El futuro est¨¢ en juego: hacia sociedades resilientes y centradas en derechos
Hoy hay m¨¢s de 280 millones de personas en situaci¨®n de movilidad humana en el planeta esperando soluciones sostenibles, equilibradas y, sobre todo, humanas
En el aniversario 76 de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos, como Sistema de las Naciones Unidas nos centramos en c¨®mo ¨¦sta es la hoja de ruta para encontrar las soluciones a los desaf¨ªos globales y locales y avanzar hacia un mundo m¨¢s pac¨ªfico, equitativo y sostenible. Los derechos humanos desempe?an un papel fundamental en la prevenci¨®n, protecci¨®n y transformaci¨®n de las sociedades, procurando no dejar a nadie atr¨¢s. Dar prioridad a la dignidad de las personas y situar en primer lugar el progreso de aquellos quienes han estado m¨¢s marginados es un principio central de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Hoy hay m¨¢s de 280 millones de personas en situaci¨®n de movilidad humana en el planeta esperando soluciones sostenibles, equilibradas y, sobre todo, humanas. Los flujos masivos y mixtos de personas refugiadas y migrantes se han convertido en una realidad global e ineludible. Un n¨²mero cada vez mayor de personas se ven obligados a abandonar sus hogares debido a una compleja combinaci¨®n de factores. Las crisis pol¨ªticas, los conflictos entre estados, los hechos de violencia, las persecuciones y los efectos adversos del cambio clim¨¢tico son algunos de ellos.
Las personas en situaci¨®n de movilidad humana son sujetos de m¨²ltiples violaciones a sus derechos humanos. La denegaci¨®n de ¨¦stos suele estar estrechamente vinculada a leyes discriminatorias y prejuicios y actitudes xen¨®fobas en ocasiones muy arraigadas en las sociedades y en otras de m¨¢s reciente surgimiento.
Frente a este contexto, la propuesta es desarrollar y fortalecer mecanismos nacionales e internacionales que no solo brinden asilo y seguridad a las personas con necesidad de protecci¨®n internacional, sino que tambi¨¦n faciliten su recuperaci¨®n emocional, social y econ¨®mica de la forma m¨¢s efectiva y r¨¢pida posible, buscando respuestas pragm¨¢ticas y dignas a los retos existentes. Al proporcionarles las herramientas necesarias para reconstruir sus vidas, no solo estamos cumpliendo con un deber humanitario con foco en el respeto de los derechos humanos, sino que tambi¨¦n estamos enriqueciendo nuestras propias sociedades con su resiliencia, habilidades, saberes, culturas y perspectivas ¨²nicas. En definitiva, la inversi¨®n en cohesi¨®n social genera retornos en t¨¦rminos de paz, crecimiento y desarrollo para las sociedades de acogida.
Esta semana en Santiago se llevar¨¢ a cabo un encuentro ministerial en el marco de los 40 a?os de la Declaraci¨®n de Cartagena sobre los Refugiados, que luego de un a?o de trabajo liderado por el Gobierno de Chile, establecer¨¢ una nueva Declaraci¨®n y Plan de Acci¨®n. Se espera que estos acuerdos gu¨ªen por los pr¨®ximos diez a?os las acciones de los Estados y otros actores relevantes, como la sociedad civil, las organizaciones de personas refugiadas, los gobiernos locales, el sector privado y otros actores de desarrollo, para mejorar las condiciones de integraci¨®n y protecci¨®n de las personas desplazadas por la fuerza en nuestro continente.
Ante el innegable impacto de los n¨²meros de personas en situaci¨®n de movilidad humana en el mundo, y en la regi¨®n latinoamericana, los sistemas regionales y nacionales se est¨¢n viendo desbordados. Ante este fen¨®meno es clave retomar la conversaci¨®n sobre la colaboraci¨®n global y regional como se va a hacer en el contexto de Cartagena +40. Estamos observando con preocupaci¨®n c¨®mo las narrativas en contra de las personas en contexto de movilidad humana han aumentado los episodios de discriminaci¨®n y xenofobia y, generando un impacto negativo y transversal para toda la sociedad.
Los enfoques aplicados por la mayor¨ªa de los pa¨ªses de Latinoam¨¦rica y en pa¨ªses europeos est¨¢n basados en mecanismos de integraci¨®n y/o regularizaci¨®n que apuestan a la coexistencia pac¨ªfica aplicando los est¨¢ndares internacionales, instrumentos ya adoptados por el Estado Chile. Uno de los riesgos de perpetuar la irregularidad de las personas y obstaculizar su integraci¨®n es que en el medio largo plazo esta situaci¨®n podr¨ªa profundizar la conexi¨®n entre la movilidad humana y la criminalidad.
Las modificaciones recientes la Ley de Migraciones, podr¨ªan generar cambios que vulneren los derechos de las personas en situaci¨®n de movilidad humana. Entendiendo que la opci¨®n de retorno voluntario a sus pa¨ªses de origen es siempre la m¨¢s deseable desde una perspectiva de protecci¨®n, no siempre es posible. En particular, hacemos una invitaci¨®n al Senado a reexaminar desde la perspectiva de derechos, incluyendo el principio del inter¨¦s superior de los ni?os, ni?as y adolescentes, la limitaci¨®n al acceso a la educaci¨®n y a la salud de los ni?os y ni?as migrantes, o la vulnerabilidad en la que quedar¨ªan los hijos de padres expulsados o ni?os que ingresan no acompa?ados que podr¨ªan ser expulsados. Las nuevas restricciones para el acceso a la vivienda podr¨ªan tambi¨¦n generar impactos negativos en las comunidades de acogida que se encuentran en las condiciones socioecon¨®micas m¨¢s vulnerables.
Es muy importante en este debate necesario sobre las m¨²ltiples aristas de la movilidad humana poner en valor el innegable aporte a la econom¨ªa de las personas en contexto de movilidad humana, particularmente en una sociedad como la chilena que envejece muy r¨¢pidamente. Tambi¨¦n es importante reconocer el deseo de la mayor¨ªa de estas personas que llegan a Chile, a veces despu¨¦s de un largo y peligroso viaje, a ser actores de crecimiento, desarrollo y paz social,
Para afrontar estos desaf¨ªos debemos trabajar unidos ¡ªa nivel nacional, regional y global¡ª, coordinados y compartiendo las responsabilidades, para que las soluciones sean efectivas. Teniendo presente que cualquiera de nosotros podr¨ªa convertirse alguna vez en una persona refugiada o migrante, igual que miles de chilenos y chilenas lo fueron en un pasado no muy lejano.
Esperamos que el Plan de Santiago sea un hito en el respeto de los derechos de las personas, as¨ª como la seguridad de una mejor vida frente a un desaf¨ªo cada vez m¨¢s significativo. Como Sistema de las Naciones Unidas en Chile seguiremos trabajando por potenciar el respeto a los derechos humanos de todos y todas quienes habitan en el pa¨ªs.
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