Matthei tiene desaf¨ªos importantes por delante
Ya hemos visto c¨®mo se desploman liderazgos que parec¨ªan firmemente afianzados, no solo en base a esc¨¢ndalos. Basta recordar que en el ciclo electoral pasado todos d¨¢bamos por cerrada una segunda vuelta entre Lav¨ªn y Jadue
Aunque ninguna coalici¨®n sufri¨® una derrota aplastante ¡ªexcepto en casos simb¨®licos como el retroceso del Partido Comunista¡ª, es innegable que la sorpresa de las elecciones del domingo pasado fue el rendimiento de Chile Vamos. Las dudas eran fundadas: pese a contar con una candidata presidencial bien posicionada, en los ¨²ltimos meses la derecha se hab¨ªa destacado m¨¢s por el desorden, las pol¨¦micas y las acusaciones constitucionales fallidas. Nada auspicioso, menos en un contexto de desencanto generalizado con la pol¨ªtica.
Aun as¨ª, el sector logr¨® un resultado que parec¨ªa improbable. Entre otras cosas, la votaci¨®n confirma a Evelyn Matthei como l¨ªder de su sector, en l¨ªnea con las encuestas. Las elecciones tambi¨¦n redujeron la presi¨®n respecto a sus contendores: Marcela Cubillos perdi¨® en Las Condes, donde su intenci¨®n presidencial era apenas disimulada; Claudio Orrego tendr¨¢ que esforzarse mucho para superar a su hom¨®logo Francisco; y el partido de Jos¨¦ Antonio Kast obtuvo resultados bastante por debajo de las expectativas que hab¨ªa sobre su rendimiento.
Sin embargo, aunque esto le quita presi¨®n por un lado, se la a?ade por otro. Matthei y su equipo tendr¨¢n que mantener el ritmo en los largos meses que quedan para la elecci¨®n, evitar los enredos y saber lidiar con los posibles problemas que surjan. Los esc¨¢ndalos como los casos Hermosilla, Monsalve y Convenios, por nombrar solo algunos, exigen preparaci¨®n y cabeza fr¨ªa para tomar decisiones r¨¢pidas en circunstancias adversas. Ya hemos visto c¨®mo se desploman liderazgos que parec¨ªan firmemente afianzados, no solo en base a esc¨¢ndalos. Basta recordar que en esta misma ¨¦poca del ciclo electoral pasado todos d¨¢bamos por cerrada una segunda vuelta entre Joaqu¨ªn Lav¨ªn y Daniel Jadue.
Matthei ¡ªo quien logre desafiar su liderazgo¡ª deber¨¢ enfrentar al menos tres desaf¨ªos en los pr¨®ximos meses. El primero es el m¨¢s evidente: c¨®mo organizar una coalici¨®n cuyos resultados electorales no logran ocultar la sensaci¨®n de desorden y falta de proyecto. La derecha, como se?al¨® Daniel Mansuy en La Tercera, no parece estar preparada para gobernar. No es necesario coincidir plenamente con su juicio para levantar una alerta razonable. Gobernar se ha vuelto cada vez m¨¢s dif¨ªcil, y la pura voluntad no basta, menos cuando se trata de problemas como el crecimiento y la seguridad, cuya complejidad requiere una comprensi¨®n profunda de las causas, orden pol¨ªtico y un plan claro.
El segundo desaf¨ªo, esbozado por Felipe Schwember en El Mercurio, tiene que ver con el tipo de oposici¨®n que enfrentar¨ªa un eventual Gobierno de derecha. La pregunta no es trivial, dado que ambos gobiernos de Sebasti¨¢n Pi?era sufrieron enormemente al no saber c¨®mo lidiar con sus contrincantes; m¨¢s a¨²n en momentos en que una parte de las izquierdas dej¨® de lado la lealtad democr¨¢tica debida. Adem¨¢s, pese a todo lo ocurrido desde 2019, no logran distinguir claramente entre protesta leg¨ªtima y violencia. No hay apelaci¨®n al neoliberalismo que valga. Pero, m¨¢s que apuntar a la eventual oposici¨®n, la pregunta es c¨®mo contrarrestar¨ªa la derecha esa pulsi¨®n, sabiendo que esa izquierda tendr¨¢ representaci¨®n municipal y parlamentaria.
El tercer desaf¨ªo es c¨®mo recuperar la esperanza en el alica¨ªdo Chile. Todas las encuestas muestran consistentemente la p¨¦rdida de expectativas en el futuro, la percepci¨®n de que el pa¨ªs no va por buen rumbo y que las cosas cambian para peor, entre otras sensaciones negativas. Estas llevan a la ciudadan¨ªa a encerrarse, a veces literalmente, en sus n¨²cleos familiares, a olvidar lo p¨²blico y perder la fe en la pol¨ªtica. Esto, sin duda, es una de las causas de la degradaci¨®n de nuestro tejido social, da?ado por una din¨¢mica viciosa que se nutre de la delincuencia, la ineficacia pol¨ªtica, el miedo y los esc¨¢ndalos. Es poco probable que Chile encuentre un gran proyecto pa¨ªs ¡ªaunque empezar por recuperar la seguridad ya ser¨ªa suficiente¡ª dada la gran complejidad social que tenemos, pero al menos se esperar¨ªa una luz para reasentar nuestra comunidad, dejar de lado la confrontaci¨®n fratricida, el discurso impugnatorio y moralista, y las trincheras sin filtros.
El voto obligatorio cambia los incentivos pol¨ªticos, y en buena medida lo hace para bien: ya no basta con animar a los propios y hacer gui?os a la base dura. No alcanza. La derecha lidera la carrera y puede llevar adelante una propuesta ambiciosa y con los pies en la tierra; un discurso que aspire a conducir una sociedad que vive cambios ¡ªy espera varios otros¡ª para lo cual no basta con una apelaci¨®n gen¨¦rica a ¡°las ideas de la libertad¡±. Quiz¨¢s baste con recuperar la importancia del trabajo duro, la honestidad, cumplir las promesas hechas, evitar la grandilocuencia y gobernar con responsabilidad. Pedir m¨¢s ya ser¨ªa demasiado.
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