La ciudad chilena invadida por los argentinos

La Calera siempre vivi¨® de sus cerros. La ciudad, situada a una hora y media de Santiago, debe su nombre a las minas de caliza que abastecen a la fabrica de cemento que es la base central de su econom¨ªa. Y ahora tambi¨¦n los paltos que trepan por esos mismos cerros regados por el r¨ªo Aconcagua. Tiene el lugar otra particularidad: su gran poblaci¨®n palestina, determinante en la historia local.

Su estadio lleva el nombre de Nicol¨¢s Chahu¨¢n, uno de los patriarcas ¨¢rabes del club de f¨²tbol ...

La Calera siempre vivi¨® de sus cerros. La ciudad, situada a una hora y media de Santiago, debe su nombre a las minas de caliza que abastecen a la fabrica de cemento que es la base central de su econom¨ªa. Y ahora tambi¨¦n los paltos que trepan por esos mismos cerros regados por el r¨ªo Aconcagua. Tiene el lugar otra particularidad: su gran poblaci¨®n palestina, determinante en la historia local.

Su estadio lleva el nombre de Nicol¨¢s Chahu¨¢n, uno de los patriarcas ¨¢rabes del club de f¨²tbol Uni¨®n La Calera, de donde tambi¨¦n es nativo Sergio Jadue, el expresidente de la Federaci¨®n de F¨²tbol que hoy es testigo protegido del FBI en Miami y que ha visto postergada su sentencia en 17 oportunidades en el juicio que descabez¨® a la FIFA y a la Conmebol por corrupci¨®n.

Con los colores caleranos jugaron El¨ªas Figueroa, Osvaldo Pata Bendita Castro y El Fantasma Figueroa, dos de los goleadores m¨¢s insignes del f¨²tbol chileno. All¨ª nacieron Juan Carlos Vera, otro de sus s¨ªmbolos y Julio Ponce Lerou, el yerno de Augusto Pinochet que se adjudic¨® Soquimich, la empresa que financi¨® delictivamente la pol¨ªtica chilena y que hoy posee los yacimientos m¨¢s grandes de litio del pa¨ªs.

Este a?o el club es representante chileno en la Copa Sudamericana. Pero la condici¨®n est¨¢ puesta en duda en la prensa continental por una raz¨®n espec¨ªfica: en su debut en el certamen, ante Deportivo Alianza de Colombia, saltaron a la cancha apenas dos jugadores nacidos en Chile: C¨¦sar P¨¦rez y Diego Ulloa, ambos de la capital. En el plantel no hay ni un solo futbolista nativo, el club radica y entrena en el cercano balneario de Conc¨®n y s¨®lo se acercan al estadio el d¨ªa de partido, para marcharse de inmediato.

En el debut copero, en la localidad de Valledupar en Colombia, nueve jugadores eran argentinos, aunque uno de ellos, Enzo Ferrario, naci¨® en Chicago. El entrenador, Manuel Fern¨¢ndez, es de San Carlos de Bol¨ªvar, provincia de Buenos Aires. Sus tres ayudantes ¡ªMariano Felices, Jonatan Santos y Ezequiel Cacace¡ª son trasandinos.

?Por qu¨¦ Uni¨®n La Calera puede disponer de esa dotaci¨®n si el f¨²tbol chileno permite s¨®lo seis extranjeros en los planteles? Pues porque aprovecha una serie de resquicios que el reglamento autoriza. Luciano Aued y Mat¨ªas Mu?oz tienen adem¨¢s nacionalidad chilena, mientras Axel Encinas y Luciano Arnijas fueron inscritos como juveniles. De todas maneras, una vez aprobadas las bases del torneo, pudieron ser once, pero Augusto Max, tambi¨¦n argentino, debi¨® dejar el club para marcharse a Serbia.

El l¨ªmite al cupo de extranjeros determinado por el Consejo de Presidentes llev¨® a los jugadores for¨¢neos a presentar un recurso judicial por considerar que la medida ¡°lesiona y vulnera el leg¨ªtimo ejercicio de las garant¨ªas fundamentales de los suscritos¡±. El caso fue desestimado por la Corte de Apelaciones de Santiago, que determin¨® que ¡°no existen vulneraciones a las garant¨ªas constitucionales¡± de los demandantes.

?Por qu¨¦ representa a Chile un equipo que tiene m¨¢s titulares argentinos que cualquier equipo bonaerense? Pues por obra y gracia de Christian Bragarnik, el empresario m¨¢s poderoso del continente, que convirti¨® hace a?os a La Calera en un club laboratorio para sus afanes empresariales. De discreto volante en equipos del mont¨®n, pas¨® a convertirse en el propietario de los pases de la mayor¨ªa de los jugadores argentinos, aunque no de los m¨¢s destacados.

Al comienzo su vinculaci¨®n con los clubes fue discreta y solapada, pero ahora no es un misterio de que sus tent¨¢culos est¨¢n afianzados en varios pa¨ªses. Defensa y Justicia, Rosario Central y Arsenal de Sarand¨ª son cuadros que se vinculan a Score F¨²tbol, su empresa madre, desde la cual tambi¨¦n controla al Elche en Espa?a o al Quer¨¦taro y Xolos en M¨¦xico, donde adem¨¢s tiene gran influencia en las decisiones de la Federaci¨®n. En Chile, en una expresi¨®n bizarra de su poder, se hizo cargo de San Luis de Quillota, el archirrival de La Calera. Y tiene tuici¨®n sobre las decisiones deportivas en el Audax Italiano y el Fern¨¢ndez Vial.

Como suele ocurrir, los conocimientos, contactos y el portafolio de jugadores no garantizan el ¨¦xito. Desde el 2016 ¡ªcuando asume en la instituci¨®n¡ª hasta ahora, La Calera ha tenido quince entrenadores, en su inmensa mayor¨ªa extranjeros sin cartel, aptos para acatar las ¨®rdenes de sus empleadores. Campa?as mediocres que no han servido para entusiasmar a una hinchada que se siente cada vez m¨¢s ajena al club y que a¨²n resiente simbolismos como el cambio de su insignia hist¨®rica o la ausencia de divisiones menores que capten a los talentos j¨®venes de la zona. Los juveniles del club provienen de las canteras de los clubes grandes de la capital.

En el f¨²tbol chileno el aporte de los jugadores argentinos siempre ha sido vital, al igual que el aporte de los t¨¦cnicos. Desde el 2017 a la fecha, todos los campeones han venido desde el otro lado de la cordillera, con excepci¨®n del espa?ol Be?at San Jos¨¦. Desde el 2019 todos los goleadores del torneo son trasandinos. El entrenador de la selecci¨®n es Ricardo Gareca y los t¨ªtulos de Copa Am¨¦rica La Roja los gan¨® con Jorge Sampaoli y Juan Antonio Pizzi. El temor es que pronto, con el respaldo de otros empresarios, la Asociaci¨®n Nacional de F¨²tbol est¨¦ controlada por representantes trasandinos.

En Chile juegan profesionalmente al f¨²tbol 138 argentinos, pero hasta el diario especializado Ol¨¦ destaca el caso de Uni¨®n La Calera defini¨¦ndolo como ¡°la embajada argentina en Chile¡±. Una experiencia ¨²nica que rompe los registros hist¨®ricos. Palestino fue campe¨®n en 1955 con seis extranjeros en sus filas. Uni¨®n La Calera est¨¢ lejos de aspirar a la corona, pero es el mejor ejemplo del desarraigo de un club hist¨®rico con las ra¨ªces que lo vieron nacer. A estas alturas, de cementero tiene s¨®lo el nombre.

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