La educaci¨®n en el Gobierno actual: promesas incumplidas
Mientras en todos los niveles el Ejecutivo presiona por limitar o suprimir la autonom¨ªa de las instituciones educativas, quienes estudian en ellas son perjudicados
De las ¨¢reas del Gobierno, la educaci¨®n casi siempre resulta ser el objeto m¨¢s frecuente de discursos enf¨¢ticos y prometedores. Sin ninguna duda, se trata del ¨¢mbito en que las medidas, ya sea a nivel global como en la sala de clases, tienen el efecto m¨¢s duradero y, si se hacen mal, es muy dif¨ªcil sanar el da?o. Pero tambi¨¦n es, por su naturaleza de extendido tr¨¢nsito entre la ni?ez y la ciudadan¨ªa, un veh¨ªculo que se usa para promesas de aliento demasiado largo y medidas complacientes con quienes efectivamente pueden modificar los resultados de las elecciones. Ellos, por supuesto, no son los ni?os que cursan estudios en el sistema educativo.
En la pol¨ªtica educativa es dif¨ªcil evaluar inmediatamente la eficacia de las medidas, por lo que la misi¨®n del gobernante es a¨²n m¨¢s valiosa, as¨ª como la confianza que en ¨¦l se deposita. Se espera m¨¢s de quien toma las decisiones en la educaci¨®n, porque cualquier cambio u omisi¨®n que en ella exista afectar¨¢ fundamentalmente el resto de la vida de alguien.
El ministerio de Educaci¨®n del actual Gobierno no ha honrado esa confianza y, a cerca de un a?o de que termine su gesti¨®n, no parece ser su intenci¨®n hacerlo.
Cuando asumi¨® el presidente Gabriel Boric, en marzo de 2022, era muy clara la gran urgencia del sistema educacional. Los aprendizajes hab¨ªan perdido much¨ªsimo terreno. Los ni?os y ni?as en cursos avanzados de educaci¨®n b¨¢sica no sab¨ªan leer ni escribir bien. Los problemas de convivencia estaban en aumento explosivo, con la vuelta a clases y la reanudaci¨®n de los v¨ªnculos educativos. El ministro de Educaci¨®n promet¨ªa $250 mil millones de pesos para la reactivaci¨®n educativa y convocaba a un Consejo, que estudiar¨ªa como enfrentar el mayor desaf¨ªo de la educaci¨®n chilena en este siglo.
Dos a?os despu¨¦s del inicio del Plan de Reactivaci¨®n Educativa, es necesario revisar estos eventos. Recientemente, la Contralor¨ªa General de la Rep¨²blica (CGR), encargada de llevar la contabilidad del Estado, en su informe n¨²mero 455, de 2024, anunci¨® que los $250 mil millones que mencion¨¦ en el p¨¢rrafo anterior no estaban totalmente destinados para la recuperaci¨®n educativa. M¨¢s bien, el ministerio us¨® un aparato discursivo para esconder que tan solo $17 mil millones (un 6,8%) eran para ese prop¨®sito.
Como resultado, los indicadores principales de la educaci¨®n, como la convivencia, la deserci¨®n, la asistencia escolar y la calidad de los aprendizajes, han quedado en niveles muy insatisfactorios respecto a lo observado antes de la pandemia. Ahora parece ¡°normal¡± que un ni?o vaya a menos del 85 % de las clases, algo que en la normativa es causal de repitencia. Tan ¡°normal¡±, que se ha recortado el gasto en la Ley de Presupuestos para las subvenciones, porque ¡°es esperable¡± que los ni?os vayan menos a clases.
Hace cerca de una d¨¦cada, algunas reformas del sistema educativo chileno estancaron la evoluci¨®n de su calidad, porque fijaron su mirada en variables que no ten¨ªan que ver con ella. Hoy, es nuevamente la omisi¨®n adrede de la verdadera urgencia del sistema la que ha da?ado gravemente a quienes transitan por ¨¦l.
As¨ª, mientras la comprensi¨®n lectora y las habilidades matem¨¢ticas de los estudiantes de 4¡ã b¨¢sico siguen en el mismo y deficiente nivel que hace 10 a?os, el ministerio de Educaci¨®n busca que, a trav¨¦s de un proyecto de condonaci¨®n del cr¨¦dito CAE, muchos profesionales que hoy se encuentran en el 5% de mayores ingresos de la poblaci¨®n reciban sobre $1,5 millones en una transferencia de riqueza neta.
Al mismo tiempo que las denuncias por conflictos de convivencia escolar ¡ªnuevamente¡ª alcanzan un m¨¢ximo hist¨®rico y constituyen el problema que m¨¢s preocupa a las comunidades educativas, el proyecto de ley que el Ejecutivo ha presentado en la materia no se hace cargo del problema central ni aporta nuevos recursos para enfrentarlo. En cambio, el Gobierno prefiere destinar recursos al pago de la ¡°deuda hist¨®rica¡±, que, sin ser una causa por s¨ª misma perjudicial, dista de tener la misma urgencia que lo que afecta actual y gravemente a la mayor¨ªa de los ni?os del pa¨ªs.
Mientras en todos los niveles el Ejecutivo presiona por limitar y/o suprimir la autonom¨ªa de las instituciones educativas, quienes estudian en ellas son perjudicados, ya sea por el ausentismo cr¨®nico, por la deserci¨®n, por la violencia en la escuela o por los problemas de gesti¨®n en temas b¨¢sicos de la tarea del Estado en la educaci¨®n (i.e. ¨²tiles escolares).
Solo queda pensar que el ministerio de Educaci¨®n del Gobierno ha equivocado el camino desde el principio. Desde un programa que err¨® gravemente en prioridades, e hizo promesas tanto irresponsables como imposibles de cumplir, hasta una gesti¨®n que durante todo su per¨ªodo ha mostrado falencias importantes. Es dif¨ªcil pensar que, con su agenda actual, esto mejore.
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