Ciencia cuando truena
Una de las demandas m¨¢s acuciantes es la necesidad de que la ciencia, en su sentido m¨¢s amplio, juegue un papel prioritario en la agenda pol¨ªtica
El mundo est¨¢ viviendo una crisis sin precedentes provocada por el coronavirus (2019-nCoV), uno de los virus m¨¢s evolucionados que se conocen y que no hab¨ªa sido detectado en humanos previamente, el cual ha provocado la enfermedad infecciosa Covid-19 con resultados catastr¨®ficos y altamente letales para la poblaci¨®n mundial.
Nuestro pa¨ªs no es ajeno a esta circunstancia. Espa?a est¨¢ siendo uno de los pa¨ªses m¨¢s castigados tanto por el n¨²mero de afectados como por el de fallecimientos. Este hecho ha conducido a un escenario en el que desde los contertulios habituales de los medios, que saben de todo, hasta nuestros pol¨ªticos, habitualmente reacios a usar la palabra ¡°ciencia¡± en su vocabulario cotidiano, la utilizan con gran profusi¨®n para validar sus argumentos y propuestas. Esta circunstancia recuerda el famoso dicho ¡°siempre nos acordamos de Santa B¨¢rbara cuando truena¡±.
Sin duda, este es momento de unir esfuerzos y estar al lado de los que est¨¢n pasando circunstancias personales y ya tambi¨¦n econ¨®micas graves. En este sentido, aunque son varios los colectivos que habr¨ªa que citar expl¨ªcitamente, hay que destacar la valent¨ªa y abnegaci¨®n de nuestros sanitarios que est¨¢n librando una guerra sin precedentes en unas condiciones deficientes de protecci¨®n personal y, en muchas ocasiones, de medios, exponiendo sus vidas para salvar las de muchos otros con una profesionalidad y entrega admirable y ejemplar.
Pero tambi¨¦n es momento de que la ciudadan¨ªa conozca mejor las circunstancias de la ciencia y de la sanidad de su pa¨ªs. La sanidad espa?ola, incluyendo el grado de formaci¨®n de sus profesionales, ciertamente sobresaliente, as¨ª como la financiaci¨®n insuficiente en la que est¨¢ inmersa ¨C con la p¨¦rdida de camas y sanitarios en la ¨²ltima d¨¦cada ¨C han sido profusamente analizadas estos d¨ªas en diferentes medios. No es posible disociar la ciencia de la sanidad. Al contrario, la medicina ha sido uno de los motores m¨¢s potentes del desarrollo cient¨ªfico. En este sentido, la Confederaci¨®n de Sociedades Cient¨ªficas de Espa?a (COSCE) que tuve el honor de presidir durante el periodo 2015-2019, firm¨® un acuerdo marco de colaboraci¨®n con la Federaci¨®n de Asociaciones Cient¨ªfico M¨¦dicas de Espa?a (FACME) con el objetivo de unificar experiencias y ayudar, del modo m¨¢s eficaz, a la toma de decisiones pol¨ªticas.
Una de las demandas m¨¢s acuciantes ha sido la necesidad de que la ciencia, en su sentido m¨¢s amplio, juegue un papel prioritario en la agenda pol¨ªtica. Es decir, que los centros neur¨¢lgicos de decisi¨®n pol¨ªtica de un estado como son el Parlamento y la Presidencia de gobierno tengan una asesor¨ªa cient¨ªfica permanente (incluyendo un pleno parlamentario anual dedicado a ciencia y sanidad). Esto permitir¨ªa tomar mejores decisiones que afectan a la ciudadan¨ªa en una amplia variedad de situaciones cotidianas. Es m¨¢s, en situaciones extraordinarias como la que vivimos, se ha visto la necesidad de contar con la asesor¨ªa cient¨ªfica para atajar el coronavirus, mediante decisiones y acciones pol¨ªticas que, de otro modo, hubiesen sido aleatorias y, probablemente, err¨®neas. Esta asesor¨ªa ya se viene practicando en los pa¨ªses m¨¢s avanzados de nuestro entorno desde hace muchos a?os y con resultados muy positivos. Algunos asesores llegaron a alcanzar una gran popularidad internacional como David Kelly, asesor del Primer Ministro brit¨¢nico Tony Blair, o el famoso John Holdren, asesor de ciencia y tecnolog¨ªa del Presidente de EE UU Barack Obama, quien se hizo popular por su defensa de la existencia del cambio clim¨¢tico.
¡°La ciencia no es algo que se improvisa, no es algo que ante una pandemia se pueda resolver con una inversi¨®n puntual elevada en un campo de investigaci¨®n concreto¡±
Recordando el famoso aforismo del f¨ªsico y escritor espa?ol recientemente fallecido (2018) Jorge Wagensberg ¡°los pa¨ªses ricos hacen ciencia no porque sean ricos, sino porque quieren seguir siendo ricos¡±. Esta afirmaci¨®n da idea del alcance de la ciencia y la importancia que tiene en el desarrollo de la riqueza de un pa¨ªs, que es lo mismo que decir en el bienestar de su ciudadan¨ªa. Es bien sabido que la inversi¨®n en ciencia y tecnolog¨ªa revierte no solo en puestos de trabajo estables sino, tambi¨¦n, en la creaci¨®n de nuevas empresas (spin-off y start-up) de base tecnol¨®gica que finalmente producen creaci¨®n de riqueza con importantes dividendos en las arcas del pa¨ªs inversor.
Pero ser¨ªa err¨®neo pensar que la ciencia es solo progreso econ¨®mico y social, que ya ser¨ªa bastante. La ciencia nos permite entender el mundo que nos rodea y satisfacer la curiosidad intr¨ªnseca del ser humano. Pero tambi¨¦n, a conocer los otros seres con los que cohabitamos nuestro planeta, sin menospreciar los virus, que con sus mutaciones pueden crear pandemias y desastres que deber¨ªan ser previstos con antelaci¨®n y mejor controlados. Pero si algo est¨¢ demostrado es que la ciencia no sabe de atajos. La ciencia no es algo que se improvisa, no es algo que ante una pandemia se pueda resolver con una inversi¨®n puntual elevada en un campo de investigaci¨®n concreto. Los pa¨ªses que tienen la mejor ciencia son aquellos que la aprecian, pero no solo sus pol¨ªticos que la apoyan, sino la ciudadan¨ªa en su conjunto. En una encuesta realizada en EEUU, se pregunt¨® a la ciudadan¨ªa norteamericana por el personaje m¨¢s influyente del siglo XX que se cerraba. Este fue el f¨ªsico Albert Einstein. Muy pocos pa¨ªses, solo los m¨¢s avanzados, dar¨ªan esta respuesta que es toda una declaraci¨®n de intenciones de una sociedad avanzada.
Y ?cu¨¢l es la situaci¨®n de la ciencia en Espa?a? En producci¨®n cient¨ªfica es la d¨¦cima potencia mundial. Y esto a pesar de ser uno de los pa¨ªses que menos invierten en ciencia de Europa. Espa?a le dedica escasamente el 1,3% del PIB, frente al 2,0% de la media europea y por encima del 3% en pa¨ªses modelo como Finlandia, Suecia, Alemania o Austria. La ciencia y tecnolog¨ªa (I+D+i) en nuestro pa¨ªs han estado sometidos a permanentes recortes econ¨®micos que hacen imposible una convergencia hacia la media europea, de la que nos aleja progresiva y peligrosamente.
?Podemos aprender algo de esta crisis que est¨¢ asolando nuestro pa¨ªs? S¨ª, es evidente que no est¨¢bamos preparados. Habr¨¢ que pensar que el futuro pasa por una mayor inversi¨®n en ciencia y en sanidad. No valen inversiones improvisadas. Se necesita un sistema de ciencia y de sanidad planificado. Una ciencia y una sanidad con m¨²sculo formado a partir de una inversi¨®n sostenida en el tiempo y no sujeta a los vaivenes pol¨ªticos o de crisis. No es verdad que en tiempos de crisis los pa¨ªses invierten menos en ciencia. Al contrario, aquellos que tienen la ciencia como motor social y de progreso saben que la ciencia ayuda a solventar las crisis con nuevas ideas, nuevas tecnolog¨ªas y nuevas empresas disruptivas.
Cada pa¨ªs debe de saber qu¨¦ tipo de ciencia y de sanidad quiere, sabiendo que la ciencia y la sanidad son caras. No cometamos los mismos errores de siempre que nos tienen en un limbo cient¨ªfico que impide que nos situemos decididamente entre los pa¨ªses vanguardistas y disruptivos cient¨ªficamente. Que la crisis que se avecina no lleve a otro recorte m¨¢s en la investigaci¨®n, hagamos una apuesta decidida por la ciencia. Hoy el enemigo es el coronavirus, ma?ana¡ qui¨¦n sabe.
A mi hija Laura, enfermera en el Hospital Cl¨ªnico San Carlos
Nazario Mart¨ªn es catedr¨¢tico de la Universidad Complutense, vice-Director de IMDEA Nanociencia y ex-Presidente de la Confederaci¨®n de Sociedades Cient¨ªficas de Espa?a (COSCE)
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