El misterio de la antigua vacuna que parece prevenir la covid
Varios grupos cient¨ªficos investigan si las inmunizaciones contra la tuberculosis, como la creada hace un siglo, tienen efectos secundarios que alivian la infecci¨®n por coronavirus
Todos los a?os, la tuberculosis mata a un mill¨®n y medio de personas, m¨¢s de seis veces lo que el coronavirus hasta ahora. Sin embargo, en los pa¨ªses m¨¢s avanzados hace d¨¦cadas que esta enfermedad infecciosa no da miedo. En un tiempo en el que se plantea conseguir vacunas y tratamientos en menos de a?o y medio contra un virus conocido desde hace pocos meses, a¨²n no hay una protecci¨®n eficaz para una infecci¨®n bacteriana que mata humanos desde hace milenios. Sin e...
Todos los a?os, la tuberculosis mata a un mill¨®n y medio de personas, m¨¢s de seis veces lo que el coronavirus hasta ahora. Sin embargo, en los pa¨ªses m¨¢s avanzados hace d¨¦cadas que esta enfermedad infecciosa no da miedo. En un tiempo en el que se plantea conseguir vacunas y tratamientos en menos de a?o y medio contra un virus conocido desde hace pocos meses, a¨²n no hay una protecci¨®n eficaz para una infecci¨®n bacteriana que mata humanos desde hace milenios. Sin embargo, el nuevo virus, que hasta ahora ha golpeado m¨¢s en los pa¨ªses ricos, ha recuperado el inter¨¦s por esa enfermedad de segunda.
La aparici¨®n repentina de la covid-19 no ha dado tiempo a crear f¨¢rmacos espec¨ªficos para controlarla y m¨¦dicos e investigadores han tenido que reciclar medicamentos utilizados para otras dolencias. El antiviral remdesivir, que se dise?¨® pensando en el ¨¦bola, o la cloroquina, con la que se combaten la malaria y algunas enfermedades autoinmunes, se han dado a los pacientes con la esperanza a¨²n no comprobada de que aliviar¨ªan sus s¨ªntomas. Entre estas soluciones viejas para el nuevo problema se podr¨ªa encontrar una de las vacunas m¨¢s antiguas y m¨¢s utilizadas del mundo, y varios ensayos cl¨ªnicos ya est¨¢n poniendo a prueba su potencial protector contra el nuevo virus. El riesgo de fracaso es grande, pero la historia de este nuevo intento para detener al coronavirus muestra lo arduo del trabajo cient¨ªfico y c¨®mo el conocimiento que genera puede salvarnos de forma inesperada.
Algunos an¨¢lisis han visto una correlaci¨®n positiva entre los pa¨ªses que utilizan la vacuna BCG y la lucha contra el coronavirus
Hace un mes, Lyubima Despotova, presidenta de la Sociedad B¨²lgara de Cuidados a Largo Plazo y Medicina Paliativa, se?alaba una correlaci¨®n observada entre los pa¨ªses m¨¢s afectados por el coronavirus y el uso de la vacuna BCG (Bacillus Calmette-Gu¨¦rin) contra la tuberculosis. Este profil¨¢ctico, probado por primera vez en 1921 por Albert Calmette y Jean-Marie Camille Gu¨¦rin, se ha utilizado con ¨¦xito desde entonces en todo el planeta, Espa?a incluida. Sin embargo, cuando el bacilo de Koch dej¨® de causar estragos en el mundo m¨¢s desarrollado, la BCG desapareci¨® de sus calendarios vacunales. Pero no de todos. En el Este de Europa, en Portugal y en Grecia se sigue utilizando. Todos tienen en com¨²n unas cifras menos dram¨¢ticas que las de sus vecinos europeos.
Aunque de la correlaci¨®n observada entre el uso de la BCG y el impacto del nuevo virus no se pueden sacar conclusiones definitivas, los cient¨ªficos han visto desde hace muchos a?os que esa vacuna no solo protege contra la tuberculosis. La BCG se cre¨® a partir de bacterias similares a las humanas, pero que suelen infectar a las vacas, cultivadas para que fuesen lo bastante d¨¦biles como para no hacer enfermar al inoculado, pero a¨²n vivas para servir de entrenamiento al organismo frente al ataque de la bacteria real. Ya desde los a?os 30, se empez¨® a observar que ese entrenamiento reduc¨ªa el da?o de otras enfermedades adem¨¢s de la tuberculosis. Un estudio del a?o 2000 en Guinea-Bis¨¢u, por ejemplo, estimaba que esta vacuna, sola o en combinaci¨®n con otras, pod¨ªa reducir la mortalidad por todas las causas entre un 30% y un 50% en ni?os de hasta 2 a?os.
Federico Martin¨®n Torres, jefe del Servicio de Pediatr¨ªa del Hospital Cl¨ªnico Universitario de Santiago y un referente internacional en vacunas, explica que investigadores como ¨¦l tienen especial inter¨¦s ¡°en estas propiedades no espec¨ªficas de las vacunas¡±. ?l mismo pudo aprovechar las particularidades del sistema sanitario espa?ol para poner a prueba estas propiedades en el caso de la BCG. ¡°En Espa?a, estuvimos vacunando con BCG a todos los reci¨¦n nacidos hasta 1982, cuando se decidi¨® dejar de hacerlo. En el Pa¨ªs Vasco, sin embargo, continuaron hasta 2013¡±, explica Martin¨®n Torres. Gracias a ese experimento involuntario pudieron comprobar que, como suger¨ªan estudios anteriores, en esa regi¨®n que hab¨ªa mantenido la BCG la tasa de hospitalizaci¨®n por infecciones respiratorias no relacionadas con la tuberculosis eran un 40% menor que en el resto de Espa?a. Los resultados est¨¢n publicados en la revista Clinical Infectious Diseases.
Un estudio en Espa?a observ¨® una asociaci¨®n entre el uso de la vacuna y una reducci¨®n del 40% de las hospitalizaciones por enfermedades respiratorias
Pero para los cient¨ªficos este tipo de observaciones, por muy bien planteadas que est¨¦n y por muy sugerentes que sean sus resultados, son insuficientes; ¡°sospechas epidemiol¨®gicas¡±, en palabras de Martin¨®n Torres, que recuerda un segundo paso que nos puede acercar a la explicaci¨®n de por qu¨¦ vacunas como la BCG protegen de dolencias contra las que no fueron pensadas y se est¨¢n considerando para frenar la covid. En la Universidad Radboud de Nimega, en Pa¨ªses Bajos, el inmun¨®logo Mihai Netea encontr¨® el mecanismo que explica las observaciones sobre los beneficios indirectos de las vacunas. Sus investigaciones mostraron que el sistema inmune innato, una primera l¨ªnea b¨¢sica de defensas con la que todos nacemos, se puede reprogramar. ¡°Esto era una revoluci¨®n conceptual, casi un anatema¡±, asegura Martin¨®n Torres. ¡°El efecto de la BCG sobre el sistema inmune es algo as¨ª como si t¨² entrenases para correr una marat¨®n, pero eso indirectamente hace que seas mejor corriendo los 100 metros que uno que no entrena para nada¡±, ejemplifica.
Con esta informaci¨®n, hace algo m¨¢s de un mes, el propio Netea comenz¨® un estudio con trabajadores sanitarios, m¨¢s expuestos al coronavirus, para comprobar si la BCG tiene realmente un efecto protector. En Australia, Nigel Curtis, de la Universidad de Melbourne, ha puesto en marcha un trabajo similar con miles de m¨¦dicos y enfermeros, y otros grupos en EE UU y Alemania est¨¢n impulsando ensayos cl¨ªnicos con el mismo objetivo.
En esta historia de reutilizaci¨®n del conocimiento para buscar soluciones al nuevo gran problema, uno de los cap¨ªtulos m¨¢s recientes lo est¨¢ escribiendo un equipo desde Espa?a, en una colaboraci¨®n entre la Universidad de Zaragoza y la biofarmac¨¦utica gallega Biofabri. Desde 2008, trabajan juntos con el objetivo de reducir la letalidad de la tuberculosis con la MTBVAC, una vacuna elaborada a partir de bacterias que infectan a humanos atenuadas. La BCG previene las formas m¨¢s graves de esa enfermedad en ni?os, pero no logra detener la tuberculosis pulmonar en adolescentes y adultos y varios grupos en el mundo buscan alternativas mejores a esa vacuna que ya tiene un siglo. El a?o pasado, el equipo que lidera Carlos Mart¨ªn Monta?¨¦s, de la Universidad de Zaragoza, public¨® un art¨ªculo titulado Respiratory Medicine en la revista The Lancet, un ensayo con 36 reci¨¦n nacidos y 18 adultos de una zona de Sud¨¢frica donde la tuberculosis es end¨¦mica que hab¨ªa comenzado en 2015. La MTBVAC era capaz de estimular el sistema inmunol¨®gico mejor que la BCG, aunque a¨²n queda mucho trabajo para demostrar su eficacia.
Ahora, como muchos otros investigadores del mundo, Mart¨ªn y su equipo, que enfatiza que su objetivo principal ¡°sigue siendo la tuberculosis¡±, buscan la forma de emplear lo que saben para paliar los da?os del coronavirus. En pruebas con ratones publicadas hace un mes observaron que la MTBVAC puede producir un efecto de entrenamiento del sistema inmune como el que demostr¨® Netea y ahora, con financiaci¨®n del Instituto de Salud Carlos III y en colaboraci¨®n con este investigador rumano-neerland¨¦s, van a comparar en macacos la protecci¨®n contra el SARS-CoV-2 que genera la vacuna espa?ola frente a la BCG. En unas semanas en las que al presidente de los Pa¨ªses Bajos, Mark Rutte, se le ve como un ogro por su dureza ante las demandas de ayuda de los pa¨ªses del sur de Europa, cient¨ªficos espa?oles y holandeses colaboran con financiaci¨®n a medias de sus Estados en un proyecto que podr¨ªa aliviar el sufrimiento global. El experimento se realizar¨¢ en el Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica con Primates (BPRC) de los Pa¨ªses Bajos y tendr¨¢ resultados en cuatro meses. Despu¨¦s, comenzar¨ªan las pruebas en humanos.
Si finalmente la MTBVAC o la BCG demuestran efectividad contra el coronavirus, no ser¨¢n panaceas, como casi todos los f¨¢rmacos que se est¨¢n probando, pero podr¨ªan reducir el n¨²mero de infecciones y el riesgo en algunos grupos de poblaci¨®n. No obstante, hay que esperar a los resultados y no convertir un beneficio posible en un perjuicio real. El director de la OMS, Tedros Adhanom, ya ha pedido que los pa¨ªses no empiecen a adquirir reservas de BCG, un f¨¢rmaco esencial para muchos pa¨ªses en desarrollo. ¡°Tedros dice que no hay evidencia cient¨ªfica porque muchos pa¨ªses occidentales est¨¢n colapsando el mercado de vacunas para ?frica¡±, explica Mart¨ªn. ¡°Uno de los grandes problemas de la covid para los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo es que no se est¨¢n cumpliendo los calendarios vacunales. En Sud¨¢frica hay campa?as paradas y hay riesgo de que vuelva el sarampi¨®n¡±, advierte. Como con las vacunas, la experiencia del coronavirus podr¨ªa tener un efecto indirecto y ayudar a recordar que muchas enfermedades casi olvidadas en el mundo rico siguen afligiendo a gran parte de la humanidad.
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