Carmen Luz de la Maza: ¡°La conciencia ambiental aument¨® en los ni?os, pero no s¨¦ si se les olvida cuando son mayores¡±
La segunda mujer en titularse como ingeniera forestal en Chile y Premio de Ciencias Forestales 2024, habla de los retos de conservaci¨®n de la naturaleza y de c¨®mo se abri¨® camino pese a las preguntas de sus profesores: ¡°?Viene a buscar marido?¡±
Corr¨ªa la d¨¦cada de los setenta y a Carmen Luz de la Maza (75 a?os, Cauquenes), entonces estudiante de la ingenier¨ªa forestal en la Universidad de Chile, sus profesores le asignaron un trabajo de campo que la hizo valerse de su ingenio y tambi¨¦n de la complicidad de su madre. ¡°Para un proyecto de plantaciones me toc¨® mandar a una cuadrilla de 25 hombres. Alguien me ¡®sopl¨®' [susurr¨®] que ellos respetaban y segu¨ªan los ¨®rdenes de quienes usaban casco blanco. Entonces, lo primero que hice fue pedirle a mi mam¨¢ que me tejiera un gorro blanco y me lo mandara por encomienda desde Cauquenes a Santiago. Dos d¨ªas despu¨¦s, con su gorro puesto y arriba de un caballo, pude mandar a los hombres¡±, cuenta de la Maza, la segunda mujer en titularse, en 1976, como ingeniera forestal en Chile. Casi cinco d¨¦cadas despu¨¦s, acaba de recibir el Premio Chileno de Ciencias Forestales por su labor pionera en la conservaci¨®n de la naturaleza en el pa¨ªs sudamericano.
En la sala de estar de su casa en el municipio de Pe?alol¨¦n, en el sector suroriente de Santiago, Carmen Luz de la Maza, siempre con una voz suave, relata que su vocaci¨®n lleg¨® por azar: ¡°En esa ¨¦poca, tras dar la Prueba de Aptitud Acad¨¦mica (PAA), ten¨ªamos que elegir cinco posibles carreras. Puse primero arquitectura ¡ªsu padre era arquitecto¡ª, despu¨¦s agronom¨ªa y, en tercer lugar, ingenier¨ªa forestal porque un joven que tambi¨¦n se estaba inscribiendo me coment¨® que era ¡®una carrera nueva y s¨²per entretenida¡¯. En cuarto lugar, anot¨¦ pedagog¨ªa en matem¨¢tica y despu¨¦s econom¨ªa. Finalmente, no qued¨¦ ni en arquitectura ni en agronom¨ªa y termin¨¦ en ingenier¨ªa forestal¡±, dice la acad¨¦mica que cuenta con m¨¢s de 80 art¨ªculos cient¨ªficos a su haber y que sigue dando clases en su alma mater.
La Universidad de Chile fue la primera casa de estudios del pa¨ªs en incorporar la carrera de ingenier¨ªa forestal en 1952. Carmen Luz de la Maza ingres¨® a estudiar en 1968: ¡°?ramos tres mujeres y unos 70 hombres (...) Los profesores te dec¨ªan: ¡®?Y usted que hace aqu¨ª? ?Viene a buscar marido?¡¯. Y eran poco creativos porque le preguntaban lo mismo a las mujeres que entraban a ingenier¨ªa u otras carreras que consideraban que eran de hombres¡±, se?ala quien en 2014 ¡ªy hasta 2022 ¡ª se convirti¨® en la primera mujer decana la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservaci¨®n de la Naturaleza de la Universidad de Chile.
Tras un m¨¢ster en planificaci¨®n ambiental y un doctorado en manejo de tierras silvestres, ambos en la Universidad de Texas A&M, se dedic¨® a estudiar el valor de los parques nacionales y las relaciones entre los humanos y su entorno. La acad¨¦mica comenta que en Chile y en el mundo se ha dado un cambio respecto a c¨®mo se entiende la conservaci¨®n de la naturaleza: ¡°Desde los a?os noventa ha habido una concepci¨®n diferente, desde pensar que hab¨ªa que cerrarlo todo, de tener parques nacionales sin gente viviendo adentro, a comprender que sin el apoyo de las personas no puedes tener las ¨¢reas protegidas¡±. De la Maza pone como ejemplo la gesti¨®n que hacen las comunidades locales en Rapa Nui y en la Reserva Nacional Los Flamencos, en el norte del pa¨ªs. ¡°Es importante que las personas se sientan parte de algo que es de todos¡±, indica.
A lo largo de su carrera, De la Maza ha adoptado el enfoque de la valoraci¨®n econ¨®mica de la naturaleza para indagar su trascendencia en la sociedad: ¡°Tienes un mercado para los bienes tangibles, pero ?Qu¨¦ pasa con la belleza esc¨¦nica? ?C¨®mo la vendes? ?Qu¨¦ ocurre con los beneficios de tener agua limpia?¡±, dice y explica que, a trav¨¦s de distintos m¨¦todos, como encuestas, es posible llegar al precio monetario que las personas le otorgan a la naturaleza y as¨ª poder materializar su valor. En ese aspecto, entrega una reflexi¨®n: ¡°Pienso que la conciencia ambiental ha aumentado en los ni?os, pero no s¨¦ si se les olvida cuando son mayores¡±.
A una vuelta de la esquina de la temporada de verano en el Cono Sur, que trae consigo los ya recurrentes incendios forestales, la acad¨¦mica mira con preocupaci¨®n la respuesta del Estado ante la p¨¦rdida de suelo: ¡°Yo veo lent¨ªsima la recuperaci¨®n tras los incendios porque gran parte de los terrenos afectados son de particulares y no se vuelven a plantar ¨¢rboles (...) La reforestaci¨®n deber¨ªa ser una pol¨ªtica de gobierno, hay que pensar qu¨¦ incentivos o subsidios se pueden entregar¡±, dice.
La ingeniera forestal tambi¨¦n ve con inquietud la p¨¦rdida de adeptos en su profesi¨®n: ¡°Esta disminuci¨®n de estudiantes ha pasado en todo el mundo occidental y ocurre por una mala concepci¨®n de lo que es la ingenier¨ªa forestal. Por mucho tiempo nos llamaron ¡®corta palos¡¯, aludiendo a que est¨¢bamos depredando y explotando los bosques (...) Esa concepci¨®n forestal-madera no ha existido nunca, siempre hemos estado detr¨¢s de un manejo sustentable de los ambientes¡±, dice.
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