªa puede ayudar a los ni?os. Tambi¨¦n de que el inter¨¦s por la lectura es el resultado de un v¨ªnculo con las palabras que comienza al inicio de la vida.
Sobre eso y c¨®mo las tecnolog¨ªas est¨¢n interfiriendo en la narraci¨®n del mundo que los adultos entregan a los ni?os, Mar Benegas (Valencia, 1975) habl¨® en su reciente visita a Puerto de Ideas, el festival cultural que se celebr¨® el fin de semana pasado en Valpara¨ªso, Chile. Y es que para la ganadora del Premio Cervantes Chico 2022, la relaci¨®n afectiva que se teje entre la palabra y el mundo, no es algo que los seres humanos podamos darnos el lujo de perder.
Asegura que los ni?os entienden de qu¨¦ habla mejor que los adultos. Por eso, adem¨¢s de libros que han sido traducidos y publicados en China, Brasil, Corea, Italia y Francia, realiza cursos a los que asisten profesores y bibliotecarios de distintos lugares del mundo. Sus lectores ¨Cni?os, sin inter¨¦s de adular a nadie¨C le dan las gracias. En palabras de uno que le habl¨® luego de una lectura, es un ¡°hada buena¡±, de esas que hoy m¨¢s que nunca parecen estar necesitando.
Pregunta. Ha elegido la poes¨ªa como forma de expresi¨®n y a los ni?os como lectores. ?Por qu¨¦?
Respuesta. El primer poema que guardo lo escrib¨ª a los 10 a?os. Estuve en un hospital por varios d¨ªas y cuando mi madre tuvo que volver a sus quehaceres, la poes¨ªa vino a hacerme compa?¨ªa. Era un poema que hablaba la soledad y que buscaba consolarme. Si la poes¨ªa pudo hacer eso por m¨ª, creo que lo puede hacer por todos los ni?os.
P. En sus visitas a escuelas, ?ve esa soledad de la que hablaba en el poema?
R. Hay soledad, pero tambi¨¦n hay vida y alegr¨ªa. Tal vez por eso los ni?os conectan inmediatamente con la poes¨ªa. Una ni?a de 11 a?os despu¨¦s de una lectura me dijo: ¡°He llorado y me he re¨ªdo al mismo tiempo¡±. Creo que eso es lo que la poes¨ªa puede hacer por nosotros y especialmente por los ni?os: acompa?arnos en el canto y la celebraci¨®n de la vida, pero tambi¨¦n ayudarnos a tomar el dolor y transformarlo en belleza. Se lo explico a los ni?os y ellos, independiente de la edad que tengan, lo entienden perfectamente.
P. ?C¨®mo ve la relaci¨®n de los ni?os con los adultos?
R. Veo que hay una relaci¨®n productivista. Esperamos que los ni?os demuestren resultados correctos en cuanto a lo que deben sentir, hacer y aprender. Y de pronto ese ni?o escucha un poema y se pone a llorar, emocionado, porque encuentra ah¨ª un espacio para conectar su experiencia con la de otros. La funci¨®n po¨¦tica es importante justamente porque ofrece un mundo simb¨®lico habitable.
P. En su charla en Puerto de Ideas habl¨® acerca de c¨®mo la exposici¨®n a lo digital afecta la forma en que ni?os y adultos nos comunicamos¡
R. Esa charla naci¨® de una an¨¦cdota concreta, en un taller que trabaj¨¦ durante la pandemia. Hac¨ªamos un poema que comenzaba diciendo ¡°Vino el virus ¡¡± y los ni?os lo completaban, diciendo desde cosas que los hab¨ªan afectado de manera concreta ¨C¡±nos dej¨® sin paseo de fin de curso¡±¨C a cosas m¨¢s profundas, que capturaban de manera muy exacta la desesperanza que todos est¨¢bamos viviendo. Recuerdo, por ejemplo, a una ni?a que complet¨® el verso diciendo: ¡°Lo llen¨® todo de muertos¡±. La idea era que el mismo poema planteara una salida a esa oscuridad, un espacio de posibilidad. Entonces la propuesta consist¨ªa en cerrar el poema con un deseo. Y entonces un ni?o dijo que quer¨ªa ser una pantalla, para que su madre lo mirara.
P. ?Cree que las pantallas se est¨¢n interponiendo entre los ni?os y sus padres? ?Es tan as¨ª?
R. Entre los ni?os y el mundo. Porque est¨¢n reemplazando la narraci¨®n que el ni?o necesita para comprender de qu¨¦ se trata la vida. No sirve que esa narraci¨®n llegue a trav¨¦s de una voz que sale de una lata. Lo que ¨¦l necesita es la voz que asocia con un cuerpo que lo mira a la cara, lo toca, juega con ¨¦l y le canta. Le estamos entregando la narraci¨®n a las tablet y los tel¨¦fonos. Son esos aparatos los que est¨¢n calmando a los ni?os y no la voz y el contacto humano, que hasta el momento hab¨ªan tenido ese papel. Hoy ves a ni?os en coche, que van pendientes de un aparato electr¨®nico. Van tranquilos, no lloran, pero tampoco escuchan a la madre ni mira el cielo.
P. ?La narraci¨®n deber¨ªa recordarle que el cielo est¨¢ ah¨ª para ¨¦l?
R. Durante los primeros tres a?os el adulto nombra el mundo para el ni?o y es en esos primeros a?os cuando la poes¨ªa sucede. A¨²n no hay desarrollo de pensamiento, no hay recuerdos y vamos ofreciendo un lenguaje po¨¦tico, que se sostiene en el ritmo, para ayudar al ni?o a introducirse en el mundo. Le cantamos los cinco lobitos ¨Cun canto tradicional¨C por ejemplo, y lo que hacemos es ense?arle una mano. Y el ni?o, siguiendo el movimiento, repara en que tambi¨¦n ¨¦l tiene una mano y por extensi¨®n, un cuerpo. Luego de los tres a?os ese ni?o necesita situarse en el tiempo. Entra en el juego simb¨®lico y entonces le ofrecemos la narraci¨®n: un inicio, un nudo y un desenlace que le cuenta de qu¨¦ se trata la vida y le ayuda a situarse en ella.
P. ?Por qu¨¦ cree que los adultos recurren a las pantallas para calmar o entretener a los ni?os?
R. Creo que hay un problema sist¨¦mico. Adultos que trabajan muchas horas y que llegan a sus casas destruidos. En ese escenario lo m¨¢s f¨¢cil es recurrir a estos aparatos. Y sucede como con la alimentaci¨®n: las personas que menos recursos tienen son las que peor se alimentan. A la pobreza material se suma la pobreza simb¨®lica. En Sillicon Valley, el centro mundial de quienes producen y venden tecnolog¨ªa, cada vez hay m¨¢s colegios que proh¨ªben el uso de tabletas y computadores. En otras palabras, quienes mejor entienden los posibles efectos de todo esto, han decidido dejarlos fuera del alcance de los ni?os.
P. ?Cree que existe alg¨²n ant¨ªdoto?
R. Palabras, cantos, juegos, lectura. Porque ese ni?o crecer¨¢ y no podr¨¢s pedirle que sea un buen lector si no le diste la oportunidad de experimentar, desde el principio, todo lo que las palabras pueden hacer por ¨¦l.
P. M¨¢s de un tercio de los chilenos que hoy viven en la pobreza son menores de edad. ?Cree que las palabras y la poes¨ªa puedan hacer algo por esos ni?os?
R. No solo pueden hacer algo, sino mucho. En palabras de Gianni Rodari: ¡°Todos los usos de las palabras para todos. No para que todos seamos artistas sino para que nadie sea esclavo¡±.