Gareca: el verdugo cambi¨® de bando
Tras un exitoso proceso en Per¨², ¡®El Tigre¡¯ decidi¨® aceptar la desesperada oferta de Chile para regresar a los mundiales despu¨¦s de dos ausencias. Una tarea compleja que despert¨® pasiones y pol¨¦micas en la llamada ¡°rivalidad del Pac¨ªfico¡±

¡°No te puedes ir a vivir con la vecina¡±, estall¨® en c¨¢mara el periodista peruano Pedro Garc¨ªa al enterarse que Ricardo Gareca hab¨ªa llegado a un acuerdo con la Federaci¨®n chilena para asumir como entrenador de la selecci¨®n. Fue la reacci¨®n de muchos que consideran una traici¨®n que el t¨¦cnico que devolvi¨® a Per¨² a los mundiales despu¨¦s de 36 a?os y que se qued¨® en el repechaje fuera de la ¨²ltima Copa del Mundo firmara por el m¨¢s tradicional de los adversarios.
El Tigre, convertido en ¨ªdolo, finalmente abandon¨® a la selecci¨®n del Rimac tras no llegar a acuerdo en el 2022, devolviendo el orgullo perdido a toda una generaci¨®n de aficionados, que vieron c¨®mo su selecci¨®n posterg¨® los sue?os mundialistas de Chile en dos oportunidades consecutivas, adem¨¢s de superarlos tambi¨¦n en las dos ¨²ltimas Copas Am¨¦rica.
Fue por eso, tras las fracasadas experiencias de Reinaldo Rueda, Mart¨ªn Lasarte y Eduardo Berizzo, que finalmente la Federaci¨®n de Chile decidi¨® convocar a su verdugo para hacerse cargo de un proceso que est¨¢ muy complicado: marcha octavo en la tabla, superando s¨®lo a Bolivia y a los propios peruanos, que a¨²n lamentan que Gareca se marchara tras considerar insuficiente la propuesta para seguir al frente de los incaicos por un tercer per¨ªodo.
Gareca naci¨® futbol¨ªsticamente en Boca, pero tambi¨¦n jug¨® por River, Independiente y V¨¦lez, club en el cual se convirti¨® en ¨ªdolo. Su paso m¨¢s exitoso, sin embargo, lo tuvo en el Am¨¦rica de Cali, cuadro con el que disput¨® tres finales de Copa Libertadores. Tuvo mala fortuna en la selecci¨®n argentina, pues lo convocaron Menotti y Bilardo sin lograr convencerlos para integrar las n¨®minas en las Copas del Mundo del 82 y el 86, pese a que anot¨® el ag¨®nico y definitorio gol del triunfo ante Per¨² que le sirvi¨® a la escuadra de Maradona para clasificar al Mundial que les dar¨ªa su segunda estrella.
Como t¨¦cnico gan¨® cuatro t¨ªtulos con V¨¦lez, pero su ¨²ltima pasada fue paup¨¦rrima. Arrepentido de haber tomado un club, rechaz¨® la oferta del Am¨¦rica de Cali para enfocarse en la posibilidad de tomar a la selecci¨®n chilena, pese a que La Roja atraviesa por un duro momento de recambio de la generaci¨®n dorada, que gan¨® dos Copas Am¨¦rica, con Arturo Vidal y Alexis S¨¢nchez como distinguidos sobrevivientes.
Sus momentos m¨¢s felices los vivi¨®, por ende, entre el 2015 y el 2022 al mando de Per¨², pa¨ªs que sostiene una rivalidad hist¨®rica con Chile disputando el llamado cl¨¢sico del Pac¨ªfico. La irrupci¨®n de Ecuador en los ¨²ltimos a?os, sin embargo, les ha restado protagonismo por lo que para ambas selecciones es un imperativo salir del fondo de la tabla, donde hoy est¨¢n ubicados. Gareca aprendi¨® a trabajar con medios futbol¨ªsticamente limitados, potenciando a jugadores y privilegiando la cohesi¨®n de sus escuadras, que se hacen competitivas pese a no disponer de jugadores de primer orden.
Tambi¨¦n administr¨® adecuadamente a jugadores en el ocaso de su carrera, como Paolo Guerrero o Jefferson Farf¨¢n, a los que llev¨® al pin¨¢culo de sus carreras. Podr¨¢ parecer traici¨®n en Lima, obviamente, pero es la opci¨®n l¨®gica de Chile que ya lo hab¨ªa tenido en la mira tras el fracaso rumbo a Qatar 2022. Con la aprobaci¨®n del aficionado y la prensa, Gareca debutar¨¢ en marzo en un amistoso contra la poderosa selecci¨®n de Francia, y luego deber¨¢ asumir uno de sus desaf¨ªos favoritos: la Copa Am¨¦rica, con sede este a?o en los Estados Unidos.
Vivir con la vecina se le hace l¨®gico en el desarrollo de su carrera, aunque ganarse el cari?o en la nueva casa ser¨¢ tarea dif¨ªcil, porque a¨²n quedan brasas de un ¨¦xito in¨¦dito en la historia, que no tard¨® demasiado en desvanecerse.
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