El partido del fin del mundo
En el archipi¨¦lago de Juan Fern¨¢ndez el seleccionado local desafi¨® con dignidad a un cuadro profesional para clamar por mejores condiciones de vida. Perdieron, pero tuvieron el m¨¢s feliz de los finales
Ram¨®n Salas es pescador. Accidentalmente se dio un escopetazo en su pierna izquierda mientras trabajaba en la isla Alejandro Selkirk, a cuatro horas de navegaci¨®n de Robinson Crusoe y a tres horas en avioneta de Valpara¨ªso, en el continente. Pudo morir, pero sobrevivi¨® y se rehabilit¨® milagrosamente. Por eso, cuando ingres¨® para jugar el segundo tiempo del partido inaugural de la Copa Chile defendiendo la camiseta de la selecci¨®n del archipi¨¦lago Juan Fern¨¢ndez, sinti¨® que su sue?o estaba cumplido.
Su hermano Osvaldo, formado en las divisiones menores de Colo Colo y con paso por diversos clubes profesionales, lo salud¨® como capit¨¢n del equipo. Y Brian, el tercero y m¨¢s talentoso, mir¨® con nostalgia desde la tribuna. Fue marginado a pocos d¨ªas del partido ante Wanderers por el t¨¦cnico Jorge Garc¨¦s por indisciplina. El entrenador, el ultimo chileno en coronarse campe¨®n en un torneo largo, es inflexible con el comportamiento y sobre todo con la alimentaci¨®n. Conmino a todos sus dirigidos a dejar las gaseosas y alimentarse con pescados de la isla, langosta y cangrejo dorado, los productos que dan de vivir a la peque?a posesi¨®n chilena en el medio del Pac¨ªfico.
El duelo fue presenciado por los casi mil habitantes de la isla, que llevaron junto a sus banderas lienzos para impulsar la construcci¨®n de un nuevo colegio. El anterior fue arrasado por el maremoto del 2010, que tambi¨¦n arrebat¨® la vida a 16 isle?os, incluidos diez ni?os.
La llegada de los equipos al estadio municipal del poblado de San Juan Bautista refleja el car¨¢cter del partido. Los wanderinos descendieron en un zodiac desde el transporte Aquiles de la Armada. Los locales desayunaron juntos en un restaurante frente a la cancha para luego dirigirse, entre v¨ªtores y el himno de la ciudad, al centro de la cancha.
Los custodiaba, en su ¨²ltima misi¨®n oficial, el suboficial mayor Jos¨¦ Ortiz, quien durante los ¨²ltimos a?os se desempe?¨® como jefe de la tenencia local. Fue un d¨ªa especial para Ortiz. Se jubilaba para volver con su familia al continente y junto a su dotaci¨®n conmemoraba el d¨ªa del Carabinero en Chile, justo cuando tres de sus integrantes fueron asesinados en Biob¨ªo en el marco de un atentado. Las banderas chilenas estaban a media asta en la cancha, y se rindi¨® un minuto de silencio que Ortiz vivi¨® en silencio.
Cuando la pelota comenz¨® a correr, todo el pa¨ªs sigui¨® su trayectoria a trav¨¦s de la transmisi¨®n televisiva, la primera en directo desde el 2011, cuando un avi¨®n de la Fuerza A¨¦rea se precipit¨® al oc¨¦ano dejando 21 v¨ªctimas y dificultando las comunicaciones y traslados de los estudiantes y trabajadores al continente.
La isla en la pandemia estuvo cerrada durante cien d¨ªas, una enormidad que sufri¨® la econom¨ªa y, sobre todos, los enfermos. Por eso, cada tanto, se hacen operativos que en esta oportunidad, y coincidiendo con el pleito, significaron m¨¢s de dos mil prestaciones brindadas por la Fundaci¨®n Acrux. O sea, dos por cada habitante.
El partido entre un cuadro profesional y uno no federado fue m¨¢s estrecho de lo que se pensaba. Y pudo definirse por una injusticia porque bien entrada la segunda fracci¨®n un centro enviado cuando la pelota estaba claramente fuera del terreno por el juvenil de 17 a?os Opazo fue conectado por Ponce para anotar su primer gol en el profesionalismo.
Empataron los isle?os tras un penal cometido a Iuliano Galassi, hijo de italiano e isle?a, que transform¨® en gol Osvaldo Salas. Cuando los penales para dirimir al ganador parec¨ªan inevitables, un gol de uruguayo Pereyra desnivel¨® el marcador. Los visitantes ten¨ªan en sus filas al argentino-paraguayo Ca?ete -que jug¨® en Boca-, al charr¨²a autor del gol y al guaran¨ª Ortiz, de dilatado paso por ligas competitivas como la italiana y argentina. El t¨¦cnico Francisco Paladino, tambi¨¦n uruguayo, resum¨ªa el partido: ¡°Ellos no jugaban nada e hicieron un gran trabajo. Para nosotros era como apostar un Ferrari en el p¨®ker. Pod¨ªamos perder mucho¡±.
Si la incertidumbre se prolong¨® hasta el final fue por culpa de H¨¦ctor Melo, profesor y concejal de la comuna. Su descomunal actuaci¨®n impidi¨® que los remates del exseleccionado chileno Carlos Mu?oz se convirtieran en gol. Al final del partido, y con emocionadas palabras, resumi¨® el sentimiento de su equipo y de sus hinchas. ¡°Somos chilenos, pero queremos que nos miren m¨¢s. Somos luchadores y trabajamos pese a los embates de la naturaleza, que parece ensa?arse con nosotros. Miramos el deporte con pasi¨®n y muchos de mis compa?eros se bajaban del bote despu¨¦s de pescar por doce horas para sumarse a los entrenamientos. Y el premio es que nos respeten y nos consideren¡±.
En un peque?o archipi¨¦lago de cinco islas en el medio del oc¨¦ano, el f¨²tbol se convert¨ªa en el veh¨ªculo perfecto para brindar un espect¨¢culo ¨²nico e inolvidable. Como en un cuento de Osvaldo Soriano, en el rinc¨®n m¨¢s lejano del planeta, pescadores, profesores, obreros de la construcci¨®n y marineros le dijeron a todos que en la isla el orgullo cruza los mares.
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