La ciencia avanza r¨¢pido contra el coronavirus, pero puede no ser suficiente
En tres meses se han producido cambios fundamentales en lo que se conoce sobre la enfermedad y a¨²n abundan las incertidumbres, algo habitual para los cient¨ªficos, pero angustioso para la sociedad
¡°La ciencia es fallar una y otra vez¡±, recuerda ?scar Fern¨¢ndez-Capetillo. ¡°Ahora, como el resto de la poblaci¨®n, los cient¨ªficos estamos confundidos, cambiando de opini¨®n seg¨²n aparece nueva informaci¨®n, pero estar confundido es parte del trabajo y cambiar de opini¨®n tambi¨¦n¡±, dice el investigador, que es jefe del Grupo de Inestabilidad Gen¨®mica del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO).
Los expertos lo reconocen, se sabe a¨²n poco del virus. Se tienen dudas sobre el modo de contagio, sobre si los que han pasado la infecci¨®n son inmunes o cu¨¢l fue su origen. En los hospitales, se dan f¨¢rmacos a los pacientes sin saber si funcionan o no. Y sin embargo, se est¨¢ avanzando a un ritmo sin precedentes. Como apunta Fern¨¢ndez-Capetillo, ¡°hay una armada gigantesca de cient¨ªficos tratando de meter mano a estos problemas¡±, en algunos casos aportando puntos de vista ajenos a los de los especialistas en enfermedades infecciosas.
Pese a que parezca que ha pasado una vida, los cient¨ªficos de todo el mundo conocen el virus desde hace poco m¨¢s de tres meses. Tras detectar algunos casos de neumon¨ªa de origen desconocido en Wuhan en diciembre del a?o pasado, China inform¨® a la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) de la aparici¨®n del nuevo virus el 31 de diciembre de 2019. Diez d¨ªas despu¨¦s, el 10 de enero de 2020, se complet¨® la secuencia gen¨¦tica del coronavirus, algo que en condiciones normales suele tomar meses, y se puso a disposici¨®n de investigadores de todo el mundo en bases de datos p¨²blicas como la estadounidense GenBank o la alemana GISAID. Desde entonces, se han publicado m¨¢s de 16.000 genomas del nuevo coronavirus siguiendo su evoluci¨®n y su forma de expandirse por el mundo.
Desde que China inform¨® de la aparici¨®n del nuevo virus hasta el anuncio de que se contagiaba entre humanos pasaron 20 d¨ªas
El 20 de enero, con m¨¢s de 200 casos descubiertos y cuatro muertos seg¨²n las cifras oficiales, el Gobierno chino, que seg¨²n AP conoc¨ªa la informaci¨®n desde seis d¨ªas antes, confirm¨® que el virus, que hasta ese momento se cre¨ªa que solo se contagiaba de animales a humanos, pod¨ªa tambi¨¦n saltar entre humanos. De hecho, los an¨¢lisis gen¨®micos posteriores sugieren que el salto de animales a humanos se produjo una sola vez. El d¨ªa 23, asumida la dimensi¨®n de la amenaza, comenz¨® el encierro en Wuhan y otras ciudades de la provincia de Hubei, y tres d¨ªas despu¨¦s, el Centro Chino para el Control y la Prevenci¨®n de Enfermedades (CCDC) anunci¨® que empezaba a trabajar en vacunas contra el coronavirus.
En ese momento, una de las preguntas cient¨ªficas importantes para conocer el riesgo de que el problema se extendiese al resto del mundo era si personas sin s¨ªntoma alguno pod¨ªan ser contagiosas. El 1 de febrero, la OMS afirmaba que ¡°los principales impulsores de la transmisi¨®n de la enfermedad, con los datos disponibles, son los casos sintom¨¢ticos. [...] La infecci¨®n asintom¨¢tica puede ser rara, y la transmisi¨®n de una persona asintom¨¢tica es muy rara con otros coronavirus, como hemos visto con el S¨ªndrome Respiratorio de Oriente Medio". "Por lo tanto, la transmisi¨®n de casos asintom¨¢ticos no es un impulsor principal de la transmisi¨®n¡±, conclu¨ªa.
La experiencia con coronavirus anteriores como el SARS o el MERS, que se mostraban a trav¨¦s de fiebre o s¨ªntomas importantes antes de empezar a ser muy contagiosos, hizo pensar a muchos responsables de salud p¨²blica que la enfermedad podr¨ªa ser m¨¢s controlable. China estaba muy lejos. El 2 de abril, la OMS todav¨ªa aseguraba que ¡°no se hab¨ªan documentado ning¨²n caso de transmisi¨®n asintom¨¢tica¡±, aunque eso no descartase ¡°que se pueda dar esa posibilidad¡±. Cuando los expertos de la organizaci¨®n intentaban comprobar si realmente no hab¨ªa habido s¨ªntomas descubr¨ªan que los pacientes los hab¨ªan experimentado, pero de una forma leve que no tuvieron en cuenta.
La efectividad de la vacuna contra la gripe en 2019, un virus muy conocido, fue de menos del 50%
El 15 de abril, sin embargo, un equipo de la Universidad M¨¦dica de Guangzhou y la Universidad de Hong Kong (China) public¨® en la revista Nature Medicine un trabajo en el que confirmaban que la gran mayor¨ªa de pacientes empiezan a difundir el virus antes de tener s¨ªntomas o justo cuando estos empiezan y estimaron que el 44% de los contagios llegaron de una persona sin s¨ªntomas. ¡°Las medidas de control de la enfermedad se deber¨ªan ajustar para tener en cuenta una transmisi¨®n presintom¨¢tica substancial¡±, escrib¨ªan los autores.
Esta sensaci¨®n de que no hay informaci¨®n fiable a la que agarrarse no es exclusiva de esta pandemia, aunque sus dimensiones la agraven. ¡°En esta y otras epidemias, el conocimiento que se produce a lo largo de las mismas hace que se cambien protocolos y mensajes, que provocan inseguridad e incertidumbre. Es importante resaltar que en epidemias como esta, no hay nadie que lo sepa todo, sino que todos aprendemos¡±, apunta Francisco de Bartolom¨¦ Gisbert, responsable de epidemias y emergencias sanitarias de M¨¦dicos Sin Fronteras. ¡°La incertidumbre es una respuesta normal que hay que gestionar con pedagog¨ªa y comunicaci¨®n trasparente y entendible de la informaci¨®n disponible y sus limitaciones¡±, a?ade.
El art¨ªculo publicado recientemente en Nature Medicine sobre la transmisi¨®n asintom¨¢tica, con unos resultados que coincid¨ªan con otras observaciones realizadas durante la pandemia, ya se hab¨ªa publicado casi un mes antes en el repositorio Medrxiv, un espacio en el que cient¨ªficos de todo el mundo comparten sus resultados para que otros puedan comentarlos o contrastarlos con sus propias observaciones. El tiempo que va entre la obtenci¨®n de unos resultados y su publicaci¨®n en una revista contrastada, que en tiempos de poca urgencia se puede prolongar meses, se est¨¢ convirtiendo en algo casi instant¨¢neo. A¨²n as¨ª, el tiempo requerido para revisar estos resultados equivale a casi un tercio del tiempo transcurrido desde el tiempo en que el nuevo coronavirus se dio a conocer al mundo.
Rafael Cant¨®n, jefe del servicio de microbiolog¨ªa del Hospital Universitario Ram¨®n y Cajal de Madrid, se?ala que ahora hay muchas publicaciones con cantidad de informaci¨®n limitada ¡°que se admiten en algunas revistas que en condiciones normales no se hubiesen admitido¡±. Adem¨¢s, contin¨²a ¡°el tiempo de revisi¨®n es insuficiente para hacerlo de forma adecuada y muchas de las personas m¨¢s formadas para revisar esos art¨ªculos est¨¢n ocupadas y no tienen tiempo¡±, concluye.
Hace poco m¨¢s de dos meses, las farmac¨¦uticas de EE UU dudaban del inter¨¦s de invertir en el desarrollo de una vacuna
Pese a la velocidad a la que se trabaja, es posible que los datos lleguen tarde, como ejemplifica De Bartolom¨¦ Gisbert: ¡°Tener datos adecuados y saber interpretarlos es esencial para que la ciencia avance. Pero lleva tiempo hacerlo bien, y a veces tanto que se llega cuando la epidemia est¨¢ en resoluci¨®n, como sucedi¨® por ejemplo con las vacunas en la epidemia de ¨¦bola. En el momento en que se consegu¨ªa empezar una gran investigaci¨®n sobre la vacuna, el brote estaba en fase de declive lo que impidi¨® que los estudios pudiesen conseguir todos los objetivos y lecciones esperadas¡±.
Esta incertidumbre ha estado presente hasta hace muy poco en un aspecto fundamental de la crisis del coronavirus como es el desarrollo de la vacuna. Menos de un mes despu¨¦s del anuncio de la aparici¨®n del nuevo coronavirus, en EE UU, el NIAID (Instituto Nacional para las Alergias y las Enfermedades Infecciosas) ya trabajaba en el desarrollo de una vacuna. Pero el 10 de febrero, solo 13 d¨ªas antes de que Italia comenzase su confinamiento, el director del NIAID, Anthony Fauci, lamentaba que no hab¨ªa logrado que ninguna compa?¨ªa quisiese fabricar su vacuna. El negocio de una vacuna para una enfermedad de dimensiones pand¨¦micas que afectar¨¢ a millones de personas a¨²n no parec¨ªa evidente y segu¨ªa presente el miedo a alcanzar la vacuna con el brote en declive.
Poco m¨¢s de tres meses tras el inicio de la crisis, una vacuna ya ha llegado a la segunda fase de ensayos cl¨ªnicos en humanos, una etapa a la que nunca llegaron los proyectos de vacuna para el SARS, el coronavirus de 2003, que se control¨® antes de que se lograsen progresos importantes haciendo desaparecer el inter¨¦s y la financiaci¨®n para ese tipo de proyectos. Las previsiones optimistas calculan que dentro de 18 meses se podr¨ªa estar inmunizando a parte de la poblaci¨®n frente al nuevo virus, pero podr¨ªa no suceder o no ser la panacea. La efectividad de la vacuna contra la gripe en 2019, un virus muy conocido, fue de menos del 50%.
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En una primera versi¨®n de este art¨ªculo se afirmaba que desde enero de 2020 se hab¨ªan secuenciado 250 genomas del nuevo coronavirus. La cifra real es de m¨¢s de 16.000
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