Tom¨¢s Err¨¢zuriz, autor de ¡®Manual Verde¡¯: ¡°Podemos ser m¨¢s cuidadores y menos consumidores¡±
El investigador chileno de la Universidad Andr¨¦s Bello acaba de publicar una gu¨ªa para tener casas m¨¢s sustentables, en la que propone volver a las pr¨¢cticas que ten¨ªan nuestros abuelos, que reparaban sus muebles y su ropa y conservaban los alimentos
Hace ocho a?os, el historiador y doctor en arquitectura Tom¨¢s Err¨¢zuriz (44 a?os, Santiago de Chile) tom¨® conciencia de que la casa en la que hab¨ªa vivido su abuela por m¨¢s de 50 a?os alg¨²n d¨ªa iba a desaparecer. La transform¨® en un objeto de estudio y comenz¨® a fotografiar sus rincones de forma incesante. Tambi¨¦n encontr¨® antiguas im¨¢genes de reuniones familiares y not¨® que estaban retratados los mismos muebles y alfombras que est¨¢n en ese hogar hasta hoy. ¡°Me empec¨¦ a preguntar ?c¨®mo es posible que un tapiz se mantenga intacto por 30 o 40 a?os? Y pensaba, con culpa, que por mi casa ya han pasado tres mesas de centro y no s¨¦ cu¨¢ntas sillas¡±, comenta a EL PA?S en su oficina en el Campus Creativo de la Universidad Andr¨¦s Bello en el municipio de Recoleta en la capital chilena, donde se desempe?a como acad¨¦mico.
En su reci¨¦n publicado Manual verde (Cosas Maravillosas), Err¨¢zuriz re¨²ne distintas pr¨¢cticas para que los hogares puedan ser m¨¢s sustentables. Se divide en cap¨ªtulos que abordan los alimentos, el vestuario, los aparatos tecnol¨®gicos, menaje e higiene. Y complementa con cifras que hacen poner los pelos de punta, como que en promedio 63 kilos de pan terminan en la basura por cada hogar en Chile; que se compran alrededor de 50 prendas al a?o por persona y que se estima que en 2027 cada chileno generar¨¢ 14 kilos de basura electr¨®nica al a?o.
Muchos de los consejos que Err¨¢zuriz difunde en el libro son saberes de generaciones pasadas: aprovechar el pan duro para hacer postres; algo tan sencillo como tomar una aguja e hilo para reparar la ropa y as¨ª alargar su vida ¨²til; guardar alimentos a trav¨¦s de conservas y heredar (e ir dejando como herencia) objetos como cunas y coches de beb¨¦s.
¡°Hay muchos estudios que hablan de c¨®mo la sustentabilidad y el ser sustentable es algo que cuesta plata [dinero] y pareciera que est¨¢ relacionado a la ¨¦lite. Eso ocurre porque partimos de una idea muy acotada y que se vincula al consumo de productos verdes, de cosas que est¨¢n certificadas (...) Pero, m¨¢s all¨¢ de ese mundo de la adquisici¨®n, est¨¢ lleno de decisiones que uno puede tomar en su vida cotidiana. La sustentabilidad hay que entenderla desde una visi¨®n m¨¢s amplia y no solamente desde las pr¨¢cticas de adquisici¨®n y descarte¡±.
Ese cambio hacia pr¨¢cticas amigables con el planeta va m¨¢s all¨¢ del acto de reciclar, asegura Err¨¢zuriz: ¡°Hace rato que se sabe que reciclar es insuficiente, porque puedo reciclar toneladas, pero significa que tambi¨¦n estoy consumiendo toneladas. Hay que apuntar a reducir el consumo cuidando los recursos que ya tenemos¡±.
Llevar un estilo de vida m¨¢s verde tambi¨¦n est¨¢ muy relacionado con la observaci¨®n de nuestro entorno, dice el autor: ¡°Se trata de dedicarle tiempo a tu casa, saber cu¨¢les son los tiempos de las cosas. Si una silla est¨¢ comenzando a soltarse hay un tiempo para arreglarla porque despu¨¦s la reparaci¨®n puede ser mucho m¨¢s costosa¡±.
Sobre el aprendizaje de las generaciones mayores, el acad¨¦mico dice que pueden entregar ¡°una gran cantidad de conocimientos sobre c¨®mo cuidar los recursos existentes porque son personas que en periodos importantes de su vida hubo mucha escasez¡±.
Adem¨¢s, puntualiza que nuestros abuelos ten¨ªan una relaci¨®n con las cosas homologable a las relaciones humanas: ¡°La gente que tiene v¨ªnculos significativos con los objetos ha ido construyendo narrativas con ellos. No son necesariamente relaciones planas y lineales, sino que involucran altos y bajos, crisis, reparaciones, inversi¨®n de tiempo, rabia, frustraci¨®n, de todo¡±.
Tom¨¢s Err¨¢zuriz hace un paralelo entre la relaci¨®n de su abuela con los objetos y la de ¨¦l mismo: ¡°Ella tendr¨ªa una relaci¨®n de amor mucho m¨¢s vinculada a la inversi¨®n de tiempo y a largo plazo. Yo tendr¨ªa una relaci¨®n m¨¢s vinculada a la pasi¨®n, a algo que se acaba en un segundo despu¨¦s de ese primer deslumbramiento¡±.
El investigador afirma que los cambios culturales de las ¨²ltimas d¨¦cadas han producido que nuestras vidas sean muy diferentes a las de las generaciones pasadas, pero eso no impide que podamos rescatar ciertas pr¨¢cticas: ¡°Hay muchas cosas que se pueden seguir haciendo. Hay que dejar de echarle siempre la culpa a que las cosas ya no se hacen como antes y que los materiales no son los mismos. Somos responsables de que las cosas duren poco, no solo la industria, que claramente tiene un rol importante. En l¨®gica mercantil, no es solamente la oferta, sino tambi¨¦n la demanda. Podemos ser m¨¢s cuidadores y menos consumidores¡±.
Err¨¢zuriz comenta que la cantidad de cosas que podemos hacer en nuestras casas puede verse ¡°abrumadora¡±, pero se trata de partir por algo: ¡°Lo importante es que uno pueda ir detectando qu¨¦ cosas puede ir adoptando y que le requieran menos esfuerzo. Quedarnos inmovilizados es lo peor que podemos hacer¡±, sentencia el autor.
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