Tromin¨®s
El concepto de domin¨® -dos cuadrados iguales unidos por un lado com¨²n- puede generalizarse a tres o m¨¢s cuadrados
La partida m¨¢s corta posible de ¡°brotes¡±, el juego inventado por Conway del que habl¨¢bamos la semana pasada, es la partida trivial en la que se parte de un solo brote: el primer jugador lo une consigo mismo mediante un trazo circular y marca un nuevo brote en dicho trazo; el segundo jugador une los dos brotes y gana, ya que de este modo los ¡°mata¡± ambos y no se puede trazar una nueva ¡°rama¡±.
Vimos que con 2 brotes iniciales tambi¨¦n gana siempre el segundo jugador, as¨ª como con 6, 7 u 8, mientras que hay una estrategia ganadora para el primer jugador cuando se parte de 3, 4, 5, 9, 10 u 11 brotes. Pero no hay, o no se conoce, una pauta regular en la distribuci¨®n de estrategias ganadoras en funci¨®n del n¨²mero de brotes iniciales.
Todas las partidas de brotes terminan en un n¨²mero de jugadas comprendido entre 2n y 3n ¨C 1, siendo n el n¨²mero de brotes iniciales; as¨ª, la partida elemental analizada en las ¨²ltimas semanas, a partir de 2 brotes iniciales, puede terminar en 4 jugadas, como vimos, si el segundo jugador sigue la estrategia ¨®ptima, y puede llegar a 5 jugadas si no hace (invito a mis sagaces lectoras/es a comprobarlo¡ o desmentirlo).
En cuanto a la secuencia 1, 1, 2, 3, 5, 8, 10, 13¡, vinculada a la secuencia mira-y-di de Conway, ser¨ªa la de Fibonacci si no fuera por ese 10 intercalado entre el 8 y el 13. Los siguientes t¨¦rminos son 16 y 23. ?Por qu¨¦?
Del domin¨® al tromin¨®
Y tras el peque?o homenaje de las ¨²ltimas semanas al gran John Horton Conway, fallecido el pasado 11 de abril a causa de la covid-19, podemos retomar -con la intenci¨®n de generalizarlo- el asunto de las fichas de domin¨® y los tatamis -es decir, los rect¨¢ngulos de 2 x 1- y su forma de recubrir el plano.
Si a un domin¨® le pegamos un tercer cuadrado que comparta un lado con uno de sus dos cuadrados, obtenemos un ¡°tromin¨®¡±. Solo hay dos maneras sustancialmente distintas -es decir, considerando iguales las que se obtienen unas de otras por rotaci¨®n- de pegarle un tercer cuadrado a un domin¨®: formando una hilera de tres cuadrados, denominado tromin¨® I, o formando un ¨¢ngulo recto, denominado tromin¨® L o V.
Puesto que el tablero de ajedrez tiene 64 casillas, es evidente que no podemos recubrirlo por completo con tromin¨®s, ya que 64 no es divisible por 3. Pero si le quitamos al tablero una casilla, 63 s¨ª es m¨²ltiplo de 3. ?Se puede recubrir el tablero ¡°mutilado¡± de la figura con 21 tromin¨®s L? ?Y con 21 tromin¨®s I? ?Siempre ser¨¢n posibles tales recubrimientos, cualquiera que sea la casilla del tablero eliminada?
Es f¨¢cil ver que ambos tromin¨®s, el I y el L, pueden descomponerse en n2 tromin¨®s del mismo tipo, siendo n cualquier n¨²mero natural; por lo tanto, los tromin¨®s son rep-tiles, un juego de palabras en ingles que significa ¡°teselas repetitivas¡±.
Hay un viejo acertijo geom¨¦trico que ilustra la ¨ªndole ¡°reptiliana¡± de los tromin¨®s:
Un campesino tiene un terreno cuadrado que divide en cuatro cuadrados iguales; se reserva uno de los cuartos para ¨¦l y los otros tres cuartos se los cede a sus cuatro hijos, con la condici¨®n de que hagan cuatro parcelas iguales en forma y tama?o. ?C¨®mo lo hacen?
Carlo Frabetti es escritor y matem¨¢tico, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado m¨¢s de 50 obras de divulgaci¨®n cient¨ªfica para adultos, ni?os y j¨®venes, entre ellos Maldita f¨ªsica, Malditas matem¨¢ticas o El gran juego. Fue guionista de La bola de cristal.
Puedes seguir a Materia en Facebook, Twitter, Instagram o suscribirte aqu¨ª a nuestra newsletter.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.