Los claroscuros de Jorge Gonz¨¢lez: ¡°A trav¨¦s de su vida, podemos contar la historia reciente de Chile¡±
Podium Podcast estrena una audioserie basada en entrevistas in¨¦ditas al l¨ªder de Los Prisioneros y una treintena de conversaciones con su c¨ªrculo profesional, amistoso y amoroso
Cuando el artista chileno Jorge Gonz¨¢lez ten¨ªa 21 a?os escribi¨® El baile de los que sobran. De eso han pasado casi 40 a?os y la canci¨®n contin¨²a como un himno del sentir popular. Se escuch¨® en las calles, tal como a V¨ªctor Jara y Violeta Parra, durante las revueltas de 2019, y tambi¨¦n cuando gan¨® el izquierdista Gabriel Boric la presidencia en 2021. Hasta hoy, nadie ha ocupado el espacio de la voz de Los Prisioneros, la principal banda de rock del pa¨ªs sudamericano de la d¨¦cada de los ochenta. En la cumbre del ¨¦xito del grupo, Gonz¨¢lez renunci¨® para lanzarse en 1993 al vac¨ªo como solista. Ese momento, un punto de inflexi¨®n entre lo que pudo ser y lo que es, es el puntapi¨¦ del podcast reci¨¦n estrenado Necesito poder respirar: La vida de Jorge Gonz¨¢lez (Podium Podcast). El periodista Nicol¨¢s Alonso, investigador, guionista y narrador, arranc¨® su primera conversaci¨®n con el m¨²sico pregunt¨¢ndole por aquella decisi¨®n. ¡°Ah, quieres contar cuando decid¨ª que nunca m¨¢s iba a ser famoso¡±, respondi¨® ¨¦l.
Jorge Gonz¨¢lez, quien creci¨® escuchando radio AM, cuenta Alonso, quer¨ªa ser popular, llegar a las masas, pero sin que su esencia ni su arte se vieran trastocadas en el camino. ¡°En esa paradoja se mueve su vida¡±, apunta el periodista este martes en los jardines de Podium Podcast en Santiago. Varias generaciones de chilenos han sido testigos del recorrido de Gonz¨¢lez, considerado por muchos un ¨ªcono social, un m¨²sico contestatario, un hombre rabioso, un genio.
Antes de cumplir los 20 a?os escribi¨®: Los hippies y los punk tuvieron la ocasi¨®n / De romper el estancamiento / En las garras de la comercializaci¨®n / Muri¨® toda la buena intenci¨®n para la canci¨®n La Voz de los 80¡ä, una bienvenida a la nueva d¨¦cada. ¡°Para saber qui¨¦n fue de verdad, hay que mirar la historia entera, y entender su dolor, sus renuncias, cu¨¢les fueron sus luchas. Pero si alguien quiere escuchar la verdad, solo tiene que apretar play en sus canciones¡±, afirma el guionista.
Los seis cap¨ªtulos del podcast que recorre los claroscuros de la vida del artista ¡ªeste mi¨¦rcoles se estrena el segundo episodio semanal¡ª, surgieron de los diez cassettes con conversaciones in¨¦ditas que sostuvo el periodista Emiliano Aguayo con Gonz¨¢lez hace 20 a?os para su libro Maldito Sudaca. Aguayo le entreg¨® el material a la directora del proyecto, Trinidad Piriz, quien contact¨® a Alonso, al m¨²sico Luciano Correa, a cargo del dise?o sonoro, y a Jorge Aspillaga, que lidera la investigaci¨®n. A partir de ah¨ª entrevistaron a la primera l¨ªnea del m¨²sico, testigos oculares de sus triunfos y ca¨ªdas: desde el productor Gustavo Santaolalla hasta la artista visual Jacqueline Fresard, su pareja en los ochenta.
¡°Hubo una decisi¨®n autoral de no comenzar con la idea preconcebida que uno tiene de Jorge, de Los Prisioneros, de las canciones, de lo que significa¡±, se?ala Piriz. ¡°Todo el viaje es ir a describir algo, y lo que hemos descubierto es que Jorge Gonz¨¢lez tiene muchas vidas y muchas muertes y la voz de ¨¦l a trav¨¦s del tiempo habla tambi¨¦n de la voz de un pa¨ªs, de una cultura, de los medios de comunicaci¨®n. No s¨®lo lo descubrimos a ¨¦l, sino d¨®nde estamos parados en Chile¡±, a?ade.
En la misma l¨ªnea, Alonso plantea que ¡°a trav¨¦s de Jorge Gonz¨¢lez podemos contar la historia de Chile¡±. La de un hombre del barrio popular de San Miguel, un municipio al sur de Santiago, que emerge como una voz popular con la que se identifica la gente com¨²n. ¡°Dice lo que nosotros no podemos decir¡±, celebraban sus fan¨¢ticos durante la segunda etapa de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Cuando era parte de Los Prisioneros y llam¨® a votar por el No en el plebiscito de 1988, lo censuraron. ¡°Le llegaban amenazas a la casa de su mam¨¢ dici¨¦ndole que lo iban a llenar de balas¡±, relata el periodista.
Despu¨¦s, en los noventa, Gonz¨¢lez va a contramano de quienes interpretan el retorno a la democracia como una obligaci¨®n a sentirse contentos. ¡°?l dice: ¡®el pa¨ªs lo siguen manejando los mismos grupos econ¨®micos que se enriquecieron en la dictadura¡¯ y empieza a resultar muy inc¨®modo¡±, se?ala el periodista. En el 2000, Los Prisioneros se reagruparon y Gonz¨¢lez volvi¨® al estrellato, sin dejar de ser quien era. En el Festival de Vi?a, organizado por un canal cat¨®lico, cant¨® El curita hablando del amor de Jes¨²s / pero cuando torturan y matan se queda callado. ¡°Hay muchos Jorge Gonz¨¢lez, pero no puedes decir cu¨¢l es el verdadero, pues todos lo son. Eso, justamente, es ¨¦l¡±, afirma Alonso.
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