?Tantos libertarios!
¡®Libertarismo¡¯ es una palabra que, antes de que la proclamara a los cuatro vientos Milei, se ha venido utilizando en sede acad¨¦mica para lo que en el lenguaje com¨²n se llama ¡®neoliberalismo¡¯
Me cuesta poco imaginar c¨®mo algunos de nuestros llamados republicanos podr¨ªan estar lamentando no haber esperado a que Milei pusiera de actualidad la palabra libertarios y optado por esta ¨²ltima para dar nombre al partido pol¨ªtico que formaron.
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Me cuesta poco imaginar c¨®mo algunos de nuestros llamados republicanos podr¨ªan estar lamentando no haber esperado a que Milei pusiera de actualidad la palabra libertarios y optado por esta ¨²ltima para dar nombre al partido pol¨ªtico que formaron.
Republicanos es una muy apreciada palabra en el lenguaje pol¨ªtico, pero libertarismo suena igualmente bien. Rep¨²blica se emplea como lo opuesto a monarqu¨ªa y, asimismo, para aludir a algo en lo que todas las colectividades pol¨ªticas dicen estar de acuerdo, al menos labios afuera: el bien general o com¨²n debe prevalecer sobre intereses personales o sectoriales, por leg¨ªtimos que puedan ser unos y otros. Es por eso que el republicanismo, que exige gobernantes virtuosos, demanda tambi¨¦n ciudadanos del mismo tipo, capaces de reconocer que la vida en sociedad, junto con otorgar derechos, impone igualmente deberes para con los dem¨¢s, el primero de los cuales es conducirse con probidad en los asuntos de car¨¢cter p¨²blico
De entrada, libertarismo, literalmente, sugiere algo tan simple como ser partidario de la libertad, mas no de una u otra libertad en particular ¡ªpor ejemplo, la de iniciativa econ¨®mica¡ª, sino de todas ellas, partiendo por la libertad de conciencia para que cada individuo se forme aut¨®nomamente una idea de lo que es una vida buena y cu¨¢les los caminos para realizarla. Una salvedad que corresponde hacer porque a la hora de hablar de libertad, partiendo por nuestros nuevos y actuales libertarios, son muchos los que piensan m¨¢s en la libertad de los mercados que en la de las personas. Fue bastante visible, durante el largo tiempo de las dictaduras militares del pasado siglo en Am¨¦rica Latina, que, suprimidas todas las dem¨¢s libertades por largo tiempo, se mantuviera en pie ¨²nicamente la de car¨¢cter econ¨®mico, y eso con el apoyo de quienes hoy se presentan como libertarios, como si las libertades fuera un asunto a la carta.
Pero vamos por partes: en la actualidad libertarismo es una palabra que, antes de que la proclamara a los cuatro vientos el nuevo mandatario argentino, se ha venido utilizando en sede acad¨¦mica para lo que en el lenguaje com¨²n y de los medios se llama neoliberalismo. As¨ª, de un pensador como Richard Nozick se dice que es un libertario, mientras que de Margaret Thatcher se afirma que fue una pol¨ªtica neoliberal. Pero, en el fondo, se trata de lo mismo: los te¨®ricos del libertarismo dieron sustento ideol¨®gico a los pol¨ªticos y economistas neoliberales.
La palabra neoliberal ha venido cayendo en descr¨¦dito, tanto que quienes suscriben dicha doctrina y las pr¨¢cticas que la acompa?an niegan que exista algo as¨ª, de manera que sus partidarios ¡ªpartiendo por Milei y algunos pr¨®ceres locales¡ª se presentan ahora como pol¨ªticos libertarios, a fin de que, de esa manera, puedan tener ¨¦xito a la hora de conseguir m¨¢s votos en las elecciones. Libertad es una palabra que gusta a todos, de manera que si libertarismo hace pensar a la gente en la libertad, m¨¢s vale adoptarla para hacer campa?as electorales exitosas; en cambio, es un hecho que la expresi¨®n neoliberalismo ¡ªas¨ª se la emplee descriptivamente¡ª es hoy del agrado de muy pocos.
No obstante su actual uso oportunista, la palabra libertarismo tiene larga data y, por ejemplo, fue ampliamente utilizada por los m¨¢s radicales pensadores anarquistas del siglo XIX. Partidarios de la supresi¨®n tanto del Estado como del derecho, as¨ª como de toda autoridad ejercida verticalmente, esos anarquistas podr¨ªan estar revolvi¨¦ndose en su tumba si se enteraran del uso actual de la palabra libertarismo por quienes piensan en la libertad econ¨®mica y poco o nada en las dem¨¢s libertades. ?Ser¨¢n tambi¨¦n anarquistas nuestros calculadores libertarios de hoy y de allende Los Andes? Por supuesto que no, puesto que si estos ¨²ltimos piden menos Estado para los negocios, lo reclaman en un muy alto grado para aumentar los delitos, las penas de c¨¢rcel, y el uso de la prisi¨®n preventiva.
Hay mucho pa?o que cortar en esto de los libertarios, neoliberales, o como se les llame.
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