Un presidente para nuestro tiempo
Tuvimos cientos de conversaciones durante este largo periodo y creo haber llegado a conocerlo muy bien, humana y pol¨ªticamente. Inteligente y trabajador como pocos
Escribo esta columna, hoy 7 de febrero, un d¨ªa despu¨¦s de la tr¨¢gica muerte del expresidente Sebasti¨¢n Pi?era para dar cuenta de nuestra historia, la relaci¨®n que construimos y la gran opini¨®n que tengo de ¨¦l.
Hace exactamente 14 a?os me llam¨®, un 7 de febrero del 2010. Al igual que ayer, me encontraba de vacaciones en Villarrica. En esta columna quiero relatar brevemente esa conversaci¨®n y la ¨²ltima que tuvimos, hace tan solo unos d¨ªas...
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Escribo esta columna, hoy 7 de febrero, un d¨ªa despu¨¦s de la tr¨¢gica muerte del expresidente Sebasti¨¢n Pi?era para dar cuenta de nuestra historia, la relaci¨®n que construimos y la gran opini¨®n que tengo de ¨¦l.
Hace exactamente 14 a?os me llam¨®, un 7 de febrero del 2010. Al igual que ayer, me encontraba de vacaciones en Villarrica. En esta columna quiero relatar brevemente esa conversaci¨®n y la ¨²ltima que tuvimos, hace tan solo unos d¨ªas, sin imaginar que ser¨ªa la ¨²ltima.
La primera conversaci¨®n se dio semanas despu¨¦s de haber ganado la segunda vuelta presidencial en enero de 2010. Me llam¨® para decirme tres cosas. Primero, me agradeci¨® muy sentidamente lo que hab¨ªa hecho para que triunfara en la presidencial. Un a?o antes le hab¨ªa dicho que ganar¨ªa por el margen de la sensaci¨®n de triunfo que estimaba que, para una presidencial, era entre 2 a 3 puntos. Me pidi¨® que le explicara en qu¨¦ consist¨ªa y me pidi¨® que trabaj¨¢ramos en mantenerla. As¨ª fue, obtuvo un 51,61% y Eduardo Frei un 48,39%.
En segundo lugar, agradecerme por la propuesta de gabinete que le hab¨ªa mandado. El d¨ªa que lo nombraron presidente electo en el Tribunal Electoral quiso que lo acompa?ara a la ceremonia. Despu¨¦s de ella, sin saberlo, volamos en paralelo desde Tobalaba hacia el sur. Cuando nos reportamos a la Torre a la altura de Chill¨¢n, me dijo que nos cambi¨¢ramos de canal para hablar porque quer¨ªa pedirme algo. En esa conversaci¨®n me solicit¨® que le enviara el gabinete que yo har¨ªa. Lo hice al d¨ªa siguiente y se lo mand¨¦. Me dijo que el mi¨¦rcoles en la ma?ana lo dar¨ªa a conocer y que nombrar¨ªa varios ministros que le hab¨ªa sugerido.
El tercer tema era que no sacar¨ªa senadores del Congreso como se lo hab¨ªa propuesto. Me dijo que hab¨ªa cambiado de opini¨®n y me dio una larga explicaci¨®n del por qu¨¦. Frente a mi silencio, me pregunt¨® qu¨¦ opinaba y le dije que lo primero que hab¨ªa hecho era agradecerme lo que hicimos para que se cumpliera su sue?o de ser presidente y ahora, que pod¨ªa lograr que se cumpliera el m¨ªo de ser ministro, me estaba diciendo que no lo har¨ªa (los otros eran Allamand y Chadwick). Me dijo que no le pod¨ªa decir eso. ¡°Usted sabe que yo digo lo que pienso¡±, le dije y le agregu¨¦: ¡°presidente, yo soy una persona muy presidencialista. Si el presidente estima que es mejor no sacar senadores, yo doy vuelta la p¨¢gina y cuente conmigo para lo que usted estime conveniente¡±. Me respondi¨® r¨¢pidamente que necesitaba urgente juntarse conmigo y acordamos hacerlo el mi¨¦rcoles. Me sorprendi¨® su inter¨¦s de hablar, ya que ese d¨ªa en la ma?ana dar¨ªa a conocer su gabinete. Nada result¨® como lo acordamos, ya que ese d¨ªa termin¨¦ internado en la cl¨ªnica con mucho dolor por una infecci¨®n en la mu?eca. Me dijo que pasar¨ªa a las nueve de la noche por la pieza. Lleg¨® en punto y se fue pasada las once de la noche. Esa fue nuestra primera conversaci¨®n seria, profunda y con una mirada de Estado. Despu¨¦s de tantas diferencias y discrepancias, esa noche comenc¨¦ a conocerlo. Ah¨ª apareci¨® el car¨¢cter y las prioridades del estadista que emergi¨® en sus dos periodos presidenciales.
He relatado este episodio porque 14 a?os despu¨¦s me volvi¨® a llamar para que nos junt¨¢ramos. Antes de venirme a Villarrica me pidi¨® que fuese a su oficina. Tuvimos una larga conversaci¨®n que termin¨® con una invitaci¨®n con la Chichi (mi se?ora), a pasar unos d¨ªas a su casa en el lago Ranco. El destino quiso algo muy distinto. Me quedar¨¦ con el recuerdo de nuestra grata e interesante conversaci¨®n y tambi¨¦n de sus preocupaciones.
Estuvo particularmente cari?oso. Parti¨® preguntando por la Chichi y mis hijos. Despu¨¦s me pregunt¨® largamente c¨®mo estaba. De ah¨ª pasamos a conversar sobre el pa¨ªs y la derecha. Como siempre, muy interesado en saber qu¨¦ cre¨ªa que deb¨ªamos hacer. Coincidimos en todos los diagn¨®sticos y tambi¨¦n, en lo que habr¨ªa que hacer. Lo m¨¢s complejo era c¨®mo lograrlo.
Estas fueron mi primera y ¨²ltima conversaci¨®n con el expresidente Sebasti¨¢n Pi?era. Entre ellas transcurrieron 14 a?os, ocho de ellos fue nuestro presidente y en su primer periodo me honr¨® nombr¨¢ndome como su ministro de Econom¨ªa. Por cierto que tuvimos cientos de conversaciones durante este largo periodo y creo haber llegado a conocerlo muy bien, humana y pol¨ªticamente. Inteligente y trabajador como pocos. Estudioso, riguroso, perseverante. Chile tuvo la fortuna de tenerlo como presidente en los momentos m¨¢s indicados.
Nadie mejor que ¨¦l para conducir los destinos del pa¨ªs despu¨¦s de terremoto del 27-F. Lider¨® la reconstrucci¨®n en un tiempo r¨¦cord. Ning¨²n pol¨ªtico hubiese conducido esa tit¨¢nica tarea con la brillantez que con la que ¨¦l lo hizo. Cuanto sufrimiento evit¨® con la priorizaci¨®n que les dio a las obras civiles y las miles de casas que se debieron reconstruir. El rescate de los 33 mineros es otro episodio que lo representa fielmente, donde sin importar el riesgo, y contra la opini¨®n de todo su entorno, se jug¨® por completo por salvar a nuestros compatriotas.
En el segundo periodo le toco enfrentar dos grandes desaf¨ªos, el estallido social y la pandemia. La segunda reafirma su conocida capacidad de gesti¨®n, caracter¨ªstica eficiencia y sentido de urgencia, junto a sus ministros de Salud logr¨® que Chile terminara siendo un ejemplo para el mundo por la forma en que la enfrent¨®. Pero la primera mostr¨® su otra faceta, la del dem¨®crata, que no se deja amedrentar por los violentistas que pretendieron botarlo, ni tampoco, por los vociferantes partidarios que exig¨ªan el uso de la fuerza. Rompi¨® el tradicional camino de las crisis institucionales que destruyeron en muchas ocasiones nuestra democracia con una salida institucional y pac¨ªfica. Esto, adem¨¢s, lo tuvo que sortear con la peor oposici¨®n que ha tenido el pa¨ªs desde el retorno a la democracia.
Creo que no descartaba un tercer periodo. Le encantaban los desaf¨ªos. Fue un gran servidor p¨²blico y estaba preocupado de c¨®mo el pa¨ªs pod¨ªa volver al camino del desarrollo y resolv¨ªa el tema de la inseguridad y el narcotr¨¢fico. Tal vez era el hombre que nos podr¨ªa haber devuelto la seguridad y tranquilidad que tanto claman los chilenos.
Nos ha dejado un grande, que podr¨ªa haber tenido una vida infinitamente m¨¢s grata y c¨®moda junto a sus seres queridos, pero opt¨® por grandes sacrificios, abrazando el servicio p¨²blico para servir a los m¨¢s necesitados. Han sido horas impactantes, duras y tr¨¢gicas porque sabemos que podr¨ªa y quer¨ªa haber seguido sirviendo por mucho tiempo m¨¢s con su caracter¨ªstica energ¨ªa, pasi¨®n y rigurosidad con que emprend¨ªa todos sus desaf¨ªos.
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